Alberto Nadal, el aspirante que topa con su hermano pero al que Rajoy debe una

  • Al secretario de Estado de Presupuestos le perjudica la presencia de Álvaro en el Consejo de Ministros, pero Rajoy ya ha demostrado que confía en él
Alberto Nadal se reúne el jueves con los sindicatos para tratar el nuevo marco regulador de la minería
Alberto Nadal se reúne el jueves con los sindicatos para tratar el nuevo marco regulador de la minería

"Cuestión de días". El respaldo institucional de sus colegas del Eurogrupo - los ministros de Economía y Finanzas de los 20 países de la zona euro - a la candidatura de Luis de Guindos a la vicepresidencia del BCE va a precipitar la salida del que ha sido el cerebro económico de los dos gabinetes de Mariano Rajoy en la turbulenta travesía completada entre los años 2012 y 2018. Aunque en un principio el ministro anunció que presentaría su cese en el momento en que el Consejo Europeo adoptara una decisión definitiva sobre su candidatura, en la reunión que tendrá lugar los días 22 y 23 de marzo, la certeza del apoyo de Europa a su candidatura podría acelerar su salida del Gobierno, que según él mismo reconoció este lunes podría producirse en los próximos días.

La salida de Guindos, pese a su no escondida mala relación con una parte importante del Consejo de Ministros, equivale a un  movimiento de placas tectónicas en el núcleo duro (económico) del Gobierno, que el presidente Rajoy no ha querido tocar desde su llegada al poder en 2012 y que considera como su mejor patrimonio. El curso de los acontecimientos sitúa ahora al presidente ante la tesitura de buscar un sustituto y como viene sucediendo desde 2012 cuando se especula sobre posibles candidatos a cualquier cargo de relevancia en el área económica del Ejecutivo, vuelven a sonar los nombre de Álvaro y Alberto Nadal, nombres clave para entender el proceso que se abre. Es más, fuentes próximas a Guindos especulaban ayer: "Alberto sería el elegido si no fuera porque su hermano está ya en el Consejo de Ministros". Tan duro como cierto.

El gemelo menos mediático de los Nadal - Álvaro se mueve con solvencia en el 'star system' de la política - asoma de nuevo en todas las quinielas para suceder a Luis de Guindos, por su formación, por la capacidad de gestión demostrada en los dos destinos del segundo escalón que ha tenido en los gobiernos Rajoy - la secretaría de Estado de Energía y la secretaría de Estado de Presupuestos, que ocupa en la actualidad- y por la confianza que le tiene el propio presidente del Gobierno. Todas las piezas encajarían si no fuera por la posición que ya ocupa su hermano y porque también se da la circunstancia de que su mujer, Eva Valle, es la asesora económica de cabecera del presidente, como titular de la Oficina Económica del Gobierno.

"Dudo mucho que vayan a nombrar a Alberto. Tiene una gran nivel intelectual y ha demostrado su capacidad de gestión, pero me cuesta pensar en que Mariano (Rajoy) vaya a situar a los dos hermanos Nadal en el Consejo de Ministros", remacha un ex diputado popular, profundo conocedor de los singulares mecanismos de toma de decisiones del presidente del Gobierno. La cartera ministerial de su hermano Álvaro aparece como uno de los principales obstáculos para los 'sueños ministeriales' de Alberto Nadal, ya frustrados en 2016 cuando sus posibilidades de promoción tras lidiar con razonable éxito en la Secretaría de Estado de Energía con el polvorín de las primas a renovables y del déficit de tarifa se diluyeron con la elección del otro gemelo Nadal como ministro del ramo.

La deuda de Rajoy con Alberto Nadal

Alberto Nadal dio entonces con sus huesos en la secretaría de Estado de Presupuestos y Gastos, como número dos 'de facto' de Cristóbal Montoro, desde donde ha contribuido a reducir el déficit público hasta un umbral que podría permitir a España salir del Procedimiento de Déficit Excesivo el próximo mes de abril, pero donde ahora afronta una posición complicada con los Presupuestos de 2018 bloqueados y el nada improbable horizonte de que España funcione con presupuestos prorrogados hasta el fin de la legislatura.

Amenazado por un horizonte potencial de intrascendencia política, en favor de Alberto Nadal juega su demostrada lealtad a Mariano Rajoy y la percepción generalizada en Moncloa de que el presidente está en deuda con él. Los que recuerdan esta presunta 'deuda' se remiten a dos momentos decisivos. Año 2012. Alberto Nadal es designado como miembro del Consejo de Administración de Red Eléctrica Española, pero se ve obligado a renunciar al puesto poco después tras el nombramiento de Álvaro Nadal como director de la Oficina Económica del Gobierno. El Gobierno también tenía planes para él: lo nombró secretario de Estado de Energía.

Septiembre de 2016. Alberto Nadal es el principal (único) candidato de España para ocupar el cargo de director ejecutivo del Banco Mundial, un puesto al que había aplicado varios meses atrás. A última hora surge un nuevo e inesperado candidato, su ex jefe en el Ministerio de Energía, José Manuel Soria, que meses antes se había visto obligado a renunciar a su cartera tras el escándalo de los Papeles de Panamá. La Comisión de Evaluación encargada de valorar la adecuación de los candidatos al puesto se decanta por el jefe frente al subordinado, pese a que finalmente Soria sería obligado también a renunciar a este puesto, ocupado finalmente por el ex secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre.

No son pocos los que opinan que tras estas dos decepciones y, sobre todo, tras el modo tan discreto en que las encajó, Alberto Nadal podría estar ahora ante su momento. Su futuro, una vez más, dependerá de lo que diga Mariano Rajoy. Paradójicamente, si fuera el elegido, alcanzaría un honor que también ha anhelado su hermano... y del que no se ha despedido.  Todo queda en casa o juego de tronos. Según se mire.

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