Mantiene tipos y estímulos

Lagarde mira para otro lado con el IPC y aparca los ajustes del BCE hasta verano

La presidenta del banco central deja pasar la reunión sin tomar decisiones y esperará a las proyecciones económicas de junio para acometer los ajustes en la política monetaria para frenar la inflación.

Lagarde interviene por videoconferencia tras dar positivo por Covid.
Lagarde interviene por videoconferencia tras dar positivo por Covid.
L. I. / Archivo

Contención y estoicismo. La presidente del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha postergado los futuros ajustes de la política monetaria hasta junio, cuando tendrá las nuevas proyecciones trimestrales de inflación y crecimiento en la zona euro. Los responsables del instituto emisor no solo no endurecieron su discurso, sino que incluso rebajaron el tono de la reunión de marzo cuando se encendieron las alarmas de un posible movimiento de los tipos de interés y el fin inmediato de los estímulos.

El BCE se da otros dos meses para dar a conocer su nueva hoja de ruta pese a la presión inflacionista, que el mes pasado se elevó hasta el 7,5%, máximo histórico en la zona euro. Hasta entonces mantendrá los tipos de interés en el 0% y su mecanismo de recompra de deuda APP en acción con 90.000 millones de euros en adquisiciones previstas hasta finales de junio. 

"Los riesgos al alza en torno a las perspectivas de inflación también se han intensificado, especialmente a corto plazo. Los riesgos para las perspectivas de inflación a medio plazo incluyen movimientos por encima del objetivo en las expectativas de inflación, aumentos salariales superiores a los previstos y un empeoramiento duradero de las condiciones del lado de la oferta. Sin embargo, si la demanda se debilitara en el mediano plazo, disminuiría la presión sobre los precios", señaló Lagarde en su discurso.

Entre la espada de la inflación y la pared de la recesión

Precisamente, el principal motivo esgrimido Lagarde que justifica el inmovilismo del BCE es la acumulación de incertidumbre en la economía, que ya venía de 2021 y se ha agudizado con la guerra.  "La economía de la zona del euro creció un 0,3% en el último trimestre de 2021. Se estima que el crecimiento se mantuvo débil durante el primer trimestre de 2022, en gran parte debido a las restricciones relacionadas con la pandemia. Varios factores apuntan a un crecimiento lento también en el próximo período. La guerra ya está pesando sobre la confianza de las empresas y los consumidores, incluso a través de la incertidumbre que genera", ha alertado.

La banquera gala asegura que el fuerte aumento de los precios de la energía y de las materias primas en general está empujando a los hogares a mayores coste de vida y las empresas se enfrentan a mayores costes en la  producción. "La guerra ha creado nuevos cuellos de botella, mientras que un nuevo conjunto de medidas pandémicas en Asia está contribuyendo a las dificultades de la cadena de suministro. Algunos sectores enfrentan  crecientes dificultades para obtener sus insumos, lo que está interrumpiendo la producción", explicó Lagarde por videoconferencia.

En opinión de los responsables del BCE existen factores que están compensando el golpe sobre la economía de los hogares y empresas como son la recuperación en curso, las medidas fiscales compensatorias y la posibilidad de recurrir "a los ahorros que acumulados durante la pandemia". Además, continuó Lagarde, "la reapertura de los sectores más afectados por la pandemia y un mercado laboral sólido con más personas con empleo seguirán respaldando los ingresos y los gastos".

Con un mensaje 'dovish' -expansivo en la jerga monetaria-, Lagarde auguró que es muy probable que las compras de deuda terminen en el tercer trimestre sin especificar si será en julio o septiembre. "Podría ser pronto, o podría ser tarde, el tercer trimestre tiene tres meses. (...) Lo último que queremos ver son las expectativas de inflación a riesgo de desanclarse", dijo.

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