Casos de éxito

El joven de 30 años que dejó su trabajo y gana 170.000 € haciendo ganchillo

Fue el pasado enero, tras haber estado ahorrando durante el último trimestre, cuando Kenyon decidió abandonar su puesto de logopeda en el hospital y dedicarse a tiempo completo a tejer. 

Un chico haciendo ganchillo
El joven de 30 años que dejó su trabajo y gana 170.000 € haciendo ganchillo
Kenyarn
 

Para obtener ingresos extras que vayan directos a una cuenta de ahorro o, directamente, ayuden con los gastos del día a día, se suele decir que una de las opciones es dedicar tiempo a una actividad secundaria, siempre y cuando se pueda, obviamente. No son pocos los que han acabado haciendo de ese segundo trabajo, que  muchas veces era un simple pasatiempo, su fuente de ingresos principal. El último ejemplo es el de Jake Kenyon un joven de 30 años, afincado en Providence (la capital del estado de Rhode Island, en Estados Unidos) que ahora genera unos 170.000 euros anuales con su negocio. 

Así relata el propio Kenyon su historia en un artículo en la CNBC, donde cuenta como pasó, en abril de 2020, su 29 cumpleaños confinado tras haberse contagiado de coronavirus, momento que sirvió como punto de inflexión. "Tuve que tomarte un tiempo de mi trabajo como logopeda en un hospital de Providence para estar en cuarentena. La experiencia me obligó a pensar en mi futuro y en lo que realmente me hacía feliz en la vida", explica. Su trabajo le gustaba, de eso no había duda, pero lo que realmente le llenaba era tejer y hacer ganchillo.  

La pandemia llevó a más personas a hacer manualidades de este tipo, sobre todo como una forma para aliviar el estrés, lo que hizo que las ventas se disparasen en Shopify, empresa canadiense de comercio electrónico. Según los datos que maneja Kenyon, las ventas brutas subieron de 20.000 dólares en 2019, año en el que empezó con esta afición, hasta los 125.000 dólares en 2020. "Me encantó relacionarme con los clientes y la comunidad de entusiastas que tejían, así que seguí reconsiderando mis prioridades cuando me recuperé de la Covid", cuenta el joven. 

Fue el pasado enero, tras haber estado ahorrando durante el último trimestre, cuando Kenyon decidió dejar su trabajo en el hospital y dedicarse a tiempo completo a tejer. "Resultó ser un movimiento inteligente. Estoy camino de ganar 200.000 dólares en ventas brutas (unos 170.000 euros) para finales de año", apunta. "Recibo entre 200 y 500 pedidos cada mes". Con todo, Kenyon aprovecha para dejar algunas de las claves que aprendió en este último año. 

El tiempo

"Si no está dispuesto a dedicarle horas, no espere ganar un montón de dinero", comienza. Al principio, le dedicaba tiempo los martes y los sábados, los días que no tenía turno en el hospital. Más tarde, empezó también a hacerlo cuando llegaba a casa del trabajo. Le siguieron las pausas en el trabajo, durante las comidas se dedicaba a actualizar su sitio web con nuevos listados de productos, redes sociales, emails, etc. 

"Al principio se obtiene lo que se invierte", explica. "A medida que empiece a ver un crecimiento, trabajará más duro y de forma más inteligente. Hay que estar preparado también para hacer sacrificios". 

Sin resistencia al cambio

Kenyon cuenta también como al principio tenía una imagen muy clara de su producto: los colores, las formas, etc. Esto, sin embargo, no duró mucho. "Descubrí que el negocio del tejido estaba lleno, por lo que la gente ya tenía sus tiendas favoritas, así, experimenté a hacer cosas que destacasen", dice. "Mientras probaba con diferentes creaciones, descubrí que los productos que más se vendían eran de edición limitada, especialmente, aquellos que tenían una temática concreta", añade. 

Crea una comunidad

Otra de sus prácticas es tener controlados a todos aquellos negocios de su mismo sector. "Cada vez que me encuentro con otro, ya sea en persona o en Internet, siempre procuro comparar su estructura comercial con la mía y construir una relación", explica. "Es útil conocer a la competencia para tener una comunidad de personas con los mismos intereses". 

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