Pesimismo en Morgan Stanley

Acciones ante la temporada de resultados: ¿el patrón se está rompiendo en el 2023?

Mike Wilson, estratega jefe de Morgan Stanley, considera que los mercados no reaccionaran positivamente a las presentaciones de resultados corporativos porque será cada vez más difícil que se batan las previsiones.

Wall Street
Acciones ante la temporada de resultados: ¿el patrón se está rompiendo en el 2023?.
EFE

En el contexto de los mercados del 2023, las previsiones para las ganancias empresariales han disminuido y las estimaciones de beneficios por acción del consenso de analistas para las empresas que componen el índice S&P 500 no prevén ningún crecimiento para el conjunto del ejercicio. Sin embargo, los valores cotizados en Wall Street han pasado de descender antes del inicio de la campaña de resultados, para después iniciar una ligera recuperación. De hecho, la cotización del índice de referencia de la bolsa estadounidense por encima de los 4.100 puntos marca una cierta referencia. ¿Y ahora qué? ¿Cuál es el contexto?

En un reciente informe dirigido a sus inversores institucionales el estratega jefe de renta variable de Morgan Stanley, Mike Wilson, habla sobre los cambios que se están produciendo en el mercado y cómo afectan a los inversores y a las empresas. En el último año, las previsiones de beneficios no han dejado de caer, lo que normalmente provocaría una reacción más negativa de las valoraciones de los títulos de las empresas cotizadas a medida que estas cifras han ido bajando. Sin embargo, en las tres últimas temporadas de presentación de resultados, las acciones se han vendido en la temporada de resultados y luego han subido cuando los resultados han sido “mejores de lo que se temía”.

Este patrón está cambiando este trimestre por dos razones principales, a colación del análisis del experto de la entidad norteamericana. La primera razón es que se espera que el primer trimestre de 2023 sea el punto más bajo de la tasa de cambio.

“Con este tipo de progresión en el crecimiento previsto del BPA (beneficio por acción), no es de extrañar que los inversores no estén dispuestos a vender con los resultados del primer trimestre, ya que consideren que esto no pueda ir a peor. Estaríamos de acuerdo con esta conclusión si creyéramos en las previsiones de consenso. Lamentablemente, nuestras estimaciones son más pesimistas, y no esperamos que la tasa de variación mínima del crecimiento del BPA trimestral se produzca hasta el tercer o cuarto trimestre”, asegura Wilson.

La segunda razón por la que el mercado más amplio ha resistido se debe al aumento de liquidez de la Fed/FDIC para hacer frente a la crisis bancaria del mes pasado y a la fuga de depósitos. Aunque esta inyección de reservas dista mucho de ser algo parecido al tradicional QE (restricción cuantitiva de los estímulos monetarios), Morgan Stanley cree que ha proporcionado al S&P 500 un cierto impulso que no habría tenido de no haberse producido estas medidas de emergencia.

La rentabilidad por debajo de la media de las empresas de pequeña capitalización y los bancos regionales tiene todo el sentido en el contexto de la opinión predominante de que la disponibilidad de crédito se ha endurecido debido a las recientes tensiones bancarias y a la continua migración de los depósitos hacia los fondos del mercado monetario y otras alternativas.

“Aunque las normas de concesión de préstamos ya se estaban endureciendo considerablemente antes de que aparecieran estas tensiones bancarias, es probable que se endurezcan aún más. De hecho, en el libro beige de la semana pasada se indicaba que la última encuesta de altos funcionarios de crédito mostraba un mayor endurecimiento”, comenta Wilson al respecto.

El próximo horizonte

La ironía de la tensión bancaria experimentada a principios de marzo es que ha mantenido los precios de los activos más altos de lo que habrían estado de otro modo (a través de esta dinámica de liquidez de percepción es realidad), aunque, en opinión del banco de inversión estadounidense, habrá un impacto negativo en el crecimiento, ya que la disponibilidad de capital se limita en última instancia octubre, cuando las acciones tocaron fondo a nivel mundial.

La mayor parte de esta mejora se ha debido a la mayor liquidez aportada por China y Japón. El otro gran factor ha sido el dólar, mucho más débil. En este sentido, como consecuencia de que el S&P 500 sea probablemente el activo de riesgo de mayor disposición bajista, según Wilson, podría dar lugar a una caída en los precios de las acciones en el futuro cercano. “El mercado ha sido impulsado por la liquidez en lugar de por fundamentales sólidos, y eso es un riesgo para los inversores a largo plazo”, expone.

Wilson también señala que el mercado se ha comportado de manera atípica en las últimas temporadas de presentación de resultados, con las acciones vendiéndose antes de los resultados y luego subiendo después de que las empresas superaran las expectativas de menores beneficios para el trimestre. Sin embargo, cree que este patrón podría estar “cambiando este trimestre debido a la menor probabilidad de que las empresas superen las expectativas de los inversores”.

En conclusión, el mercado de acciones ha sido impulsado en gran medida por la liquidez proporcionada por la Fed y la FDIC en respuesta a las recientes tensiones bancarias. Esta inyección de reservas ha mantenido los precios de los activos más altos de lo que habrían estado de otro modo, pero en última instancia, podría tener un impacto negativo en el crecimiento económico a largo plazo debido a la limitación de la disponibilidad de capital. “Además, el rendimiento inferior de las pequeñas capitalizaciones y los bancos regionales sugiere que la disponibilidad de crédito se ha endurecido, lo que podría llevar a una mayor caída en los precios de las acciones en el futuro cercano”, termina.

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