Crónica de 90 horas de negociaciones

Dentro del Consejo Europeo: una tensa cita Sánchez-Rutte y un domingo crítico

"Fue una montaña rusa emocional": la delegación española reconstruye la negociación. El momento clave fue la ruptura de los frugales, cuando Dinamarca, Suecia y Finlandia rompieron con Holanda y Austria. 

Pedro Sánchez en Bruselas, Comisión Europea
Dentro del Consejo Europeo: una tensa cita Sánchez-Rutte y un domingo crítico
EFE

"Fue una montaña rusa emocional". Así resumen en la delegación española que viajó a Bruselas los casi cinco días de intensas negociaciones en el Consejo Europeo que acabaron con un acuerdo 'in extremis' y de madrugada. Han sido noventa horas de reuniones, unas más cortas, de apenas diez minutos, y alguna de ocho horas; bilaterales de Sánchez con Merkel o Macron, a solas; o una tensa cita con Rutte en la que se estuvo al borde de la ruptura. Son algunas de las imágenes que se ha traído a Madrid un equipo de asesores conformado por veinte funcionarios que estuvo en contacto directo con Moncloa las 24 horas del día y con varios ministros del Gobierno, como Nadia Calviño o Arancha González Laya.  Esta es la crónica de lo sucedido desde el pasado viernes en Bruselas, contada, además, por protagonistas directos de las conversaciones mantenidas con otros países.

Sánchez llegaba el pasado jueves a mediodía a Bruselas con la esperanza de regresar el domingo a España. De hecho el gabinete del presidente le había preparado una reunión para el lunes del comité de seguimiento del Covid que se tuvo que cancelar. Y es que el Gobierno no pierde la pista de los rebrotes que siguen multiplicándose por todo el país. La cumbre avanzaba a buen ritmo, con altibajos, como todas las negociaciones, pero con buenas sensaciones, en general, durante todo el fin de semana. Pero el domingo por la tarde la delegación española empezó a percatarse de que los frugales habían llegado al Consejo Europeo con poco margen de maniobra. Esa noche todo se torció.

Cuentan en el equipo de Sánchez que la madrugada del domingo al lunes fue realmente complicada. Había sido un día de intensas reuniones entre las que destacan especialmente una: una cita entre el propio Sánchez, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte; el portugués, Antonio Costa, y el griego, Kyriakos Mitsotakis, a un lado de la mesa; y Mark Rutte, por Holanda; Sanna Marin, primera ministra de Finlandia; Stefan Löfven, el sueco; Sebastian Kurz, el austriaco; y Mette Frederiksen, la danesa, al otro lado del tablero. Dicen que fue una escena "muy dura" en la que unos y otros se dijeron a la cara lo que pensaban. Pero de esa cita, paradójicamente, salió el inicio del acuerdo.

Todas esas reuniones dominicales culminaron en un plenario donde los frugales pidieron reducir a 350.000 millones las subvenciones. Los países más reticentes al acuerdo plantaron cara a Alemania y Francia y llegaron a difundir la idea, siempre según las fuentes consultadas, que el pacto favorecía a las dos grandes potencias comunitarias. Estos países frugales intentaron, por tanto, aprovechar la situación del Brexit para plantear un reparto diferente de poder. Repetir, en definitiva, lo que ocurrió en el Eurogrupo, donde lograron vencer a Nadia Calviño. Pero en ese plenario fue cuando todo cambio. Los frugales se quedaron sin apoyos y empezaron a sufrir algunas fisuras. Eran las horas decisivas.

El golpe de efecto lo dieron Dinamarca, Suecia (no sin antes dejar claro que su Parlamento es reacio a un pacto como estaba planteado) y Finlandia. Los frugales se dividían así y dejaban solos a Holanda y Austria. Momento clave para que el eje franco-alemán, alineado con el sur, diera el 'zarpazo' final a las negociaciones. Estos países, entre ellos España, consiguieron, además, sumar los apoyos de naciones como Bélgica, Irlanda o Luxemburgo ante la posibilidad de que los frugales triunfaran y la Europa que saliera de Bruselas fuera "más pequeña".

Cuentan en el equipo de Sánchez que la madrugada del domingo al lunes fue realmente complicada y que se estuvo cerca de la ruptura; todo se recondujo

El lunes todo cambió y Rutte cedió. Pero el holandés quería tener todo amarrado, por escrito. Es entonces cuando se empezaron a sentar las bases del acuerdo final, con Charles Michel, el presidente del consejo, como mediador principal, y se avanzó en los tres temas centrales: gobernanza, cifras globales y 'rules of law'. "La resistencia" también cedió , incluida España, que para facilitar el acuerdo aceptó recibir los 72.700 millones en ayudas directas. Sánchez acuñó entonces la frase de que estaba un 95% satisfecho de lo que iba a firmar.

Seis asesores con Sánchez en Bruselas

La Covid obligó a que en el edificio del Consejo Europeo solo pudieran entrar seis asesores acompañando a los presidentes y primeros ministros. Sánchez optó por Manuel de la Rocha, director del Departamento de Asuntos Económicos de Presidencia del Gobierno; Aurora Mejía, directora del Departamento de Unión Europea; el secretario de Estado de la UE, Juan González-Barba; el embajador en Bruselas, Pablo García-Berdoy; el director de Protocolo de Moncloa y un colaborador que tomó las notas. Estos asesores estuvieron en contacto permanente con Madrid. En concreto, con Iván Redondo, director de gabinete de Sánchez; la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, y la ministra de Exteriores, Arancha González Laya

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, por su parte, envió a dos personas junto a Sánchez. La directora general de Fondos Europeos, Mercedes Caballero, y la subdirectora general de Relaciones Presupuestarias con la Unión Europea, Esperanza Teba. Ellas pusieron las cifras a toda y la visión más técnica de lo que se estaba negociando.

Sánchez, por su parte, tuvo un "papel muy activo". En las noventa horas participó en decenas de reuniones, explican en su entorno: con Merkel, con Macron, con Conte, con Merkel y Macron, con los países del sur, a solas, con un asesor... En su equipo destacan espeiclamente una cita de ocho horas de duración en la que estuvieron Sánchez, Merkel, Macron, Conte, Costa y Mitsotakis. De nueve de la tarde a cinco de la mañana encerrados en la misma sala. Sin asesores. Sobre las críticas al escaso papel público de Sänchez drante las negociaciones fuentes del Gobierno aseguran que prefirieron "no negociar a base de tuit". 

 

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