La sentencia de los ERE allana la sucesión de Susana Díaz con Montero en la 'pole'

Encuentro entre Susana Díaz y Pedro Sánchez
Encuentro entre Susana Díaz y Pedro Sánchez
EFE

Qué hacer con el PSOE de Andalucía. Es el dilema que asalta en estas horas a la dirección de Ferraz. La sentencia del caso de los ERE ha sido una 'bomba' para el partido, más si cabe después de que su líder, Pedro Sánchez, siempre se haya manifestado en términos muy duros respecto a la corrupción. En esta ocasión sólo ha habido una reacción tibia por parte de José Luis Ábalos pero en la dirección ya hay responsables pensando en una sucesión ordenada en la comunidad que representa el principal granero de votos para los socialistas.

Ayer mismo, nada más conocerse el fallo judicial, saltaron todas las alarmas en la sede central del PSOE, en Madrid. "Aguantad, que habrá reacción a lo largo del día", aseguraba un cargo de la Ejecutiva a preguntas de La Información. La estrategia pasó por aislar a Sánchez y, como intentó en mayo de 2018 el PP con la sentencia de Gürtel, desvincular totalmente al presidente del Gobierno en funciones y secretario general de lo sucedido con dos expresidentes autonómicos que dejaron su carné del partido en 2016. Nada que ver con ellos era el mensaje a transmitir. El encargado de fijar este muro de contención fue José Luis Ábalos.

'Abandonados' Chaves y Griñán, en Ferraz hay quien también mira a Susana Díaz. Así lo explican otro cargo del partido: "Díaz fue mano derecha de Griñán en la Junta de Andalucía y su responsabilidad política, aunque no este implicada en el caso, debería tenerla". El mismo mensaje transmiten desde una baronía con Gobierno: "Si mi secretario general estuviera en su situación no podría aguantar". En definitiva, la expresidenta andaluza ha vuelto a ser puesta en entredicho de puertas para dentro por esa "responsabilidad in vigilando" que ha hecho célebre Esperanza Aguirre.

En realidad Sánchez y Díaz no terminan de conectar. Es lógico, a pesar de la paz relativa mantenida hasta ahora. Fueron rivales enconados en unas primarias que provocaron una herida profunda en el PSOE. Costó que cicatrizara y solo se consiguió con la exitosa moción de censura y la recuperación de La Moncloa tras siete años de marianismo. El caso ERE, por tanto, ha provocado que la herida entre Madrid y Sevilla vuelva a supurar.

En Ferraz algunos dirigentes miran a María Jesús Montero como el futuro del PSOE andaluz. La ministra de Hacienda en funciones se ha convertido en una pieza central del sanchismo, por eso hay quien cree que podría ser la enviada de la dirección federal a dirigir la federación más importante. Es una posibilidad que no se descarta y que ahora podría precipitarse. Hay que recordar que Díaz perdió la Junta en las elecciones de diciembre, siendo una derrota que nunca había sufrido el PSOE. Madrid tomó nota.

Las divergencias entre Sánchez y Díaz han sido frecuentes y no se han ocultado. No solo en las primarias, sino también tras la llegada a Moncloa. La última disputa tuvo lugar con motivo de la elaboración de las listas electorales de cara a las elecciones generales de abril. Ferraz impuso a una serie de diputados y el PSOE andaluz tuvo que plegarse. 

En el entorno de Sánchez no olvidan, sin embargo, que Susana Díaz derrotó en Andalucía al hoy secretario general del PSOE en las primarias de 2017. Eso complicaría una transición, que tendría que contar con el visto bueno de la todavía secretaria general (lleva desde 2013 en el cargo y lo revalidó en el Congreso de 2017), para dejar paso a una apuesta de consenso.

En las elecciones del 10-N, el PSOE perdió en Andalucía una parte de los votos conseguidos en los comicios de abril. El partido pasó de 1.568.682 a 1.420.005 sufragios mientras PP y Vox se dispararon. Y eso que Sánchez se volcó con la comunidad, ya que volvió a abrir la campaña en el territorio más importante para los socialistas. Antes de la crisis de Andalucía, eso sí, Moncloa y Ferraz quieren dejar cerrado el Gobierno.

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