Dilema de inversión

Infravaloración o crecimiento: el debate sobre dónde habrá mayor rentabilidad

Algunas voces ya indican a que no vale la pena gastar el tiempo intentando prever la actividad económica o las valoraciones de los índices. 

Para lograr nuestras metas no basta con ahorrar, hay que invertir el dinero para obtener rentabilidad y batir el efecto de la inflación.
Infravaloración o crecimiento: el debate sobre dónde habrá mayor rentabilidad
Bluemedia Studio 

El año 2020 ha puesto de relieve los riesgos que conlleva confiar en exceso en las proyecciones económicas y las expectativas del mercado. Las diferentes argumentaciones van cogiendo peso y existen muchas tesis abiertas sobre qué segmentos de las bolsas pueden gozar de un mayor rendimiento de cara a este ejercicio entrante. 

Muchos gestores ya tienen el dilema encarnecido sobre si el interés versará en apostar por los activos infravalorados o si seguir posicionado en empresas que están demostrando un gran crecimiento bursátil. Algunas voces ya indican a que no vale la pena gastar el tiempo intentando prever la actividad económica o las valoraciones de los índices. En lugar de eso, cada vez coge más interés general el hecho de poner el foco en empresas, en modelos de negocio y en tendencias y oportunidades de crecimiento a largo plazo.

El entorno económico para las bolsas es benigno en el escenario base del consenso, pero difícil en otros. Al salir de la recesión del coronavirus, podría verse una vuelta a las ingresos, pero los tipos de interés se mantendrán cerca de sus mínimos históricos. “Esto justifica los altos múltiplos de valoración y los atractivos rendimientos, en particular para los mercados de mayor crecimiento y para Reino Unido y otros mercados que siguen estando baratos”, comenta Max Macmillan, experto del departamento de Multi-Asset Solutions de Aberdeen Standard Investments.

No obstante, la parte más adversa se puede encontrar en si la expansión económica se estanca o, por el contrario, si el estímulo fiscal y monetario desenfrenado da lugar a una inflación mucho más alta, el retorno de las acciones se vería gravemente afectado. 

“Por ahora, sin embargo, la probabilidad relativamente baja de estos resultados negativos se compensa con creces por la mayor probabilidad de escenarios positivos”, añade Macmillan. 

¿Activos en crecimiento o infravalorados? 

Con estos mimbres el debate sobre si apostar por los activos infravalorados o centrarse en las tendencias de crecimiento está más vivo que nunca. Las empresas infravaloradas cuyas cotizaciones parecen relativamente baratas y las empresas de crecimiento cuyos ingresos crecen con relativa rapidez no son necesariamente que algunos inversores quieren excluir de sus carteras.

“Nos gustan las empresas cuyo potencial de generación de efectivo a largo plazo está siendo subestimado y, por lo tanto, infravalorado por el mercado”, explican Mark Heslop y Mark Nichols, gestores de la estrategia European Growth de Jupitrer AM. 

Los expertos de la gestora británica también señalan que, ante este esquema que se ha construido en la actualidad, se puede apostar por las empresas que disponen de oportunidades de crecimiento porque presentan el potencial más grande para acrecentar el valor para el accionista. 

El debate infravaloración-crecimiento suele girar en torno al ratio precio-beneficios (PER) de una empresa y cómo sale parado en la comparación con su media histórica.  “Creemos firmemente que el PER es un indicador de valoración deficiente, porque no recoge las diferentes perspectivas de crecimiento de las empresas, sus necesidades de capital o los posibles cambios en la tasa de rentabilidad sin riesgo”, concretan.

El foco estará en los tipos de interés 

En este sentido, una de las claves para adivinar el futuro de los tipos de activos se centra en si los tipos de interés van a subir y cuáles son las consecuencias si lo hacen. Por eso, aunque es difícil anticiparse, sí que hay algunos factores que pueden terminar por condicionar el ejercicio y que catapulte o no a unas acciones u otras.

Uno de ellos es el aumento del desempleo y el exceso de capacidad en la economía mundial probablemente limiten la capacidad de los bancos centrales para estimular la inflación. “Esto puede marcar tendencias dentro de los mercados que disparen algunos segmentos del mercado (value o growth)”, apuntan los expertos de Jefferies.

No es lo único a lo que atender, puesto que el coste de la deuda tendrá que mantenerse en niveles bajos si los gobiernos quieren ser capaces de atender sus crecientes niveles de deuda. “Un entorno de tipos en ascenso probablemente indique una mejoría de la actividad económica y de la inflación”, aseguran Heslop y Nichols. 

Si bien eso podría ser bueno para el contexto general de precios de las empresas, los productos indiferenciados seguirán viéndose obligados a competir en precio y tendrán dificultades para generar márgenes atractivos.

Las fuerzas perturbadoras seguirán causando perturbaciones y se podría dejar morir a las empresas zombis”, agregan los expertos de Jupiter Am. En última instancia, los gestores afirman que un entorno de tipos de interés al alza alteraría los atractivos relativos de las empresas individuales en las que queremos invertir, pero no cambiaría el conjunto de empresas que habría que terminar incorporando a la cartera de inversión.

Mostrar comentarios