En Tokio y otras seis prefecturas

Japón prepara estímulos por 1 billón de dólares a las puertas del confinamiento

El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, en una comparecencia ante la prensa
El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, en una comparecencia ante la prensa
GOBIERNO DE JAPÓN

A las puertas de decretar el estado de alarma y por tanto el confinamiento de siete prefecturas (regiones), entre ellas Tokio, Japón ha puesto sobre la mesa un macropaquete de estímulos que ronda el billón de dólares (990.000 millones de dólares o 914.420 millones de euros) para paliar el impacto económico del coronavirus en su economía, la tercera por tamaño del planeta. Ese potente bazuca, que sería el mayor aprobado hasta ahora de una sola vez por un gobierno, equivale al 20% de la producción del país y se suma a los potentes esfuerzos del Banco de Japón por mantener a flote la actividad. El número de casos de Covid-19 se ha multiplicado en los últimos días en Japón, sobre todo en zonas como Tokio y Osaka, para superar los 4.000.

"Hemos decidido declarar un estado de emergencia porque hemos juzgado que una rápida propagación del coronavirus en todo el país tendría un enorme impacto en la vida y la economía", ha asegurado Shinzo Abe en declaraciones al parlamento de su país recogidas por Reuters.  Se trata de la primera vez en la historia del país en que se adopta esta medida, cuya duración se ha estimado inicialmente en un mes

El paquete de estímulo del gobierno incluirá más de 6 billones de yenes (50.972 millones de euros) para pagos en efectivo a hogares y pymes y otros 26 billones de yenes (220.880 millones de euros) para posibilitar el diferimiento en los pagos de impuestos y de las cuotas a la seguridad social. En concreto, Abe asegura que el gasto fiscal directo del plan de estímulo ascenderá a 39 billones de yenes (331.320 millones de euros), es decir, más del doble de lo que el país movilizó tras el colapso de Lehman Brothers en 2008.

Los economistas y organismos como la OCDE, la organización que agrupa a los países más ricos, han advertido que Japón va camino de registrar una recesión técnica, ya que el impacto del brote del coronavirus amenaza con agravar un trimestre final de 2019 que fue mucho peor de lo esperado para su economía. El PIB nipón se contrajo a un ritmo anualizado del 6,3% entre octubre y diciembre, frente al 3,7% previsto.

Abe declarará el estado de alarma en unas horas y, una vez que se active, serán los propios gobernadores de Tokio, Kanagawa, Saitama, Chiba, Osaka, Hyogo y Fukuoka quienes decidan cómo se aplican as medidas de confinamiento. Podrán pedir a la población que permanezca en sus casas, solicitar el cierre de escuelas o aplicar restricciones en establecimientos como grandes almacenes, cines o centros deportivos, entre otros. 

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