Su producción cae el 20%

El mercado del 'shale oil' está en peligro de extinción: 2021, ¿el principio del fin?

Los recortes de gastos que se produjeron con el colapso de la demanda de combustible y los precios del crudo debido a la pandemia ponen fin a una era que colocó a EEUU en la cima de productores mundiales.

Petróleo
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Las acciones de petróleo y gas vinculadas a la actividad de extracción en Estados Unidos están repuntando. Sin embargo, el desastroso año que acumula la industria energética puede traducirse, según apuntan ya muchos expertos, en que los días de auge del esquisto pueden desaparecer para siempre.

Los profundos recortes de gastos que se produjeron con el colapso de la demanda de combustible y los precios del crudo debido a la pandemia de COVID-19 han puesto fin a una era que colocó a Estados Unidos en la cima de los mayores productores mundiales. La industria del esquisto recibirá nuevo año bombeando 7,44 millones de barriles por día (bpd), casi un 20% menos que a principios de 2020.

Los productores del shale oil se vieron muy afectados después de pedir préstamos para expandir su producción y recortaron los costes para reducir las pérdidas. El rápido desarrollo de los pozos la convirtió en la primera opción en las empresas más grandes para imponer recortes.

La creciente demanda de combustibles más limpios puede traducirse en que es posible que el consumo mundial nunca vuelva a su pico anterior. A medida que se reanuda el crecimiento, la OPEP y sus aliados planean aumentar su producción, socavando los esfuerzos para reiniciar algunos campos de esquisto.

“Simplemente vamos a seguir avanzando con dificultad”, exponía J.R. Reger, director ejecutivo de Iron Oil, un productor de petróleo estadounidense. Su perspectiva para esta industria es que en 2021 esté “estancada”. En este sentido, los desembolsos de esta empresa el próximo año alcanzarán los 54.000 millones de dólares, un poco más que en 2020, pero muy por debajo de los 104.000 millones de 2019, estima el proveedor de datos IHSMarkit.

Asimismo, los principales productores independientes de fracking, Pioneer Natural Resources, Diamondback Energy y ConocoPhillips pronostican una producción plana ligeramente por encima de los niveles actuales. Este año los futuros del petróleo de Estados Unidos llegaron a cotizar en territorio negativo por primera vez en el momento en el que los tanques de almacenamiento se llenaron. Las plataformas alcanzaron el nivel más bajo nunca antes registrado y Exxon Mobil salió del Dow Jones de las principales empresas cotizadas en Wall Street.

Las compañías del sector de la energía y petroquímica recortaron sus plantillas a medida que el petróleo descendía, dejando sin empleo a 107.000 trabajadores estadounidenses en agosto, según datos de Deloitte. Pero, según Robert Watson, CEO de Abraxas Petroleum, es posible que hasta el 70% de esos trabajos no se reanuden el próximo año.

Una producción que no levantará el vuelo

Así, desde Morgan Stanley prevén que la producción de petróleo de Estados Unidos pueda caer en 1 millón de barriles por día en 2021, además de ya haber registrado un descenso de 670.000 barriles diarios este año, a medida que los recortes de producción y los pozos se han envejecido.

Algunas firmas más pequeñas mantienen la producción sin cambios al dedicarse a la terminación de pozos sin explotar. Estos pozos perforados, pero no terminados, cayeron a 7.330 en noviembre, un 7% menos en los últimos 12 meses al nivel más bajo en dos años, según datos del gobierno norteamericano.

Las fusiones y adquisiciones como principal atractivo

Con todo, las esperanzas de los inversores es que muchas empresas productoras de mayor dimensión alcancen algunos acuerdos con las más pequeñas para fusionarse. Algunos productores necesitarán reducir la deuda para convertirse en candidatos de compra, según Duane Dickson, responsable del área de petróleo, gas y productos químicos en Deloitte. “Hay una cantidad relativamente pequeña de buenas oportunidades de compra”, asegura Dickson.

“Es difícil defender al sector energético ahora mismo, incluso para las mejores empresas”, resalta Hank Smith, director de estrategia de inversión de Haverford Trust. Se ha enrevesado el panorama de los combustibles fósiles en parte debido al surgimiento de alternativas, como la energía solar y eólica.

“Ha habido un baño de sangre en el sector”, añade Dan Pickering, responsable de inversiones de los gestores de activos Pickering Energy Partners. Las recientes ganancias en las acciones de la energía reflejan un rebote desde los mínimos de la década y serán difíciles de mantener. “No hemos visto un cambio hacia los inversores de largo plazo”, sentencia.

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