Afectan a Ford, GM y Stellantis

Las huelgas y las negociaciones laborales desafían la industria automotriz en EEUU

El descenso de producción se ha notado en las cifras del tercer trimestre y lo hará también en el cuarto en las principales empresas estadounidenses que agrupan la mitad de la fabricación de coches del país.

Logos de General Motors, Ford y Fiat (Stellantis).
Logos de General Motors, Ford y Fiat (Stellantis).
EUROPA PRESS

La producción de automóviles en Estados Unidos y los planes de producción han sido volátiles en las últimas semanas, con la huelga del sindicato UAW (United Auto Workers) afectando a plantas clave, varios fabricantes anunciando ventas de vehículos eléctricos más débiles de lo que esperaban, y algunas compañías de equipos y componentes con una mayor ralentización y reduciendo sus inversiones previstas en coches eléctricos. ¿Cuál es el esquema actual?

La UAW alcanzó un acuerdo preliminar con Ford; más adelante pactó con Stellantis (Fiat Chrysler Opel) el 28 de octubre y con General Motors el 30 de octubre, por lo que empiezan a conocerse más detalles. Si estos nuevos acuerdos de la UAW son ratificados por los afiliados, cabe esperar que los fabricantes aclaren aún más el aumento de los costes y actualicen sus planes de inversión en las fábricas, y en vehículos eléctricos.

La cuestión es… ¿Cuánta producción de automóviles se ha perdido como consecuencia de las huelgas? Suponiendo que los miembros ratifiquen los contratos, se habrán perdido ya entre 175.000 y 250.000 unidades de producción como resultado de la huelga, teniendo en cuenta en las previsiones de IHS para las plantas afectadas (incluido cierto tiempo para reanudar las operaciones normales).

“Además, aunque algunas de las fábricas que habían estado en huelga podrían utilizar horas extraordinarias para compensar en parte la pérdida de producción, las huelgas se centraron en plantas rentables que, en muchos casos, ya funcionaban a plena capacidad o casi”, analiza Goldman Sachs en un informe reciente.

Según la UAW, el acuerdo con Ford expiraría el 5 de enero del 2028 y supondría, entre otras cosas un aumento salarial del 25% durante la vigencia del contrato para los miembros establecidos (y de más del 30% si se tienen en cuenta los ajustes del coste de la vida), lo que implicaría que el salario máximo superaría los 40 dólares por hora, frente a los 32 dólares actuales.

También supondría primas de ratificación de 5.000 dólares, mayores contribuciones al fondo de jubilación, reparto de beneficios que incluye a Ford Credit, reducción a nueve meses del tiempo necesario para que los nuevos trabajadores temporales pasen a trabajar a tiempo completo; disminución a tres años del tiempo necesario para alcanzar los salarios máximos, y la posibilidad de hacer huelga en las plantas cerradas.

Ford señaló que el nuevo acuerdo podría suponer un incremento de 850-900 dólares por vehículo fabricado, sin asumir nuevas compensaciones de costes o eficiencias. Basándose en los 57.000 empleados de la UAW que tiene Ford, así como en los comentarios de la empresa sobre el coste añadido por vehículo, los costes anuales podrían aumentar en unos 2.000 millones de dólares al final del contrato, tal y como estiman los expertos de Goldman Sachs.

El impacto en el crecimiento de los vehículos eléctricos

Los expertos del banco de inversión estadounidense ponen el foco en la electrificación. En esta línea, aunque en general no esperaban que los fabricantes de equipos originales alcanzaran el 100% de sus objetivos de crecimiento del vehículo eléctrico a medio plazo, creen que los recientes comentarios y resultados de las empresas sugieren que el mercado estadounidense del VE está creciendo más lentamente de lo que cabría esperarse y que su expansión, al menos a corto plazo, “puede desacelerarse un poco respecto a la tasa de crecimiento de las ventas del 50% registrada hasta la fecha”.

En algunas categorías, como las camionetas, desde Goldman Sachs consideran que esto se debe a los precios elevados o a las limitaciones de algunos usos potenciales (por ejemplo, la autonomía se ve afectada por el remolque).” Para otros compradores potenciales de VE, las consideraciones de carga y/o la falta de opciones de vehículos pueden ser factores (y reconocemos, por ejemplo, que hay una oferta limitada de opciones más económicas en determinados segmentos de vehículos, como los SUV de tamaño completo)”, comentan.

A pesar del menor ritmo de crecimiento de los vehículos eléctricos, Goldman Sachs prevé que los volúmenes del sector estadounidense crezcan con el tiempo, impulsados por la mejora de la asequibilidad y economías de escala, el rendimiento (por ejemplo, la aceleración y la seguridad que ofrecen los VE), una mejor elección de vehículos, y una mejor elección de vehículos.

Por ejemplo, los fabricantes de componentes para automóviles ya están trabajando en múltiples productos eléctricos nuevos que saldrán al mercado en los próximos años, incluida la plataforma de tercera generación de bajo coste de Tesla, con un objetivo de unos 20.000 dólares de coste por vehículo.

Asimismo, la normativa, tanto la prohibición de los vehículos de combustión interna como el aumento de los requisitos de CO2 y los incentivos a los vehículos eléctricos, puede favorecer la tendencia. “En nuestra opinión, los fabricantes de componentes también se beneficiarán de la capacidad de aprovechar mejor las plataformas comunes de los VE frente a las de los vehículos con motores de combustión interna”, concluyen desde la entidad norteamericana.

Mostrar comentarios