Ante una inflación disparada

¿Interés al 3%? Lagarde alerta de otras tres cargas de tipos en plena recesión

La presidenta del BCE vuelve a esquivar la responsabilidad con la inflación y señala otra vez a los gobiernos del euro para que tomen medidas enfocadas a reducir las presiones en los precios

Lagarde y Guindos, durante la conferencia de prensa.
Lagarde y Guindos, durante la conferencia de prensa.
EMILY_PIWOWAR/ECB

Una subida histórica de tipos en la lucha con la inflación que deja muchas dudas en el aire. La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, volvió a dar un giro a la contradicción en el que se ha visto atrapada en 2022. Por un lado, subidas de tipos y endurecimiento de las condiciones de financiación. Por otro, estímulos monetarios y expansión de balance para mitigar una posible recesión. La lucha contra la inflación y la defensa de la estabilidad financiera en una estrategia acelerada y forzada por el resto de bancos centrales para recuperar en la zona euro la neutralidad de precios, el sagrado objetivo del 2% de IPC.

"Queremos que los actores económicos entiendan que el BCE se toma en serio el regreso de la inflación al 2% en cualquier decisión que tomen. Tenemos una meta, tenemos una misión. Tenemos cifras de inflación increíblemente altas y tenemos que tomar medidas. No queremos ver efectos secundarios", aseguró la banquera francesa este jueves. Lagarde sigue negando que estén actuando tarde contra a la inflación frente a lo sucedido con otros bancos centrales como la Fed porque son "casos distintos" por la fortaleza del mercado laboral en EEUU y la debilidad en Europa, sin embargo, ahora justifica los movimientos agresivos de tipos por los mismos motivos que sus homólogos. Ahora bien, la gobernadora del banco central dejó claro que vienen todavía más subidas de los tipos de interés en la reunión de octubre, diciembre y, probablemente, la de febrero.

El calendario no acompaña al BCE porque solo tendrá dos oportunidades de mover tipos en 2022 antes de que se confirme la entrada en recesión de buena parte de la zona euro. Esto le obligará a repetir alzas inusualmente altas como los 50 puntos básicos (pb) de julio o los 75 pb que ejecutó este jueves. El BCE ha colocado el tipo de referencia en el 1,25%, el más alto desde 2011, pero los expertos ven incluso que pueda llevarlos al 3% en seis meses. "Lo que sé hoy es que cero no es la tasa neutral y que donde estamos no es el tipo neutro. Lo que sabemos es que queremos conseguir ese objetivo del 2% [inflación] a medio plazo y daremos los pasos necesarios para conseguirlo", avanzó Lagarde en la conferencia de prensa posterior a la reunión. "Creemos que se necesitarán varias reuniones para llegar allí. Algunos se preguntarán, ¿cuántos son varios? Bueno, probablemente sean más de dos, incluido este, pero probablemente también sean menos de cinco", apuntilló.

¿Qué opinan los expertos?

La reacción de los observadores de las decisiones del BCE es dispar pero todos coinciden en destacar un escenario más agresivo de los previsto. “Hemos ajustado nuestra opinión: ahora esperamos otra subida de 75 pb en octubre y diciembre (anteriormente 50 pb en ambos), seguida de una subida final de 25 pb en febrero de 2023. Después de todo, ¿qué va a detener al BCE, ahora en modo datodependiente, a la hora de aplicar las mismas subidas de tipos en los próximos meses si los datos no cambian?”, se preguntan Andrzej Szczepaniak y George Buckley, analistas del banco nipón Nomura.

“El BCE no proporcionó mucha orientación en cuanto al posible destino de los tipos de interés y caracterizó la subida, una vez más, como una acción anticipada (front-loading). Creemos que tratará de situar sus tipos oficiales en territorio neutral con bastante rapidez, y esperamos que se produzcan nuevas subidas de los tipos de 50 puntos básicos en octubre y diciembre. Esperamos una transición hacia incrementos de 25 pb el próximo año, a medida que el ciclo de subidas pase de la normalización a la restricción de la política monetaria”, augura Konstantin Veit, gestor de PIMCO.

