Sube un 10% en el año

Grifols se gana a 7 de cada 10 analistas con su plan en China y la futura ley del plasma

La confianza de la banca de inversión en este valor del Ibex 35 toca máximos de 20 meses ante la previsión de ejecutar desinversiones y la expectativa de un marco legal favorable que le ayude a incrementar sus ingresos. 

Grifols
Grifols se gana a 7 de cada 10 analistas con su plan en China y la futura ley del plasma. 
Europa Press

Pocos miembros del Ibex 35 están sometidos a tanta volatilidad como Grifols. Este valor vive instalado en una montaña rusa en los últimos meses en los que ha pasado de tocar el infierno bursátil y ser el 'farolillo rojo' a hacerse un hueco en la 'parte noble' del selectivo. La compañía de hemoderivados acumula un alza del 8,9% en las dos primeras semanas de junio (9,7% en el cómputo anual) y le lleva a ser el séptimo integrante de la referencia bursátil española que más sube en lo que va de mes, gracias al impulso de este miércoles. Un apoyo que ha ido en línea con el aumento de su 'sexapil' a ojos de los analistas, que se encuentra en máximos de 20 meses. 

Hasta el 72% de las casas de análisis que siguen el valor recomienda su compra, un porcentaje inédito desde septiembre de 2021, aunque no se trata de su nivel más alto registrado en este periodo, ya que ha llegado a contar con el respaldo del 75% del consenso de 'Bloomberg' en octubre de ese mismo ejercicio. Aunque hay alguna diferencia. Entonces, ningún analista apostaba por vender, ahora un 4% se inclina por recomendar sacar al valor de cartera. Su atractivo se ha visto reforzado en la jornada del miércoles después de que los banqueros de inversión hayan acudido en tropel a actualizar sus posiciones tras el anuncio de que podría captar hasta 1.500 millones de dólares (1.380 millones de euros) a través de una operación corporativa en la firma china Shanghai RAAS, donde desembarcó en marzo de 2020. Si destina este dinero a amortizar deuda, la compañía podría reducir sus deudas un 15%.

Morgan Stanley, Jefferies, Citi, Mirabaud Securities o Bestinver son algunas de las firmas que han reiterado su apuesta por Grifols, hasta situar el precio objetivo en los 16,97 euros, desde los 11,8 euros que marcó al cierre de los mercados europeos de ayer y se coloca en máximos desde febrero de 2023. El inicio de las negociaciones para activar palancas económicas en esta región asiática -que representa su tercer mercado por ventas-, en el marco de su compromiso por disminuir deuda, ha servido para que los inversores de un nuevo voto de confianza a Grifols. Sin embargo, la operación aún se encuentra en fase de planificación y aún no es seguro que vaya a materializarse. Desde Renta 4, Álvaro Aristegui, destaca que si bien, a priori, la negociación "supone un paso adelante" en su plan de reducir apalancamiento, invita a ser cautelosos, ya que no hay nada en firme. 

El interés de los analistas también se ha incrementado al calor de otro viento de cola que empujó a Grifols en bolsa a finales de mayo: la directiva europea que permitiría pagar a los donantes de plasma sanguíneo. El texto legal se votará el próximo 27 de junio en el Parlamento Europeo y de salir adelante supondrá todo un filón para el grupo. Desde la propia compañía explican que la iniciativa les permitirá reducir su dependencia de terceros países y, por tanto abaratar costes. Así, defienden que en algunos países del Viejo Continente como Alemania, Austria, República Checa o Hungría, en los que se aplica la compensación por las donaciones de plasma, se respeta el "principio de donación voluntaria y no remunerada" y, por tanto, consideran que es compatible. 

"La compensación por la donación de sustancias de origen humano es compatible con el principio de donación voluntaria y no remunerada reconocido por la Comisión Europea. Este principio significa que los donantes pueden ser compensados por los costes en los que han incurrido y las molestias y el tiempo asociados a la donación, como ocurre con la donación de óvulos", inciden. Los expertos consultados por La Información coinciden en que se trata de un "catalizador positivo", que de salir adelante fomentaría la relocalización de su principal materia prima, lo que se traduciría en un mayor acceso y menores costes al no tener que desplazarlo desde Estados Unidos -donde la remuneración es legal- a algunos países de Europa. 

Estos dos factores han servido para reanimar la cotización después de unos meses convulsos. Desde finales de febrero la compañía ha estado inmersa en la reorganización de su cúpula, que se ha saldado con el ascenso a la presidencia ejecutiva de Thomas Glanzmann tras la repentina salida de Steven F. Mayer tan sólo cuatro meses de su llegada y la posterior concentración de poderes en el citado Glanzmann después de que Víctor Grífols Deu y Raimon Grífols renunciasen al cargo de CEO que compartían de forma conjunta, pasando a ocupar el puesto de director de Operaciones y de director general corporativo, respectivamente. A esto se ha sumado un plan de ahorro de costes que les ha abocado a cerrar un primer trimestre con unas pérdidas de 108 millones por los gastos derivados de esta reestructuración. 

Pese a ello, el principal foco de preocupación sigue estando en su alto nivel de deuda. Al cierre de marzo, la ratio de apalancamiento ascendía a 7 veces el ebitda, muy por encima del objetivo de cuatro veces el objetivo del resultado bruto de explotación que prevén obtener al cierre de 2024. Una previsión que se apoya en la expectativa de una segunda parte del año más dinámica en la que esperan mejorar su balance, motivado, precisamente, por la mayor obtención de plasma y los menores costes por litro de sangre. 

En este escenario y tras varios tiras y aflojas en bolsa, el grupo español presenta un potencial en bolsa del 43,6%, lo que le convierte en el segundo valor con mayor recorrido por detrás de Unicaja Banco (43,7%). Cabe recordar que hace solo dos meses éste rozaba el 90%. La clave radica ahora en si es capaz de asentarse en los 12 euros por título y desde ahí dar el salto a los 15 euros, un nivel que los analistas creen puede ser más complicado de traspasar. Con todo ello, de conseguirlo todavía estaría lejos de los máximos históricos de finales de 2019, cuando rebasó los 33 euros. 

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