Los coronabonos se alejan

Jueves de Pasión en el Eurogrupo: Calviño pelea in extremis por ayudas sin recortes

Nadia Calviño y Olaf Scholz / EFE
Nadia Calviño y Olaf Scholz / EFE

Media país debería estar en este momento en plenas procesiones, preparando el Jueves Santo. Y el Gobierno, descansando, tras un primer trimestre de coalición intenso. Pero la crisis del coronavirus ha hecho saltar por los aires todos los planes. Ahora Moncloa y Economía miran hacia la reunión del Eurogrupo, la enésima decisiva, que arrancará esta tarde a las 17 horas. Nadia Calviño pretende arrancar 'in extremis' un acuerdo de mínimos, pero las cosas no pintan nada bien para España. Holanda está cerrada en banda y mucho tienen que cambiar las cosas para que de la cita salga un acuerdo satisfactorio para todos. El Gobierno lo está intentando hasta el final.

No fue nada agradable el Eurogrupo del martes que finalizó ya el miércoles, relatan fuentes gubernamentales. Dieciséis horas convertidas en una interminable sucesión de monólogos de los ministros de Economía y Finanzas. La conexión duró exactamente hasta las 7:57 de la mañana, ya amanecido en Madrid. Ni Calviño ni su equipo de colaboradores más cercano pudieron dormir. El problema en todo momento, según cuentan, fue la "posición inamovible" de Holanda.

Y es que Países Bajos se está comportando al más puro estilo anglosajón. En el Gobierno, de hecho, se comienza a tildar la posición de La Haya como "euroescéptica". Eso provocó momentos de tensión en ese Eurogrupo donde las posiciones a favor de ofrecer una respuesta "solidaria" a la crisis del coronavirus son mayoritarias. 

En esas 16 horas maratonianas pasó de todo. Hubo cambios de posiciones entre países, bastantes y llamativos. España, por ejemplo, renunció a pelear en este momento por los llamados coronabonos. Interpretó que podrían negociarse más adelante, en paralelo. Era un giro en la estrategia importante de Calviño, avalado por supuesto por Sánchez y Moncloa. Italia, por su parte, también dio pasos hacia el acuerdo. Incluso Alemania, eterna defensora de la ortodoxia, se abrió como no lo había hecho nunca. Pero Holanda se plantó.

El ministro de Finanzas 'oranje', Wepke Hoekstr, se muestra inflexible y, junto a Rutte, lo hace escudándose en que tiene el mandato de su Parlamento de ser duro en la negociación. Tanto en el Eurogrupo como en los nuevos contactos que se han producido en las últimas horas. La postura holandesa es clara: sí a ayudas para gastos sanitarios relacionados con el coronavirus, no a ayudas económicas estructurales. Es decir, que si España e Italia quieren el dinero del Mede (Mecanismo de Estabilidad) se someta a algún tipo de condicionalidad, bien en forma de recortes o de, llegado el caso, presencia de 'hombres de negro'. Lo cierto es que usar el fondo de rescate implica en este momento que la Troika desembarque en la nación que recibe las ayudas, aunque también cabe la posibilidad de que funciones a modo de línea de financiación extraordinaria.

Desconectados los dispositivos de vídeoconferencia llegó el turno de los teléfonos y los contactos a todos los niveles. Moncloa, con Sánchez a la cabeza, está participando en esta presión para que antes de las 17 horas de este jueves Holanda ceda, aseguran desde el Gobierno. España (e Italia) cuenta con el apoyo de Alemania que en las últimas horas ha dado pasos importantes. El mensaje -inédito- de su ministro Olaf Scholz pidiendo "solidaridad" en la UE es la mejor muestra de ello.

Es un momento vital para Europa. Luego vendrá la reconstrucción y la pelea por los coronabonos y el 'plan Marshall'. Pero ahora se trata de que la UE responda de forma conjunta a esta crisis, sin condicionalidades. Se trata, como dicen en el Gobierno de Sánchez, de crear una "backstop for the people", una barrera de seguridad europea para hacer frente juntos a esta emergencia y que nadie se quede atrás. 

La Vicepresidenta Calviño explicó ayer en rueda de prensa en Moncloa que la emergencia sanitaria se ha convertido en una crisis y que es muy importante que ahora no llegue una crisis financiera. Afirmó también que es el momento de Europa actúe de forma unitaria y que si no hubiera acuerdo los ciudadanos no lo entenderían. Habrá que ver si hablar en estos términos es suficiente para que Holanda se muestre receptiva.

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