Sánchez y Rivera copan el debate con Casado e Iglesias de convidados de piedra

Sánchez y Rivera copan el debate con Casado e Iglesias de convidados de piedra
Sánchez y Rivera copan el debate con Casado e Iglesias de convidados de piedra
RTVE

El primer debate electoral a cuatro ha sido copado por un claro 'cara a cara' entre Albert Rivera y Pedro Sánchez. El líder de Ciudadanos tiró de experiencia para erigirse como el ariete contra el candidato del PSOE y principal favorito en las encuestas. Ellos han protagonizado los intercambios de 'golpes' más interesantes de una noche en la que Pablo Casado y Albert Rivera no han podido hacerles sombra. Por momento ha parecido más un debate a dos que una contienda a cuatro.

Los cien minutos del primer debate han dejado claro que Cs no va a levantar el 'cordón sanitario' al PSOE de Sánchez. Ha sido probablemente, la principal conclusión, para sorpresa de los asesores sanchistas. En la sala de máquinas de Ferraz venían pensando en las últimas semanas en una 'operación reblandecimiento naranja', pero Rivera no ha dudado en ningún momento: "No es no". Rotundo. "¡Qué decepción!" reaccionaba Sánchez.

En el PSOE no entienden esta cerrazón de Rivera. Por eso Sánchez ha querido atacarle donde cree que más le duele: citándole la fotografía de Colón junto a Casado y Santiago Abascal. De hecho, ha sido el presidente del Gobierno quien ha colado a Vox en el debate, mencionando "una realidad muy peligrosa" que podría darse tras el domingo. Ha mencionado a Trump y al Brexit como dos ejemplos del peligro que, bajo su punto de vista, tienen los experimentos en las urnas.

Todo esto ha ocurrido mientras Casado e Iglesias ejercían de convidados de piedra. Han estado fuera de foco en la mayoría de las ocasiones. Los líderes de PP y Unidas Podemos no han podido destacar con claridad sus medidas ni hacer que sus rivales pierdan los nervios. Tampoco han sabido ver el avance de Rivera. Era un todos contra Sánchez y el líder de Cs es quien mejor ha sabido sacar provecho a esa pinza.

Sánchez, por su parte, tampoco había preparado a conciencia los ataques a Rivera. Solo llevaba preparado una respuesta respecto a ese 'cordón sanitario' inamovible de Cs. Sí se sacó de la manga los 127 acuerdos que el PP alcanzó con Bildu. O el "no es no" sobre las agresiones a las mujeres y las 'manadas'. El resto de la contienda se dedicó a destacar su gestión en los diez meses que ha estado en La Moncloa. Los 'viernes sociales' eran su munición y no han sido suficientes.

Cataluña ha embarrado la contienda. Y aquí Casado, más centrado en destacar los logros de los gobiernos del PP y en comparar a Sánchez con Zapatero, ha podido respirar algo. Ha recordado la polémica rueda de prensa de Carmen Calvo sobre el relator, "que parecía de Gila"; ha mencionado las palabras de Torra hablando de "bestias con forma humana"; y ha arremetido contra la foto de Pedralbes: "Dígalo ya, ¿va a indultar a los presos?" Sánchez hizo 'mutis por el foro' sabedor de que no puede poner palos en las ruedas a su relación con los independentistas.

Iglesias, por cierto, ha empleado un tono muy diferente al de sus rivales. Su nuevo jefe de gabinete, Pablo Gentili, le había recomendado hablar pausado, enfatizando sus propuestas. Por eso coló en su discurso a bancos, eléctricas, a los poderes económicos... Fue un discurso dirigido a los antiguos votantes de Unidos Podemos que, según indican los sondeos, se están fugando al PSOE en masa. El dirigente morado, por cierto, quiso tener un gesto hacia los militares que están siendo despedidos de las Fuerzas Armadas, un buen caladero de votantes.

Pero no ha sido la última palabra de los cuatro candidatos. Este martes están emplazados a un segundo debate, en Atresmedia. Será su 'bala de plata' para movilizar a los indecisos antes de la cita del domingo. Sánchez se ha salvado en la primera parte, pero aún le queda una segunda mitad en la que volverá a ser el 'púchimbol' de sus rivales. No hay nada decidido.

Mostrar comentarios