Mayor caída desde 2001

Erdogan destruye la lira (-12%) y pone al borde del abismo a la economía turca

El mandatario turco dice que una política monetaria más estricta no reducirá la inflación y provoca el pánico entre los inversores internacionales que salen en masa del país.

Sánchez y Erdogan.
Sánchez y Erdogan.
TCCB / L. I. / Archivo

Crisis sin precedentes. La lira turca se desploma un 11% este martes a media tarde, aunque ha llegado a marcar caídas del 18% por encima de las 15 unidades frente al euro, después de que el presidente Recep Tayyip Erdogan haya defendido los recientes recortes de los tipos de interés del banco central desde septiembre -de 400 puntos básicos, del 19% al 15%- y prometa que ganará su "guerra económica por la independencia" a pesar de las críticas generalizadas a su política kamikaze debido a que la inflación está en el 20% y las rebajas del precio del dinero acelerarán su escalada.

La lira está registrando este martes su mayor caída diaria en dos décadas, en concreto, desde febrero de 2001. En lo que va noviembre su depreciación se eleva por encima del 25% y supera con creces el 50% en 2021 en medio de una crisis de confianza sin precedentes por la intervención del banco central por parte de Erdogan y las políticas no convencionales que amenazan con una desestabilización financiera y riesgo de hiperinflación.

El banco central se lava las manos

El Banco Central de la República de Turquía (CBRT, por sus siglas en inglés) ha emitido un escueto comunicado ante la crisis que se alinea con las tesis de Erdogan y descarta cualquier intervención. "El CBRT aplica un régimen de tipo de cambio flotante y no tiene ningún compromiso con ningún nivel de tipo de cambio. Los tipos de cambio están determinados por las condiciones de oferta y demanda de acuerdo con la dinámica del libre mercado", señala.

"Bajo ciertas condiciones, el Banco Central solo puede intervenir en una volatilidad excesiva sin apuntar a una dirección permanente. En los mercados de divisas, se están observando formaciones de precios poco saludables que no son realistas y están completamente desvinculadas de los fundamentos económicos", añadió la institución. El banco central advierte además a "empresas y ciudadanos contra posibles pérdidas negociando a valores completamente separados de los fundamentos económicos en condiciones de mercado extremadamente volátiles".

Llamamiento a la guerra económica

El presidente turco ha hecho un nuevo llamamiento a la "guerra económica" y declarado "enemigo" a los tipos de interés porque, en su opinión, son los que provocan la escalada de precios cuando todo el mundo dice lo contrario. De hecho, Erdogan fulminó a las pocas voces críticas en el banco central en septiembre y solo mantiene en la institución a los afines que obedecen.

Semih Tumen, exvicegobernador del banco central que Erdogan destituyó en octubre, criticó duramente las medidas del presidente. a través de la Twitter: "Necesitamos abandonar este experimento irracional, que no tiene ninguna posibilidad de éxito, y volver a políticas de calidad que protegerán el valor de la lira turca y protegerán el bienestar del pueblo turco", escribió el exresponsable de política monetaria en el instituto emisor de la lira.

Naci Agbal, exgobernador del banco central hasta marzo de 2021, tuiteó en un artículo publicado a comienzos de este año en el que abogaba por una política monetaria racional y estable para dar confianza a los inversores y restaurar el valor de la moneda. "Confianza, que es el único elemento que mantiene unida a la sociedad, también forma la base de una economía fuerte. En una economía confiable, las expectativas mejoran, la inversión y el empleo aumentan y la sociedad prospera", escribó en el artículo que le costó la destitución se convirtió en viral antes de que Erdogan ordenase su cese.

En cambio, Erdogan defendió este lunes  su política económica de mantener los tipos de interés bajos para crear empleo en un discurso televisado tras la reunión del gabinete de Gobierno. "O renunciábamos al crecimiento, producción y empleo o continuábamos la lucha. Como siempre, elegimos luchar. Vemos un juego de divisas y de tipos de interés, pero nosotros jugamos a nuestro propio juego", aseguró el presidente turco.

La realidad y los hechos son tozudos frente a la opinión de Erdogan. Las consecuencias de la bajada de los tipos facilita el gasto, pero dispara la inflación y está devaluando la moneda con lo que se encarecen las importaciones de materias primas, vitales para la industria turca. De hecho, el banco central del país está realizando inyecciones de divisa extranjera a Bottas, la empresa estatal de energía, para que pueda importar gas y crudo ya que el desplome de la lira está disparando sus costes.

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