En menos de un mes

Los Urrutia respaldan el 'giro verde' de Ence tras invertir más de seis millones

El productor de celulosa de eucalipto gana, cada vez, más presencia en la producción de energía renovable con la biomasa agrícola y forestal. 

José Luis Blasco, de KPMG, Juan Luis Arregui, Ignacio de Colmenares e Ignacio Casal.
Víctor Urrutia respalda el 'giro verde' de Ence 

El futuro pasa por las energías renovables y en Ence son conscientes y tienen clara dicha apuesta. Esta 'hoja de ruta' de la compañía cuenta con el respaldo de sus grandes accionistas para este 'giro verde' y Víctor Urrutia Vallejo, ex vicepresidente de Iberdrola hasta 2013 y la mayor fortuna de Álava con un patrimonio de más de 600 millones de euros, se ha lanzado a comprar acciones de la compañía. El empresario ha desembolsado cerca de 6,5 millones en adquirir títulos y se trata de compras significativas puesto que la empresa del Ibex 35 capitaliza, a día de hoy, alrededor de 745 millones y se ha mantenido en el principal selectivo pese a aparecer en las quinielas para una posible salida, aunque finalmente la damnificada ha sido Mediaset. 

El consejero Víctor Urrutia Vallejo, a través de la sociedad familiar Asua Inversiones, ha realizado dos grandes operaciones de compras de títulos en el último mes. La primera, a finales de mayo, ha sido una inversión de cerca de 3,35 millones de euros mientras que la segunda, comunicada este martes al organismo supervisor, ha tenido lugar entre el 11 de mayo y el 15 de mayo y se ha saldado con la compra de 1,1 millones de títulos, por los que ha desembolsado cerca de 1,3 millones. En total, una inversión cercana a los 6,5 millones de euros

Todas estas compras ya están generando plusvalías latentes a la familia Urrutia puesto que se realizaron a un precio de 2,75 euros por acción o inferior y en la actualidad la compañía cotiza en la zona de los 3 euros. Por tanto, logra una rentabilidad cercana al 10% en pocos meses al comprar tras el crash que sufrían los mercados españoles y que ha provocado que Ence sufriera un desplome de casi el 20%. Porcentaje de caída que se ha visto reducido en las últimas semanas debido a la recuperación de la acción desde que marcara mínimos de 2017 el pasado 16 de marzo. 

Esta misma semana su presidente, Ignacio Colmenares, ha pedido al Gobierno acelerar el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) y anticipar las subastas de renovables para este otoño con el fin de "impulsar la recuperación 'verde'" tras la crisis por el coronavirus. En su intervención en la Cumbre Empresarial de la CEOE, afirmó que cuanto antes se empiecen a construir centrales eléctricas renovables "mejor" y subrayó que sería un gran impulso acelerar el calendario de la 'hoja de ruta' marcada por el Gobierno para el horizonte de 2030 y "llegar antes a las metas".

Esta confianza de la familia Urrutia en la marcha de Ence se produce tras presentar resultados la compañía. Las cifras del primer trimestre ratificaron el 'giro verde' de la compañía ya que obtuvo unos ingresos de 183,5 millones, un 6,2% menos. Esta mala marcha se debía a la caída de ingresos del negocio de celulosa, que supone 139,1 millones (-11,2%) puesto que los de su área de energía repuntaron un 12,9%, hasta los 45,2 millones. 

La propia compañía destacó en la presentación de resultados que "el crecimiento de Ence en el negocio regulado de energía renovable aporta una mayor estabilidad al grupo". De hecho, este segmento irá a más puesto que las nuevas plantas de biomasa agrícola y forestal de 46 MW en Huelva y de 50 MW en Ciudad Real se incorporaron el 31 de enero y el 31 de marzo de 2020, respectivamente, y suponen un aumento del 44% en la capacidad de generación de energía renovable, "que será notable a partir del segundo trimestre". 

Ence se enfrenta a dos desafíos: la concesión de su fábrica en Pontevedra y el impacto del coronavirus en su negocio. En referencia al primero, la compañía defiende en la Audiencia Nacional la legalidad de la extensión de su concesión en Pontevedra, otorgada hasta 2073 y espera una primera resolución judicial a corto plazo aunque, según reconoce la propia compañía, el proceso judicial podría prolongarse en torno a cuatro años, incluyendo los recursos que se formulen ante las más altas instancias judiciales.

El impacto de la Covid-19 es, sin lugar a dudas, el otro frente abierto que tiene la compañía. De hecho, Moody's rebajó el rating de 'Ba2' a 'Ba3' por la caída en el precio de la celulosa y la incertidumbre provocada por la Covid-19 pero mejoró la perspectiva de 'negativa' a 'estable' gracias a la creciente contribución del negocio de energía. Pese a que las actividades de la compañía, desde la producción de celulosa especial y operaciones forestales hasta la generación de energía renovable, fueron consideradas esenciales desde que se declarara el estado de alarma en España, sí sufrió las consecuencias del coronavirus y perdió perdió 11,8 millones de euros entre enero y marzo. 

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