Así pueden los viudos cambiar el reparto de la herencia entre los herederos

En el proceso de hacer un testamento, varias personas se pueden sentir sobrecogidas por la cantidad de consideraciones que tienen que contemplar para asegurarse de que se cumplan sus últimas voluntades. Una herramienta que puede ser de provecho en estos casos es la llamada" fiducia sucesoria conyugal", que sirve para autorizar al cónyuge del causante para que pueda repartir su patrimonio entre los hijos en común, o dejar la herencia indivisa para que se reparta después de su propia muerte a través de un testamento convencional.

Según el artículo 831 del Código Civil, "podrán conferirse facultades al cónyuge en testamento para que, fallecido el testador, pueda realizar a favor de los hijos o descendientes comunes mejoras incluso con cargo al tercio de libre disposición y, en general, adjudicaciones o atribuciones de bienes concretos por cualquier título o concepto sucesorio o particiones". Mientras se respeten las legítimas, el viudo, que por lo demás puede considerarse la persona más adecuada y mejor capacitada para interpretar la voluntad y los intereses del causante, podrá disponer de los bienes que conforman el caudal hereditario al volverse el ejecutor del testamento. Esto le permite decidir como se reparten el tercio de mejora y el de libre disposición y lo que se hará con la comunidad de gananciales o cualquier comunidad conyugal.

Condiciones

Cabe destacar que la pareja que sobrevive al causante no tiene necesidad de haber contraído matrimonio con el mismo para poder beneficiarse de la fiducia sucesoria conyugal, o siquiera estar registrada como pareja de hecho, siendo indiferente también el sexo de cada uno. La condición imprescindible que deben cumplir es tener hijos en común, sean naturales o adoptados. 

Uno de los detalles que permite la fiducia sucesoria conyugal es la posibilidad de hacer un testamento flexible, que le daría plena libertad al ejecutor para disponer del patrimonio, o de imponer unas condiciones que se deben cumplir antes de la repartición. También se pueden delegar estas responsabilidades en apoderados que responderían al cónyuge supérstite, que no tiene que ejercer personalmente estas tareas de administración.