"Vengo de llevar puertas, queda mucho tajo"

Almacén de vacunas, obras a todo gas... lo que no se vio en el estreno del Zendal

La presidenta de la Comunidad de Madrid cortó ayer la 'cinta roja' de su proyecto estrella al que calificó de "hazaña" en una presentación sin preguntas.

Isabel Díaz Ayuso
Almacén de vacunas, obras a todo gas... lo que no se vio en el estreno del Zendal
EFE

Antes de las diez de la mañana de ayer, las inmediaciones del Isabel Zendal ya bullían. Los medios acudieron en tromba a cubrir el estreno del megahospital para emergencias de Valdebebas. Los manifestantes, por goteo. Y la presidenta de la Comunidad de Madrid, por una puerta secundaria desde la que no se oían los abucheos de aquellos. Tras el desembarco de Ayuso, las autoridades allí reunidas prolongaron los saludos fuera del alcance de las cámaras. Varios metros detrás de la comitiva, a salvo de miradas indiscretas, una cuadrilla de operarios trabajaba a destajo alrededor de una excavadora. Pasan desapercibidos, como todo lo que quedó fuera del recorrido oficial de una inauguración descafeinada.

"Yo vengo de traer puertas... y allí queda mucho tajo". Uno de los profesionales que han aportado su grano de arena a la obra faraónica comentaban a La Información lo que guardan las alas del Zendal que la Comunidad ha evitado enseñar. Mientras la CAM proclama que la obra se ha zanjado en poco más de tres meses, las noticias intramuros son otras. Ni el hospital está terminado ni el plazo se ha cumplido, pese a que el equipo de Díaz Ayuso se hizo eco de la entrega de la obra civil, que tuvo lugar el pasado sábado 31 de diciembre.

Las ausencias pesaron más que las presencias. Ningún miembro de la oposición acudió al gran día. Tampoco el ministro de Sanidad, Salvador Illa. Sí respaldó a la presidenta el líder de su partido. Pablo Casado llegó antes que Ayuso, cruzó a paso rápido el pavimento, acompañado por el vicepresidente madrileño, Ignacio Aguado, que se mantuvo en un segundo plano durante todo el encuentro. En representación de la cartera -y del Gobierno central- asistió la secretaria de Estado de Sanidad, Silvia Calzón, cuya presencia no logró frenar la crítica de la líder de la CAM. Entre las ausencias, la de unos sanitarios que aún no han desembarcado en el megahospital que, en el día de su inauguración, aún no estaba listo para cumplir su cometido.

El megahospital arrancará, según la consejería, con 240 camas y una plantilla que, a día de hoy, no llega a la mitad de las previsiones más modestas que la CAM llegó a tener sobre la mesa. Mientras la presidenta se extendía en halagos hacia la "hazaña" de Valdebebas, los responsables de Recursos Humanos del SERMAS intentaban aclarar a los sindicatos de la Mesa Sectorial, de dónde sacarán a unas batas blancas que, de tratarse de una inauguración 'al uso', ya deberían estar listos para presentar batalla en el hospital de turno. 

Si funcionase a pleno rendimiento, el hospital de Valdebebas exigiría cerca de 6.000 sanitarios. Las autoridades regionales rebajaron a 669 la plantilla necesaria para dar salida al pabellón 2, el único que, por el momento, tiene previsto abrir. El día de su inauguración, los sanitarios que se han apuntado para moverse al megahospital se cifran en 106 voluntarios. Desde CCOO marcan el contraste: "El hospital Infanta Cristina, en Parla, cuenta con 740 profesionales para 247 camas". Las autoridades sanitarias de la región han admitido este mediodía que al Zendal no llegarán pacientes, como mínimo, hasta después del próximo puente

Con o sin sanitarios, la crispación ha empañado el acto que ha protagonizado la presidenta. "El Ministerio ha estado perfectamente representado por la secretaria de Estado", valoraba el ministro Illa horas después de la inauguración, "Yo estaba en una cosa llamada Consejo de Ministros que se reúne cada martes". Para el Ejecutivo regional, la visita de Calzón no fue suficiente. Ayuso lamentó abiertamente las "ausencias destacadas" en la inauguración y aludió directamente de los portavoces del PSOE, Más Madrid y Podemos. "Un gran hospital público no puede ser una mala noticia para nadie, a no ser que el sectarismo político lo vea así". 

Tampoco a quedado a la vista de los medios el espacio que puede albergar la vacuna contra la Covid-19 -incluida la de Pfizer, que requiere unas condiciones de refrigeración extrema-. Así lo ha afirmado el director general de Infraestructuras Sanitarias, Alejo Joaquín Miranda, que ha descrito la construcción como "polivalente, versátil y sectorizable", algo que  podría convertirlo en un centro de vacunación o de cribado "gracias al suministro de gases, y en particular al vapor de nitrógeno". Para echar una ojeada a este 'congelador' de vacunas, para atisbar a alguno de los profesionales que recorrerán sus pasillos, para inmortalizar la llegada del primer paciente... habrá que esperar, como poco, a que pase el puente.

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