“Si dependiera de los halcones, probablemente les gustaría subir otros 100 pb antes de la próxima primavera. Sin embargo, pensamos que en algún momento de los próximos meses, el BCE tendrá que reconocer que sus expectativas de crecimiento son demasiado positivas. En nuestra opinión, solo podrá subir los tipos un total de 75 pb para finales de año. Esto podría ser otros 75 pb en la reunión de octubre o 50 pb en octubre y un alza de último minuto de 25 pb en la reunión de diciembre”, arguye Carsten Brzeski, economista jefe de ING.

En este sentido, Samy Chaar, economista jefe de Lombard Odier, también ve obstáculos para que el BCE vaya mucho más allá en sus movimientos: “En general, el tono ha sido agresivo en cuanto a los tipos y la inflación, a pesar del aumento de las preocupaciones sobre el crecimiento. Dicho esto, el banco no ha dado ninguna sorpresa importante, por ejemplo, comprometiéndose a enviar los tipos a un territorio restrictivo, o volviéndose más agresivo con otros instrumentos políticos además de los tipos. La decisión de los 75 puntos básicos fue unánime, y el banco prevé nuevas subidas de tipos en el futuro, dependiendo reunión a reunión de la evolución de los datos económicos. Creemos que, dado el estancamiento y los trimestres potencialmente negativos de crecimiento que se avecinan, los tipos no acabarán subiendo tanto como el mercado espera actualmente”.

“El BCE mostró una fuerte determinación de mover la política monetaria a una postura más normal e incluso ir más allá de eso para desacelerar la demanda. Abordar la alta inflación es la razón principal del cambio de línea dura del banco central. Espera que la inflación se mantenga incómodamente alta en 2023. Esperamos que el banco central aumente las tasas en 50 puntos básicos en su próxima reunión y continúe subiendo las tasas en diciembre y febrero de 2023 en 25 puntos básicos en cada reunión”, pronostica David Kohl, economista jefe del banco suizo Julius Baer.

Wolfgang Bauer, gestor de M&G, tomó una histórica decisión “con su credibilidad como guardián de la estabilidad de precios en Europa en juego”. Sin embargo, en su opinión, “es dudoso que tenga un efecto tangible en la inflación en los próximos meses” debido a que la transmisión monetaria tarda varios meses en hacerse realidad. “El encarecimiento de los precios de la energía y de otras materias primas se está trasladando a la inflación subyacente a medida que el alza de precios de los insumos obliga a las empresas a repercutir los costes, al menos parcialmente, a sus clientes. Esta inflación impulsada por los costes, en gran medida causada por perturbaciones de la oferta, es muy difícil de combatir con herramientas de política monetaria. Para decirlo sin rodeos, ni siquiera la subida de tipos más ambiciosa del BCE reabrirá el Nord Stream 1”, explica.

La reacción del euro frente al dólar fue mixta. Lagarde reiteró que no se fijan en ningún tipo de cambio concreto pero reconoció el efecto inflacionista de la caída de la divisa. En los bonos, las ventas fueron generalizadas y la subida de rentabilidades de la deuda pública también se produjo en bloque. “El mercado, en buena medida, ha reaccionado con cierta volatilidad, si bien asume que el escenario base son tipos más elevados al alza y menor crecimiento a futuro, algo que, de hecho, ya condiciona a casi todas las curvas de deuda, que han aplanado notablemente sus pendientes, especialmente en los tramos superiores a 10 años. No se observa, por otra parte, ninguna tensión adicional en las primas de riesgo periféricas. Parecería que el mercado 'compra' el argumento del BCE de que trabajará para que no se produzca dicha fragmentación”, puntualiza Pedro del Pozo, director de inversiones financieras de Mutualidad de la Abogacía.

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