Vivienda flotante

La mujer de Holanda que vive gratis en un crucero durante seis meses al año

Christine Kesteloo ha trabajado durante muchos años como directora de cruceros y su marido es jefe de máquinas en la nave en la que residen 6 meses al año.

Christine Kesteloo vive durante medio año en un crucero donde trabaja su marido.
Christine Kesteloo vive durante medio año en un crucero donde trabaja su marido.
Christine Kesteloo/Canva

No todo el mundo vive en un bloque de apartamentos. Hay viviendas originales que se escapan a la cotidianidad de los edificios habituales en una ciudad y un buen ejemplo de ello son las casas prefabricadas que ahora están tan de moda. No obstante, hay gente que lleva su vivienda al extremo y comparte sus experiencias en redes sociales para mostrar cómo otra forma de vivir es posible y, además, divertido. 

Christine Kesteloo es una mujer que, actualmente, vive durante seis meses al año alojada en un crucero sin pagar ni un solo euro. Vale, no a todo el mundo le gusta tanto el mar y es cierto que estar encerrada en un barco puede no ser el ideal de vivienda de todo el mundo, ¿pero a quién no le gustaría disfrutar gratis de un crucero durante algún tiempo? 

Esta mujer lleva toda la vida relacionada con el mar. Ha sido directora de cruceros durante mucho tiempo y su marido, además, es el jefe de máquinas del barco en el que ahora mismo residen. Es gracias a su posición que consiguen vivir gratis en el crucero y, entre los dos, suman la friolera de 45 años trabajando y viviendo en el mar. 

Al ser la mujer a bordo de uno de los trabajadores del crucero, que obviamente residen en la nave, Christine tiene derecho a compartir camarote con él sin ningún tipo de coste. Es así como consigue vivir seis meses, partidos en bloques de tres y tres, en esta gran nave sin pagar por el camarote. El resto del tiempo, según explica la propia Christine en sus redes sociales donde muestra sus experiencias de vida y vivienda, regresan a Holanda

Un camarote de 31 metros cuadrados con baño incluido

La parte preferida de su camarote es el gran balcón panorámico del que disponen y desde el que pueden observar el mar. Su habitación está en la proa del barco y es exclusiva para el matrimonio, sin compartirlo con otros empleados como sucede en algunas ocasiones, explica esta holandesa. 

El tamaño de la habitación es de apenas 31 metros cuadrados incluido el baño, el único espacio que para Christine es algo pequeño, pero ambos dos se apañan bien y disponen de espacio suficiente para todo. Eso sí, han de tener cuidado de no verter nada que no sea papel higiénico en el retrete, ya que podrían atascarlo con facilidad.

En lo que sería el dormitorio, la pareja disfruta de una cama de matrimonio con almacenamiento debajo y una gran televisión. Hay otra encima del frigorífico en el área de cocina y el barco facilita el acceso a varias cadenas y servicios de películas en streaming. 

En la zona de salón y estar tienen un armario de tres partes para su ropa, además de una mesa y un sofá donde poder pasar el tiempo libre, aunque Christine prefiere salir a tomar el sol a cubierta cuando el viento lo permite. Hay también una pequeña mesa de comedor con dos sillas, un escritorio, una nevera para vinos y una ventana que ella usa como tocador. Al final, disponen de todo lo necesario. 

Los servicios incluidos en el crucero

Una de las mejores ventajas de vivir en un crucero es que disponen de servicio de habitaciones gratuito, algo que este matrimonio usa con regularidad. Además, disponen de servicio de lavandería. 

Dos veces por semana les recogen la ropa sucia, etiquetada con nombres y número de habitación, y se la devuelven en unas 48 horas en colgadores, por lo que solo hay que colgarla. A bordo no se permiten planchas o similares, por lo que hay que guardar la ropa con cuidado. 

A Christine hay muchas cosas que le gustan de vivir en un crucero, pero destaca no tener que cocinar ni lavar la ropa, lo que hay que reconocer que es una gran ventaja. Viven de forma minimalista y, lo que para algunos podría ser un espacio angosto y agobiante, para ellos es más que suficiente. 

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