Giro a la campaña del 4-M

Monasterio marca terreno en la batalla de Ayuso contra el frente de la izquierda

Las dudas de la líder de Vox sobre las amenazas de muerte a Pablo Iglesias provoca que PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos se centren en ella, desplazando a un lado su estrategia común contra la presidenta.

La candidata del Partido Popular a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (d), y la candidata de Vox, Rocío Monasterio, tras el debate electoral que los seis líderes de los principales partidos políticos madrileños celebraron el miércoles en los estudios de Telemadrid.
Monasterio marca terreno en la batalla de Ayuso contra el frente de la izquierda
Agencia EFE | Juanjo Martín

"De Pablo Iglesias me creo poco". Una simple declaración ha dado un vuelco a la campaña de las elecciones de la Comunidad de Madrid. Con la consecuencia de que una candidata que iba a ocupar un lugar secundario ahora es el centro de todas las conversaciones. La protagonista de este giro es la candidata de Vox en ese 4-M, Rocío Monasterio. Desde este viernes, es la aspirante que monopoliza la atención después del cuestionamiento que ha realizado de las amenazas de muerte que ha recibido el líder de Unidas Podemos. Una estrategia que le ha facilitado convertirse en el nuevo objetivo de las fuerzas de izquierda, lo que le permite tener un perfil propio para competir con la presidenta madrileña. 

La vinculación política que tienen Ayuso y Monasterio es lo que había provocado que esta última apenas estuviera teniendo un peso específico para que su campaña ganara fuerza. Más allá de pequeñas polémicas o de sus enfrentamientos en entrevistas con periodistas, la líder de Vox en Madrid no conseguía tener una voz propia. Desde el principio, ha vinculado su destino a la cabeza de lista del PP por su predisposición a ser quien facilite que repita en la Puerta del Sol. Esto conllevaba que los aspirantes de PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos no tuvieran muy en cuenta lo que decía. E incluso evitaban confrontar con ella de manera directa por polémicas como el cartel de Vox contra los menas o en el debate que celebró Telemadrid. Hasta ahora.

El viernes 23 de abril ya queda señalado como el día en el que se produjo el punto de inflexión de la campaña del 4-M. Con sus palabras poniendo en duda las amenazas contra Iglesias, que recibió cuatro balas en un sobre con un mensaje en el que se advertía de consecuencias violentas para él, su pareja y sus padres, Rocío Monasterio ha conseguido que su figura destaque. Hasta el punto de ser la razón principal para que la izquierda haya cambiado sus estrategias para dejar ver el rechazo que les genera la aspirante de Vox. Contrarrestar las acciones electorales de la extrema derecha va a ser desde ya una prioridad para las fuerzas de este espectro, como confirman fuentes consultadas por La Información

La primera consecuencia fue la de que Ángel Gabilondo y Mónica García forzaran la cancelación del debate en la Cadena SER en el que estalló todo por su negativa a continuar departiendo con Monasterio. Después, la candidata de Más Madrid se ha sumado a su compañero de bloque de Unidas Podemos para rechazar participar en más foros en los que Vox estuviera presente. Una decisión que ha provocado la cancelación de los debates de laSexta, previsto para el lunes 26, y de RTVE, que iba a ser el 29. Unos gestos que son solo el comienzo de un cordón sanitario que la izquierda quiere impulsar contra Monasterio y su líder, Santiago Abascal. El cual continuará desarrollándose para poner en un brete a los socios potenciales de estos últimos, como son el PP de Ayuso y Ciudadanos. 

Pero que PSOE, Más Madrid o Unidas Podemos vayan a volcarse en desacreditar a la líder autonómica del partido de Abascal no es algo que moleste a ésta. Como muestra la repercusión que ha obtenido, esto le facilita venderse ante los votantes como una política que ofrece algo distinto a Ayuso. Aunque la razón de su ascenso mediático y político sea el sembrar dudas sobre lo que le ha ocurrido a Iglesias, en Vox han apostado por explotar esta circunstancia en lugar de intentar corregir el rumbo para ser criticados por otros motivos menos controvertidos. Su argumento para mantenerse en dicha postura es que el exvicepresidente del Gobierno no condenó el lanzamiento de piedras contra sus dirigentes durante el mitin que ofrecieron en el barrio madrileño de Vallecas. En los tuits que han publicado posteriormente lo han dejado claro. Tal y como ha hecho su 'número 1' por Madrid, que no ha dudado en reiterar esas dudas a las amenazas.

La posibilidad de que Vox empeore sus resultados es otro de los motivos que puede explicar esta apuesta de que su candidata eleve el tono como está haciendo. Aunque la mayoría de encuestas le otorgan un porcentaje de votos suficiente, hay dudas entre los distintos partidos de si el empuje de Ayuso puede acabar por 'devorar' a los de Monasterio, según las fuentes consultadas por esta redacción. Una situación que a los 'populares' no les interesa, ya que la única posibilidad que contemplan es la de contar con la extrema derecha para mantenerse en el gobierno madrileño. La mayoría absoluta de la actual presidenta está descartada. El más que posible fracaso de Ciudadanos, asumido. Por lo que solo está abierta la 'vía Monasterio'.

La nueva etapa que se abre por esta confrontación cumple con las expectativas de lo que se esperaba para estas elecciones. El proceso más embarrado de la historia reciente del país ya es una realidad. Tras todo lo ocurrido, la izquierda no 'atizará' solo a Ayuso. La candidata de Vox va a estar mucho más presente en sus discursos. La gran duda es cómo obrará la jefa de filas del PP para defender su futura alianza con ellos. PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos apretarán para que deje claro si continuará con esa idea de contar con los de Abascal. Todo para buscar una movilización del electorado que les permita poner fin al 'ayusismo'. Aunque ahora, también es una batalla como Monasterio.

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