Etapa de transición

La bajada de ritmo de los bancos centrales amenaza el 'boom' de las Letras del Tesoro

Los gestores comienzan a alargar los plazos de sus posiciones en renta fija con deuda de mayor duración ante la expectativa de que el final de las subidas de tipos se acerca a medida que los precios amagan en su escalada. 

La bajada de ritmo de la Fed y el BCE pone en riesgo el 'boom' de las Letras del Tesoro
La bajada de ritmo de los bancos centrales amenaza el 'boom' de las Letras del Tesoro. 
Nerea de Bilbao (Infografía)

La deuda pública en tramos de corta duración ha sido una de las principales apuestas de las gestoras de activos durante la primera parte de 2023. El entorno de normalización de los tipos de interés y la reticencia del sector bancario a remunerar los depósitos ha provocado que los inversores limpien el polvo a productos clásicos, que en los últimos años habían quedado relegadas a un segundo plano a causa de las políticas monetarias ultralaxas

Entre ellas están las Letras del Tesoro, que se han convertido en el vehículo inversor por excelencia en lo que va de 2023 ante la atractiva rentabilidad que ofrecen. De hecho, la gran demanda ha empujado las captaciones netas de los fondos de inversión de renta fija hasta los 11.400 millones sólo en lo que va de año, siendo la categoría que más crece en este sentido. Una época dorada que ahora se ve amenazada por el punto de inflexión en el que se encuentran los principales bancos centrales occidentales. 

La esperada pausa de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal (Fed) estadounidense que, por ahora, se mantiene congelada en la horquilla del 5-5,25%, sin cerrar la puerta a posibles aumentos en el futuro y la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de subir los tipos en 25 puntos básicos, hasta el 4%, sin dar por terminadas las subidas, abren paso a un escenario de transición. Con estos dos últimos movimientos ya descontados, el mercado cree que el final de este ciclo se acerca, situación ante la que los expertos consultados por La Información indicen en que es el momento de comenzar un cambio progresivo en las carteras hacia la deuda de mayor duración. 

"Hay que aprovechar el último repunte de los tipos y apostar por la deuda de mayor plazo para que cuando baje la inflación y con ella la rentabilidad, se pueda sacar beneficio de ello", defiende Víctor Alvargonzález, fundador y CEO de la firma de asesoramiento independiente, Nextep Finance, en alusión a que la caída del interés con el fin del alza de tipos irá asociada a un incremento del precio de los bonos. Alvargonzález basa este argumento en el freno del IPC en la eurozona, después de moderarse en mayo hasta el 6,1%, alcanzando niveles previos al inicio de la invasión rusa de Ucrania y la expectativa de que su avance irá remitiendo en los próximos meses, lo que conducirá a una pausa en el alza de tipos "tarde o temprano". 

La intervención del jueves por parte de la presidenta del BCE, Christine Lagarde, en la que remarcó que la cruzada del organismo que capitanea no ha terminado su cruzada contra el repunte de los precios, para avanzar que en julio es muy posible que anuncien otro incremento pese al estancamiento de la economía -la eurozona ya está en recesión- y asegurar que "no está pensando" en detener la escalada de las tasas de referencia del dinero, no cambia su perspectiva. En este sentido, el socio director de ATL Capital, Félix López, también coincide en que ya se ha efectuado el grueso de la subidas y ve factible que la última escalada podría producirse el próximo septiembre. 

Respecto a la Fed, que ya ha decidido hacer un alto en el camino, todavía existe incertidumbre acerca de si volverá a las andadas en la próxima reunión tras contemplar otra posible revisión del alza del techo de tipos hasta el 5,5%-5,75% desde el 5%-5,25% actual. Tras las dos citas más relevantes de la semana para los inversores, tanto el interés del bono a dos años como a diez años se relajaron con caídas en el papel de EEUU, España y Alemania. En cambio en los tramos a seis meses la tendencia era alcista (subida de rentabilidad y caída de precio) en España y Alemania, mientras se reducía en la potencia estadounidense.

Cabe destacar que la reducción de balance billonario del organismo norteamericano en 95.000 millones de dólares mensuales (alrededor de 86.800 millones de euros al cambio actual) que ejecuta a este ritmo desde septiembre de 2022 juega un papel crucial en el comportamiento del mercado de deuda. Al igual que al otro lado del Atlántico, donde el BCE está inmerso en la reducción de 15.000 millones mensuales desde el pasado marzo y hasta julio, con la intención de cesar el próximo mes las reinversiones que viene realizando. Una situación ante la que los expertos avisan que puede añadir presión a la deuda, ya que los inversores exigirán mayor interés y, por tanto, puede contrarrestar parte del efecto derivado de fin del ciclo monetario cuando se produzca. 

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