Fuerte desplome en las bolsas europeas a causa de los bombardeos iniciados esta madrugada por parte de Rusia en Ucrania. Los bombardeos se han producido apenas unas jornadas después de que Moscú reconociese la independencia de las dos regiones separatistas del Donbás, al Este de Ucrania. En este escenario, el Ibex 35 ha abierto con una caída del 4,4%, aunque finalmente ha moderado el retroceso hasta el 2,8% al cierre. Como consecuencia, cayó hasta los 8.200 puntos, un nivel que no registraba desde febrero de 2021. Las caídas fueron más destacadas en el resto de índices europeos, con desplomes próximos al 4%. En la Bolsa de Moscú, que en principio no había iniciado la jornada al permanecer suspendida, sus principales índices se hunden casi un 40%, en lo que supone un 'crash' histórico.
Si bien es cierto que la historia apunta que los mercados de valores suelen recuperase con fuerza y presentan importantes avances un año después del inicio de conflictos bélicos, "en esta ocasión entendemos que el principal problema no es tanto la guerra que se ha iniciado en Ucrania -sin duda alguna es y será un drama humanitario, como todas las guerras-, sino el impacto que este conflicto puede terminar teniendo en el mercado de la energía y, por tanto, en la inflación", apuntan desde Link Securities. Esta variable puede terminar penalizando seriamente la recuperación económica, llevando a los mercados a tener que afrontar un escenario de bajo crecimiento y alta inflación. "Entendemos que el margen de maniobra de los bancos centrales para hacer frente a este escenario, de cumplirse, es muy limitado, y eso es lo que realmente nos preocupa", señala su responsable de Análisis, Juan J. Fernández-Figares.
La sesión en Europa ha estado marcada por las posibles sanciones de Occidente. Estados Unidos y sus aliados -tras una primera batería de sanciones- prometieron represalias más duras contra Moscú si finalmente se producía la invasión y después de semanas de esfuerzos diplomáticos que no han tenido efecto. La inquietud por estas medidas se refleja en el índice VIX, conocido como el índice del miedo, que muestra la volatilidad del S&P 500 y que se sitúa en máximos desde octubre de 2020.
Desde Amundi explican que los mercados mundiales no estaban descontado un escenario de guerra y ahora se están ajustando ante la magnitud de este movimiento militar y que la situación tardará en estabilizarse. "Mientras tanto, la incertidumbre y la volatilidad persistirán, con la posibilidad de ver algunos excesos a la baja. No es el momento de intentar aprovechar la caída, ya que el mercado aún no comprende plenamente el impacto de este choque geopolítico", añaden.
Los bancos fueron los valores más castigados en todo el continente. Dentro del Ibex 35, Santander perdió un 7,6%, seguido de Sabadell, un 7%. Además, las caídas de BBVA, Caixabank y Bankinter superaron el 5%. Las acereras Acerinox y ArcelorMittal también retrocedieron cerca de un 6% cada una. En medio de la sacudida bursátil, Indra, que ayer se desplomó un 9% después de que SEPI elevara su participación, se mantuvo en positivo con un fuerte repunte próximo al 12%. Al cierre también han destacado las renovables Siemens Gamesa y Solaria, con un rebote superior al 10% para cada una.
Por su parte, el rendimiento del bono alemán a 10 años -inverso a su precio- cae más del 26% hasta el 0,166%, lo que evidencia compras. El bono de EEUU retrocede un 2% y cotiza en 1,9%. En el caso de España, el coste de su deuda a 10 años cae cerca del 7,5%, mientras que el bono a 2 años muestra la tendencia contraria, con un repunte próximo al 46% que le sitúa al borde del 0% de rentabilidad. Así, la prima de riesgo española se aproxima a los 102 puntos básicos.
Además, la cotización del euro frente al dólar retrocede a los 1,115 'billetes verdes', mientras el valor del rublo ha continuado a la baja tanto respecto al euro como al dólar. El euro se ha fortalecido un 6,4%, mientras que el dólar lo ha hecho un 7.3%. De esta forma, la divisa europea se cambia en los mercados por 97,75 rublos, mientras que el 'billete verde' se negocia por casi 87 rublos.
Las mayores tensiones son para las materias primas energéticas, por la dependencia de Europa de las que provienen de Rusia y, en concreto, del petróleo y el gas. En concreto, el barril de crudo Brent, de referencia en Europa, se encarece más del 5% y supera los 99 dólares, un nivel en el que no se movía desde septiembre de 2014. Sufre también las consecuencias de este ataque el crudo estadounidense West Texas Intermediate (WTI), cuyo precio se eleva más del 5,5% para superar la barrera de los 97 dólares.
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