Países del Este rechazan las cuotas en una Europa dividida sobre la crisis migratoria

  • Los países del Este europeo rechazaron el viernes las cuotas obligatorias de refugiados propuestas por Alemania, reflejando las profundas divisiones abiertas en Europa ante la crisis migratoria.

Los países "deben poder controlar el número de refugiados que están dispuestos a aceptar y a continuación ofrecerles [su] apoyo", dijo el ministro de Relaciones Exteriores checo, Lubomir Zaoralek, tras un encuentro en Praga con sus homólogos húngaro, polaco y eslovaco.

Estos países, que ingresaron en 2004 en la UE con el abierto apoyo de Alemania, desafían hoy a la canciller Angela Merkel que quiere imponer una política "obligatoria" de cuotas de refugiados en nombre de los valores del proyecto europeo.

El jefe de la diplomacia alemana, Frank-Walter Steinmeier, también acudió a la reunión en Praga para intentar hacer cambiar de opinión a sus homólogos.

Tras varias dudas, Francia se sumó a la posición de Berlín y de la Comisión Europea, que desea repartir desde la próxima semana a los 160.000 refugiados en los países del bloque.

Además de los países del Este, Dinamarca -gobernada por un partido liberal con el apoyo de una formación antimigración- también anunció que rehúsa sumarse a este sistema de repartición, al alegar que ya acogen a gran número de migrantes.

Dinamarca recibió 15.000 demandas de asilo en 2014 y, según Eurostat, en proporción con su población es el quinto país en haber recibido refugiados, más que Alemania.

La presión sobre los políticos europeos podría aumentar el sábado, cuando se prevén varias manifestaciones en favor de los refugiados en varias capitales, entre ellas Londres, Berlín o Madrid.

Entretanto, sigue incesante el flujo de refugiados en su camino hacia Europa occidental.

Alrededor de 7.600 migrantes entraron en Macedonia entre el jueves por la noche y el viernes por la mañana, un récord desde que comenzó la crisis migratoria, según una fuente de Naciones Unidas.

Alemania, que mantiene su política de puertas abiertas y es el destino más deseado por muchos de los refugiados, espera 40.000 más este fin de semana, informó en Praga Steinmeier.

Tras recordar que Alemania acogerá a 800.000 migrantes este año, el jefe de la diplomacia alemana aseguró que hace falta "ponerse de acuerdo sobre un reparto justo de los que aún están de camino" y que este podría "ser el mayor desafío en la historia de la UE".

Los ministros de Economía de la Unión Europea pidieron el viernes a la Comisión que analice el "impacto económico" en los presupuestos nacionales de la llegada masiva de refugiados.

Para hacer frente a la crisis migratoria, Hungría, donde la próxima semana entrará en vigor una dura ley antimigrantes, anunció que propondrá a sus socios europeos un plan de ayuda de 3.000 millones de euros para los países vecinos de Siria, país devastado desde 2011 por la guerra.

"Y si hace falta más dinero, aumentaremos la ayuda, hasta que el flujo de migrantes se agote", indicó el primer ministro húngaro, Viktor Orban.

En una entrevista publicada el sábado en el diario alemán Bild, Orban estimó que "estos migrantes no vienen de zonas de guerra, sino de campos situados [en estos países fronterizos]", donde ya están "seguros".

Hungría, país de tránsito de decenas de miles de refugiados pese a la erección de una valla en la frontera con Serbia, quiere parar ese tránsito a partir del 15 de septiembre, cuando entre en vigor la nueva ley antimigrantes que prevé penas de prisión para quienes entren al país de manera irregular.

En Oriente Medio, Arabia Saudita, criticada junto a otros países del Golfo por su inacción durante la crisis de migrantes, aseguró que ya acogió a 100.000 refugiados sirios.

Por otra parte, un video grabado de forma oculta en el interior del mayor campamento de migrantes en Hungría, en la frontera con Serbia, mostró las condiciones "inhumanas" en las que se distribuye la comida.

En Presevo, en Serbia, miles de migrantes esperaban este viernes poder obtener documentos que les permitan seguir su camino.

"El único objetivo de este éxodo es sobrevivir", dijo Wahid Rashid, de 37 años, mientras intentaba secar su pasaporte en una fogata.

En otra controversia en Hungría, una periodista húngara que apareció el martes en un video pateando a migrantes que acababan de cruzar la frontera explicó el viernes que "entró en pánico" y "lamentó" su gesto.

"No soy una camarógrafa racista y sin corazón", afirmó en una carta abierta.

En una Europa dividida ante la mayor crisis migratoria desde la Segunda Guerra mundial, Suecia se ha puesto claramente del lado de la política defendida por Alemania.

Un grupo de policías suecos colgó un video de bienvenida a los refugiados. "Bienvenidos a nuestro hermoso país. Esperamos que Suecia pueda ayudarlos en todo lo que necesitan", dice un agente.

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