Ser multimillonario es un sueño para una gran cantidad de personas. Tener la tranquilidad de saber que no importa cuánto dinero gastes en un día porque vas a seguir teniendo millones de euros en la cuenta del banco. Este es el objetivo que se marcan numerosos ciudadanos y empresarios a lo largo de su vida y su carrera profesional. Sin embargo, estas metas no son accesibles para todo el mundo.
En ocasiones, las personas que consiguen amasar una gran fortuna tienen una actitud o una visión laboral similar. Además, suelen compartir una filosofía de vida. En este sentido, el empresario, también multimillonario, Ray Dalio, ha querido comprobar para su último libro qué rasgos tienen en común las personas más ricas del planeta. Con el objetivo de lograr descifrar estas claves, Dalio llamó a varios magnates estadounidenses y les propuso hacer un test de personalidad con una amplia variedad de preguntas. Para este ejercicio contactó con Bill Gates, Elon Musk, el fundador de Twitter Jack Dorsey y Reed Hastings, creador de Netflix.
Los rasgos clave
Después de contestar a todas las cuestiones y hacer los pertinentes análisis, las conclusiones fueron claras: Musk, Gates, Dorsey y Hastings compartían tres características de la personalidad clave. La primera de ellas es una apariencia superficial de grosería. "A veces, la determinación extrema [de los moldeadores] para lograr sus objetivos puede hacer que parezcan abrasivos o desconsiderados, lo que se reflejó en los resultados de sus pruebas. Nunca nada es lo suficientemente bueno, y experimentan la brecha entre lo que es y lo que podría ser tanto como una tragedia y una fuente de motivación interminable", ha señalado Dalio.
Por otro lado, la curiosidad es otro rasgo importante en todos ellos. Los sujetos investigados sienten la necesidad de estar continuamente aprendiendo cosas nuevas, quieren dar sentido a todas las cosas que les rodean. "Tienen mapas mentales muy sólidos de cómo se deben hacer las cosas y, al mismo tiempo, la voluntad de probar esos mapas mentales en el mundo de la realidad y cambiar la forma en que hacen las cosas para que funcionen mejor", ha detallado el empresario.
Por último, tienen una capacidad de atender a todos los detalles, desde los más superficiales a los más significativos. Es decir, tienen un interés obsesivo tanto en el objetivo general como en la base de la ejecución. Según Dalio: "Tienen un rango de visión más amplio que la mayoría de las personas, ya sea porque ellos mismos tienen esa visión o porque saben cómo obtenerla de otros que pueden ver lo que ellos no pueden".
