Crisis bancaria en EEUU

Demasiado vital para caer: la hora de una 'solución Buffett' para el First Republic

El fracaso en restaurar la confianza en el banco tras el rescate de marzo, cuando los 10 mayores bancos  de EEUU le inyectaron 30.000 millones en depósitos, deja la vía libre a la intervención y un cambio de dueños

Oficina del First Republic Bank.
Oficina del First Republic Bank.
FRC vía La Información

En otoño de 2006, Jim Herbert, fundador y presidente de First Republic Bank (FRC), recibió la llamada de un alto ejecutivo de Merrill Lynch, por entonces uno de los iconos de Wall Street. Querían comprar el banco. Pero el veterano banquero de San Francisco rechazó la oferta de forma inmediata: "¡Es una idea loca! Eran demasiado grandes. ¡Un gran banco, pero demasiado grande!". Varias entidades de primer orden se acercaron después a la entidad con el mismo propósito pero también dijo no.

La anécdota queda recogida por su protagonista en una de las memorias de la entidad para enfatizar la cultura independiente y atractivo del First Republic en el sector en EEUU. Casi dos décadas después, Herbert no podrá elegir a quien 'compra' su banco, sumido en una crisis de desconfianza entre sus clientes que le está llevando al borde de la quiebra. Ni siquiera el rescate privado de la gran banca de EEUU con una inyección de 30.000 millones de dólares en depósitos a su balance ha logrado frenar la fuga de clientes de su balance y de inversores en bolsa. Aquella operación ha convertido en 'sistémico' al First Republic a ojos del sector y de los supervisores: pequeño, pero demasiado importante para no ser rescatado.

Las acciones de First Republic Bank se desploman este miércoles otro 20%, hasta 6,45 dólares, y amplían su caída en el último año por encima del 95%. Durante la sesión han llegado a bajar hasta 4,78 dólares y su capitalización en bolsa se ha situado por debajo de los 1.000 millones de dólares. En febrero de este año superaba con rozaba los 30.000 millones, el equivalente al tamaño de Caixabank. 

Ninguno de sus accionistas de referencia hace dos meses ha salido en su defensa, básicamente, porque no los tiene. A cierre de 2022, el 30% de su capital estaba en manos de firmas como Blackrock, Vanguard, Capital Group o State Street, que tan solo son inversores pasivos que gestionan fondos sectoriales, indexados, ETFs o custodian las cuentas de terceros inversores, caso del último. El fondo de pensiones sueco Alecta anunció hace semanas que había vendido con pérdidas de 700 millones su 3,9% del capital después de verse atrapado como accionista SVB y Signature, en un triple error que le ha llevado a perdera más de 1.700 millones.

Pendiente de una solución definitiva

La relevancia de Herbet y su banco en la escena bancaria de EEUU explica que el G-11 bancario de EEUU (JPMorgan Chase, Citigroup, Bank of America, Wells Fargo, Goldman Sachs, Morgan Stanley, BNY Mellon, PNC Bank, State Street, Truist y US Bancorp) acudiera en bloque en ayuda del First Republic el pasado 16 de marzo para lanzar un mensaje de confianza a los depositantes e inversores. 

Tras no llegar a tiempo para salvar a Silicon Valley Bank (SVB Financial) y Signature, el acuerdo parecía una buena idea y estuvo apadrinado por el supervisor bancario FDIC, la Reserva Federal (Fed) y la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, quien fuera hace algunos años gobernadora del banco central de San Francisco y buena conocedora de Herbert desde esa etapa. Pero el plan ha fracasado con estrépito a la luz de los números que ha presentado First Republic Bank esta semana, registrando salidas de depósitos por importe de 100.000 millones de dólares en tan solo tres meses hasta el 31 de marzo y reactivando su crisis bursátil.

En busca de un rescatador

No parece que haya compradores a la vista dispuestos a coger el cuchillo cayendo de First Republic Bank. Según 'Financial Times', los reguladores de EEUU cuentan las horas para intervenir de la misma manera que con el SVB para salvar a los depositantes que excedan el límite de 250.000 dólares por cuenta que marca la ley. Mientras tanto, Herbert y la cúpula del banco están intentando vender carteras de activos suficientes y negociando con potenciales compradores para lanzar un mensaje contundente al mercado de que lograrán salir adelante. 

La situación del First Republic ha encendido el debate en el mercado sobre la necesidad de una solución definitiva que ataje la crisis de confianza que vive la banca regional de EEUU entre sus clientes. Desde el propio Gobierno Biden han echado la vista atrás para reutilizar soluciones que funcionaron en el pasado, en concreto en la crisis de 2008, en momentos mucho más graves para el sector y con bancos de mayor tamaño al borde del colapso.

El pasado marzo, según la prensa estadounidense, desde la Casa Blanca se contactó con el legendario inversor Warren Buffett, uno de los mayores inversores en bancos en la actualidad y accionista de referencia de Bank of America. Hace quince años , el oráculo de Omaha jugó un papel decisivo al convertirse en accionista de varios bancos de EEUU en situación de pánico tras la caída de Lehman Brothers, como su inversión de 5.000 millones de dólares en Goldman Sachs o en Bank of America años más tarde, participación que mantiene e incluso ha aumentado hasta hoy. 

Fue la solución que terminó de calmar las aguas en los mercados y animó a otros inversores a hacer lo mismo. Según el documental de HBO "Pánico, la historia no contada de la crisis de 2008", Buffett recomendó al entonces secretario del Tesoro, Hank Paulson, una receta que terminó funcionando: "Podría tener más sentido poner más capital en los bancos que tratar de comprar estos activos". La ausencia de inversores activos -salvo 'hedge funds' que operan a la baja- ha dejado la cotización del First Republic a merced de las ventas de los fondos indexados, que cuanto más cae una acción más deben vender para ajustar su peso en cartera.

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