En sus apariciones públicas

La curiosa razón por la que Steve Jobs siempre iba vestido de la misma forma

El magnate se volvió una figura sumamente mediática, gracias a la imagen con la que siempre se presentaba: un jersey de color negro con el cuello vuelto, vaqueros y zapatillas deportivas.

Steve Jobs 2007 presentación iphone
Steve Jobs.
EFE

Con dos películas sobre su vida y una infinidad de libros escritos sobre su trabajo, Steve Jobs es, sin duda, una de las figuras clave en la cultura empresarial de Estados Unidos y Europa. Y no solo fue conocido por sus innovaciones trabajando con Apple. El magnate se volvió una figura sumamente mediática, gracias tanto a un gran número de productos que cambiaban el panorama del mercado tecnológico en su momento como a la imagen con la que siempre se presentaba: un jersey de color negro con el cuello vuelto, vaqueros y zapatillas deportivas.

A partir de esta preferencia sartorial, mucho se ha escrito sobre las ventajas de llevar un uniforme diario, con lo que varias figuras del sector adoptaron este acercamiento, incluyendo el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, que prefiere las camisetas grises. Se trata de un razonamiento que parte de la comodidad y la organización: si decidir qué ropa ponerse todos los días representa una cierta inversión de tiempo y esfuerzo mental, resulta mucho más eficiente ahorrárselo a favor de aprovechar ese poder de decisión en otros asuntos.

Momento clave

Sin embargo, el autor Walter Isaacson recoge un momento clave en su biografía de Steve Jobs, la única autorizada por el empresario, en el que este empezaría a usar su famoso jersey negro en todas sus apariciones. Según Isaacson, Jobs tuvo la idea de imponer un uniforme para los empleados de Apple después de visitar una fábrica de Sony en Japón, donde todos los trabajadores llevaban la misma ropa. Jobs incluso contrató al mismo modista que había diseñado el uniforme de Sony, Issey Miyake.

Sin embargo, este sueño sería rechazado por los trabajadores de Apple, que se negaron a llevar las muestras que les mostró el cofundador. Así, Jobs se quedó con la idea y volvió a contactar con Miyake para pedirle que diseñara un uniforme para él, argumentando que representaba una oportunidad para desarrollar un estilo personal y una mayor comodidad antes de empezar a trabajar. Con esto, el magnate compró un centenar de jerseys como para que, en sus palabras, le durara toda la vida.

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