Desaceleración europea

El BCE pone a prueba su paciencia ante el calentamiento de inflación y 'ladrillo'

El banco central aguantará la presión para señalar una subida de tipos de interés hasta las proyecciones de marzo pero endurecerá su mensaje hacia la banca por los síntomas de sobrevaloración inmobiliaria. 

Luis de Guindos observa a Christine Lagarde el pasado octubre.
Luis de Guindos observa a Christine Lagarde el pasado octubre.
BCE / L. I. / Archivo

El Banco Central Europeo (BCE) sigue atrapado entre la espada y la pared. Si la evolución de la inflación -en el 5%- comienza a justificar una alza de tipos como va a realizar la Reserva Federal (Fed) en EEUU en marzo, los datos de crecimiento aconsejan todo lo contrario. Alemania, la locomotora del euro, cayó en contracción en el cuarto trimestre y el resto de grandes economías comunitarias comienzan a cojear de forma visible por los efectos de la crisis energética y el freno al consumo de la inflación.

Los expertos apuntan al escaso margen de maniobra que tiene el banco central que dirige Christine Lagarde tanto para subir tipos -porque pincharía la actual recuperación económica- como para bajarlos en el caso de que la desaceleración coja fuerza. Esperar y ver hasta marzo es la opinión común de los seguidores de la política monetaria aunque con algún matiz. 

El BCE ha expresado su preocupación sobre el calentamiento del sector inmobiliario de forma generalizada y considera usar políticas macroprudenciales sobre la banca como elevar requisitos de capital a la financiación hipotecaria y promotora, e incrementar la vigilancia sobre las entidades para mitigar riesgos de burbujas de precios o que abran la mano a la hora de conceder préstamos vinculados a la compra de inmuebles.

Paciencia y resistencia

Talib Sheikh, Responsable de Estrategia Multi-Asset de la gestora Jupiter AM, no espera cambios en la reunión de este jueves y ve demasiado prematuro un movimiento de los tipos por parte del BCE. "El mercado europeo de tipos espera que el proceso de normalización se inicie con una única subida de 25 puntos básicos en 2022. No esperamos modificaciones de la política de tipos de interés ni de balances", asegura aunque advierte que Europa no será inmune al alza generalizada de tipos.  

"En enero vimos una revisión dramática de los tipos de interés mundiales, sobre todo en EEUU ya que gran parte de la narrativa de inflación 'transitoria' de los últimos 2 años se ha abandonado", añade Sheikh que recuerda cómo los activos de riesgo (bolsa y criptomonedas) han estado bajo presión desde que las actas de la reunión de diciembre de la Fed desvelaron que los gobernadores habían discutido un ajuste cuantitativo (QT) y la la reducción de su balance de 8,8 billones de dólares".

El panorama en Europa es distinto. "Las expectativas de inflación a largo plazo siguen estando por debajo del 2%, por lo que el BCE querrá ser paciente y seguirá resistiendo la presión para actuar en 2022", asegura este experto. Todo dependerá de si el banco central comienza a detectar efectos de segunda de ronda como subidas salariales generalizadas, aunque desde Jupiter consideran "poco probable" esta situación.

Discreción hasta marzo

Konstantin Veit, gestor de carteras de PIMCO, rememora los mensajes de la  reunión de diciembre del BCE, donde se anunció formalmente el fin de las compras netas en el marco del Programa de Compras de Emergencia por la Pandemia (PEPP) a partir de marzo de 2022. También comunicó la trayectoria de compra de activos para todo el año 2022, que supone volver al marco prepandemia con un volumen de estímulo de 20.000 millones de euros mensuales en el marco del Programa de Compra de Activos (APP). 

"En consecuencia, el BCE intentará que la reunión de política monetaria de febrero sea un acontecimiento discreto, y no esperamos que se tomen decisiones importantes en esta reunión. En marzo, recibiremos las nuevas proyecciones macroeconómicas del equipo. Si las proyecciones de inflación, que ya son razonablemente halagüeñas, se revisan al alza para 2023 y 2024, es probable que el BCE contemple una trayectoria de salida algo acelerada, un escenario que el mercado ya está valorando", señala Veit.

¿De inflación transitoria a estructural?

Desde un punto de vista macro, la gestora de fondos Dunas Capital vaticina una desaceleración de la economía en 2022. "Tanto en EEUU como en Europa y, sobre todo, en China, que hará frente a sus problemas del sector inmobiliario. Se espera unos niveles de inflación bastante elevados en comparación con los registrados durante la década de 2010-2020", añaden.

Según la firma que preside David Angulo, entre los principales elementos que contribuirán a la "generación de una inflación estructural" se encuentran los problemas logísticos, las estrecheces del mercado laboral en los países más desarrollados, los costes de la energía y una cierta relocación de la industria desde Asia y otras regiones hacia los centros de consumo.

Olivier de Berranger, director de gestión de activos en La Financière de l'Echiquier (LFDE), advierte sobre la reacción del mundo financiero ante los últimos anuncios de los bancos centrales. "Los mercados están asumiendo poco a poco que el endurecimiento monetario no será forzosamente predecible y suave, sino que dependerá enormemente de los datos económicos. En un periodo de inflación elevada, los bancos centrales tienen las 'manos atadas' por lo que su función de 'paracaídas' ya no existe en el régimen actual", explica el gestor galo.

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