Elcano cree que Obama no ha conseguido la plena reconciliación España-EE.UU.

  • Un informe del Real Instituto Elcano afirma que cuatro años después de la llegada de Barack Obama al poder sigue sin haberse cristalizado la plena reconciliación con España y que Estados Unidos no parece en disposición de reconocer políticamente la importancia que este país tiene como aliado.

Madrid, 3 nov.- Un informe del Real Instituto Elcano afirma que cuatro años después de la llegada de Barack Obama al poder sigue sin haberse cristalizado la plena reconciliación con España y que Estados Unidos no parece en disposición de reconocer políticamente la importancia que este país tiene como aliado.

El análisis de Elcano, uno de los centros de estudios internacionales más importantes de España, señala que aunque en estos cuatro años la cooperación entre ambos países ha sido "muy satisfactoria", existe una percepción de que el vínculo político y diplomático "no refleja adecuadamente la densidad de los actuales intercambios económicos, sociales, científico-educativos o culturales".

El autor del informe, Ignacio Molina, investigador principal de Europa de Elcano y profesor de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Madrid, explica que en enero de 2009, tras cuatro años y medio de ausencia total de trato entre George W.Bush y José Luis Rodríguez Zapatero, "pareció abrirse una oportunidad única para rectificar esta situación".

Si bien las relaciones mejoraron y se produjeron progresos en el nivel sectorial, la cancelación de la visita de Barack Obama a Madrid prevista para 2010 y la escasa intensidad de las relaciones al más alto nivel "han terminado por restar brillo a la reconciliación", añade este análisis.

"La sensación es que la Administración Obama ha sido un tanto cicatera a la hora de reconocer la contribución española en algunos frentes especialmente delicados", dice el informe, que cita entre ellos la misión en Afganistán, la contribución de la base de Rota a las operaciones en Libia y al futuro "escudo antimisiles" y la adopción de costosas sanciones a Irán.

El autor de este análisis pone como ejemplo que el actual ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, no ha conseguido que EE.UU. se comprometa a asumir la limpieza de la zona almeriense de Palomares ni una firme condena de Washington a Argentina tras la expropiación de YPF en perjuicio de Repsol.

Para Elcano, EE.UU. sostiene en público que esa sensación de "agravio" carece de justificación, pero en privado reconoce que no se han disipado por completo las dudas sobre la fiabilidad de España como socio provocadas por las retiradas de Irak en 2004 y de Kosovo en 2009 y que existe cierta reticencia a invertir grandes cantidades de tiempo y esfuerzo en una relación con resultados "modestos".

"La España de 2012 no es un modelo de país con el que los políticos norteamericanos deseen asociarse", subraya este informe, que pone como ejemplo las "alusiones despreciativas" de Mitt Romney en los debates presidenciales y los comentarios de Obama citando a España como "ejemplo de una mala respuesta a la crisis".

Gane quien gane las elecciones el próximo 6 de noviembre, Elcano afirma que España tiene una agenda propia para seguir profundizando su relación con EE.UU. entre 2013 y 2016 "sin perjudicar su apuesta fundamental por la Unión Europea".

Este análisis opina que una victoria de Romney el próximo martes "tal vez llenaría la política exterior estadounidense de más contenido ideológico y enfocada a la seguridad, pero probablemente no alteraría" los planes de Mariano Rajoy y de sus ministros de "mantener en los próximos años una buena relación, aunque sin un perfil excesivamente alto y en todo caso no contradictoria con la apuesta europeísta".

Apunta además que las elites políticas españolas comparten con las europeas la impresión de que Washington "se va distanciando de Europa y desplaza su interés hacia Asia y el Pacífico".

"La crisis económica europea estaría acelerando esta dinámica de pérdida de importancia internacional del viejo continente", dice el estudio, que añade que también EE.UU. "estaría sufriendo una cierta erosión de su poder como consecuencia de la crisis y de las grandes transformaciones globales".

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