Lentos pero escalonados. Así han sido los movimientos del Ibex 35 durante este mes de julio, que acaba de cerrar julio con un alza del 0,51%. Esta tímida subida ha sido suficiente para que la referencia bursátil española se instale en una nueva zona de máximos anuales y se quede cerca de los 9.700 puntos, barrera que ha llegado a rebasar en niveles intradía a lo largo de las últimas jornadas. La cota psicológica adquiere relevancia al tratarse de su nivel más alto desde febrero de 2020, cuando la fiebre pandémica atacó a las bolsas de todo el mundo.
El selectivo encara desde los 9.641 puntos el octavo mes del año, un periodo que tradicionalmente está cargado de volatilidad. "Los inversores suelen rotar las carteras en agosto", precisa Diego Morín, analista de IG, que anticipa una recogida de beneficios. De confirmarse, seguiría la misma tónica que el pasado año, cuando el Ibex cerró julio en un nivel muy similar, mientras se dejó más de un 3,3% en agosto, marcado por un precio del gas desbocado y la advertencia de que los bancos centrales habían emprendido un largo camino en materia de tipos contra la inflación.
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Doce meses después y unas cuantas subidas adicionales en el camino, dando como resultado el endurecimiento monetario más rápido de la historia, uno de los focos principales sigue estando en la Reserva Federal y el Banco Central Europeo (BCE), que, lejos de terminar, elevaron la tasa de referencia del dinero en 25 puntos básicos cada uno la semana pasada. Con la diferencia de que el primero ha retomado este sendero después de un alto en el camino el pasado junio, hasta el 5,5%, máximos de 22 años, mientras el segundo contempla la posible pausa en septiembre tras nueve incrementos seguidos, hasta el 4,25%, la hoja de ruta de estos dos organismos han vuelto a condicionar el rumbo del selectivo en la recta final de mes.
Estas dos citas se ha producido en mitad de la publicación de los resultados empresariales, dando lugar a un cóctel explosivo con el que logra salvar el mes en saldo positivo, aunque se queda como 'farolillo rojo' del Viejo Continente. En este sentido, en balance mensual, París rebota un 1,3% tras el correctivo de los valores del lujo, Fráncfort sube un 1,85% después de tocar intradía máximos históricos de 16.500 puntos, Londres avanza un 2,4% y Milán se anota un rebote del 5%.
El empujón lo protagoniza Indra (+14,1%), que ha animado a los inversores a comprar títulos de la tecnológica después de elevar sus previsiones para este ejercicio de la mano de José Vicente de los Mozos como consejero delegado. Le sigue de cerca Grifols, que también se anota un acelerón del 13,7% en unas semanas agitadas en las que ha desvelado que negocia la venta de su filial china Shanghai RAAS con China Resources y los avances en el desarrollo de varios medicamentos. Completa la terna Fluidra (+12,8%) en la que más del 10% del 'rally' se debe a la subida del pasado viernes, cuando presentó unos resultados que batieron las expectativas.
Por el contrario, los mayores correctivos los registra Acciona (-12,26%) y su filial de renovables, Acciona Energía, (-6,5%). Entre medias figura Enagás, que también sufre un recorte del 10,3%, mientras Amadeus se ve lastrada por el golpe de las últimas semanas y cae desde el pasado 30 de junio un 6,43%. Las socimis, por su parte, logran recuperar algo de tono pese al endurecimiento monetario y cierran el mes en positivo con Merlin rebotando un 8%, mientras Colonial lo hace un 5,86%, insuficiente para borrar las pérdidas en el cómputo anual. De forma paralela, la banca toma impulso y cierra en positivo. Salvo CaixaBank, que se deja un 3,1%, el resto de los cinco bancos del Ibex experimenta subidas en las últimas cuatro semanas.
La clasificación de los que más suben o bajan se ha visto distorsionada por la volatilidad de este lunes, con grandes oscilaciones en el día tras la publicación del dato de IPC y PIB de la eurozona. Según Eurostat, la inflación en la zona de la moneda única se ha moderado, desde el 5,5% hasta el 5,3% en el segundo trimestre de 2023, mientras, la economía de la zona euro registró una expansión del 0,3% entre abril y junio respecto de los tres meses anteriores, cuando se había mantenido estable, cifras que mantienen la presión sobre el Banco Central Europeo (BCE) de cara a ejecutar un nuevo endurecimiento monetario.
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