El Albero, una local familiar con una gran cocina, en Becerril de la Sierra

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La Sierra de Madrid es una válvula de escape para los más de tres millones de madrileños que viven en la capital. A sólo media hora escasa por la carretera de La Coruña, el paisaje cambia repentina y súbitamente. El perfil se eleva y se hace más abrupto, el granito se levanta en paredes para buscar un lugar donde realizar la descompresión de las prisas, el estrés, la rutina y el cansancio. La sierra es también sinónimo de buenas mesas, muchas de ellas conocidas como Salvador, en Moralzarzal, hasta hace poco Rodrigo de la Calle en Collado Villalba y otras más populares pero excepcionales como El Albero en Becerril.

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Becerril es un pueblo que se encuentra al pie de la Bola del Mundo y a unos pocos kilómetros del embalse de Santillana. La mayor parte de las casas respetan la construcción típica de la zona: Fachadas de gruesos muros de granito y tejados de pizarra negra. Las calles empinadas, esconden terrazas que se abren en cuanto sale el sol y pequeños restaurantes como El Albero, un local con más de veinte años, regentado por una familia que imprime carácter al establecimiento, Laura, la madre en la cocina, Moncho combina su trabajo como ingeniero con la gestión de la sala que lleva junto con su hermana Inmaculada.

A el Albero se llega porque uno es un habitual de la zona y lo conoce o por recomendación de un amigo. Oculto tras unas casas, su fachada remozada en color albero y una amplia terraza, son la carta de presentación de este local que cuenta con una animada barra en la planta de abajo y un comedor agradable en la planta superior. Ambas zonas tienen cartas diferentes aunque comparten algunos de los platos estrella que se pueden tomar en formato ración abajo y plato arriba. Ensaladilla soberbia, las croquetas de Mari Luz, cremosas y ricas, la tortilla de patata y cebolla pochada, la cazuela de rabo de toro y las mollejas de lechal abajo.

En el restaurante, con mucho sabor y bien hechas las gambas rojas de La Garrucha, las almejas y los berberechos a la sartén, impecables. Una de las especialidades de la casa es la tortilla vaga, cuajada solo por un lado, acabada con una puntas de alcachofas crujientes. Suaves y deliciosas las alcachofas con foie micuit. Las carnes, seleccionadas de los mejores ganados de la sierra, dan lugar a unos cortes excelentes, lomos de vaca vieja en su punto de maduración óptimo, elaboraciones perfectas con los tres tonos de color bien definidos, marrón en el exterior, rosa en el interior y rojo en el centro. La bodega bien servida con Pintia, Alion y Valbuena a precio contenido.