Giro en la política monetaria

El BCE se queda atrás: la inflación empuja a una subida global de los tipos

La zona euro trata de equilibrar el freno a la inflación con la fragmentación de su deuda para realizar su primer incremento mientras la mayoría de países han acelerado. 

Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE)
Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE)
EFE

La política monetaria ultralaxa que ha imperado en los últimos años está dejando paso al endurecimiento a medida que los bancos centrales aumentan sus esfuerzos por frenar la inflación. Sin embargo, no todas las instituciones tienen la misma prisa. El Banco Central Europeo (BCE) se resiste a cambiar su hoja de ruta pese a la inflación récord y se está quedando atrás en una carrera que se inició ya en 2021, cuando el crecimiento de los precios empezó a acelerarse, rompiendo la tendencia deflacionaria que en los años previos a la pandemia se había impuesto en la economía. 

El cambio de tendencia que se ha producido en los últimos meses tiene como origen el incremento de los precios por encima del objetivo de los bancos centrales y hasta máximos de las últimas décadas en muchos países. En concreto, la inflación se ha disparado por los costes de la energía y los alimentos que se han agravado desde que estalló la guerra en Ucrania. Esta semana, el presidente de la Reserva Federal de EEUU (Fed) apuntaba a "una serie de conmociones: la pandemia, su respuesta, la reapertura, la inflación, seguida de la guerra en Ucrania y los cierres en China", que podrían tener efectos durante años. Un "nuevo mundo" que obliga a adaptar la política monetaria.

Pese a ello, el tipo de interés para las principales operaciones en la zona euro se mantiene al 0% y la tasa de la facilidad de depósito al -0,5%, inmóviles desde 2016 y 2019, respectivamente. Se trata del nivel más bajo entre las grandes economías y se mantendrá al menos hasta julio. Para su próxima reunión, el BCE ya ha anunciado una subida de 25 puntos básicos, aunque los analistas creen que continuará con su postura más moderada frente a sus homólogos. De hecho, no se plantea la reducción de balance que ya han iniciado otros hasta 2024. Preocupa, en especial, los diferenciales de los intereses de la deuda pública de los países periféricos que podrían generar una nueva crisis de deuda y para lo que el BCE prepara una herramienta que lo evite. Los planes la institución que preside Christine Lagarde no convencen al mercado y se evidencia en la cotización del euro frente al dólar y que se asoma mínimos de 20 años

Pero la cotización del euro/dólar es relativa e importan tanto las políticas del BCE como las de la Fed. Así, el 'acelerón' del banco estadounidense consolida la fortaleza del billete de verde. Aunque ha sido de los últimos en incorporarse a la subida de tipos, lo hizo en marzo por primera vez desde 2008, ya ha añadido 150 puntos básicos en apenas tres meses. El último incremento, de 75 puntos básicos, fue el mayor aplicado por la Fed desde 1994 y podría repetirse en sus siguientes reuniones. Así, la previsión sobre el nivel que alcanzará los tipos en los próximos meses se ha elevado y BofA ya estima que se situarán por encima entre el 4% y 4,25% la próxima primavera: 175 puntos más hasta fin de año y otros 75 el próximo año. 

El coste de endeudamiento en EEUU ya supera el de Canadá o Reino Unido que comenzaron antes la subida de tipos. El primero se sitúa en el 1,5% y el segundo, que empezó a elevar tasas en diciembre, alcanza el 1,25% tras cinco aumentos consecutivos. El Banco de Inglaterra no se sumó al giro más agresivo, subió 'solo' 25 puntos básicos, pero abrió la puerta a un endurecimiento más agresivo si fuera necesario. Una declaración "suficiente", según los analistas de ING, para que los mercados concluyan que una aceleración está sobre la mesa. 

Antes que ellos, el Banco de Noruega subió los tipos primero, en septiembre, y los sitúa actualmente en el 0,75%. En Europa, el Banco de Suecia también cedió a las presiones inflacionistas en abril y elevó en 25 puntos básicos el tipo de interés de referencia usado en sus operaciones de refinanciación hasta el 0,25%. Además, el último en sumarse a las subidas fue el Banco de Suiza, que, pese a que mantiene los tipos negativos, los incrementó en 50 puntos básicos por primera vez desde 2008. 

Europa del Este y Latinoamérica ya superan el nivel neutral

Pese a las subidas, estas economías todavía no han retomado los niveles considerados neutrales, como sí han hecho economías del Este de Europa, con exposición a la zona euro, como República Checa, Polonia o  Hungría, donde los tipos ya se sitúan próximos al 6%. Estos países se desmarcaron de los principales bancos centrales ante el mayor riesgo que los mercados perciben en sus economías y, sobre todo, tras la depreciación de su moneda que causó la guerra en Ucrania. 

La tendencia en el área de influencia del dólar la situación es similar. Los países de Latinoamérica hicieron despegar sus tipos el verano pasado y no han pisado el freno desde entonces por el temor a que el camino de la Fed lastre sus economías. Las tasas en Brasil se sitúan en el 13,25% frente al mínimo histórico en el 2% que registraba en marzo de 2021. México, Chile y Colombia también han elevado el coste de endeudamiento hasta el 9%, 7% y 6%, respectivamente. Además, destaca, en especial, el incremento de Argentina, uno de los países con mayor tasa de inflación y donde los tipos ya alcanzan el 52% tras un último alza de 300 puntos básicos, el mayor desde 2019, esta semana.

Así, solo mantiene el ritmo de inactividad de la zona euro Japón, que no ha modificado sus tipos de interés desde finales de 2015. Los analistas de Bank of America (BofA) destacan que son los únicos bancos centrales del G10 que no han comenzado a subir tipos, mientras que el resto también ha iniciado la reducción de su balance. El Banco de Japón anunció este viernes la continuidad de su tipo de interés en el -0,1%. Sin embargo, su situación es diferente, con su inflación apenas ligeramente por encima del 2%, lo que justifica, según BofA, su no endurecimiento. El punto débil es la debilidad que ha generado en el yen, en mínimos de 24 años frente al dólar, y que la autoridad monetaria "observa de cerca". 

Rusia, Turquía y China, las excepciones por diferentes motivos 

En medio de la ola monetaria, Rusia, Turquía y China se desmarcan de la tónica general bajando los tipos de interés, aunque por razones diferentes. El Kremlin subió los tipos de interés del 9,5% al 20%, la mayor subida de su historia, tras la invasión de Ucrania que también disparó la inflación en el país. Sin embargo, la fortaleza del rublo ha obligado al Banco de Rusia ha recorte la tasa de referencia hasta el 11% actual y no descarta nuevas rebajas.

En el caso de Turquía, donde el IPC supera el 70%, sitúa su tipo de interés de referencia en el 14% tras recortar 500 puntos básicos en apenas cuatro meses a petición de su presidente, Recep Tayyip Erdogan, que defiende una política cuestionada por analistas. Por su parte, China recortó en enero el tipo de interés aplicado a la facilidad de préstamo a los bancos con un año de vencimiento hasta el 3,7% para impulsar una economía lastrada por las fuertes restricciones para frenar los contagios de la Covid-19, a lo que se suman los problemas inmobiliarios. Además, el gigante asiático no sufre una inflación disparada, sino que se sitúa en el 2,1%, lo que da margen a una política monetaria más expansiva. 

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