Perspectivas de inversión

El verano ya no asusta al inversor y rota de la liquidez a posiciones menos defensivas

La volatilidad veraniega, motivada por la menor actividad y afluencia de inversores, coincidirá este año con unos volúmenes de liquidez mayores por las entradas récord de dinero en fondos del mercado monetario.

El verano ya no asusta y el inversor rota desde la liquidez a posiciones menos defensivas.
El verano ya no asusta y el inversor rota desde la liquidez a posiciones menos defensivas.
Europa Press / L. I.

Los inversores han otorgado un papel protagonista a la liquidez, y han desplazado activos desde las inversiones en renta fija y variable al mercado monetario, que ha llegado a registrar un volumen sin precedentes de 5,4 billones de dólares durante lo que llevamos de 2023. Esta huida hacia el efectivo y sus alternativas, como los fondos del mercado monetario y los títulos del Tesoro a corto plazo resulta comprensible, ya que el año pasado cayeron tanto el mercado de renta fija como el mercado de renta variable, como consecuencia de las subidas de tipos de interés, el aumento de la inflación y la ralentización del crecimiento económico.

Muchos inversores trasladaron sus depósitos de los bancos a los mercados monetarios en un contexto de volatilidad y un rendimiento relativamente elevado de los instrumentos de efectivo. Sin embargo, las condiciones han cambiado en lo que llevamos de 2023, y es posible que los inversores a largo plazo deseen replantearse su enfoque.

El nivel de efectivo ha registrado su máximo en fechas próximas a dos mínimos recientes del mercado. Durante la crisis financiera mundial, por ejemplo, los activos de los fondos del mercado monetario alcanzaron su nivel máximo dos meses antes de que el índice S&P 500 alcanzara su nivel mínimo, el 9 de marzo de 2009.

“La volatilidad de los mercados ha provocado que los inversores hayan emprendido una huida hacia el efectivo... Aunque comprensible, esta reacción supuso la suspensión de los objetivos de inversión y la renuncia al potencial de rentabilidad a largo plazo”, comenta Hilda Applbaum, gestora de fondos de Capital Group.

El mercado de renta variable registró una rentabilidad del 40% en los tres meses posteriores y del 55% en los seis meses siguientes. Del mismo modo, durante la pandemia, el nivel de los fondos del mercado monetario alcanzó un nivel máximo semanas después de que el índice S&P alcanzara su nivel más bajo en marzo de 2020.

Wells Fargo considera, por ejemplo, que la desaceleración de la inflación en Estados Unidos está aún calentando la economía al liberarse la liquidez: "El descenso de la inflación de bienes está liberando liquidez para los consumidores y ayudando a que el gasto general se mantenga estable". Es decir, los vientos a favor parece que han estado funcionando, mientras la liquidez ha sido una importante arma dentro de las carteras de los gestores de fondos de inversión.

El cambio de dirección

Pero algo está cambiando. Los últimos datos de Bank of America revelan que la semana pasada se produjo la primera entrada positiva en fondos de renta variable por parte de los gestores de fondos. Se va reduciendo los niveles de liquidez, mientras que sube la exposición a mayores activos de riesgo. Una dinámica que, precisamente, no es la más usual a finales de julio.

Un informe de HSBC, de hecho, dice que hay que tener más exposición al riesgo en el momento actual en comparación con meses atrás: "Ampliamos nuestra postura constructiva sobre los activos de riesgo, ya que los fundamentales respaldan la foto... Es probable que este impulso del mercado se mantenga hasta fines del verano".

“Tras las fuertes pérdidas registradas en 2022, los inversores con mayor aversión al riesgo pueden plantearse asignar algo de efectivo a compañías que reparten dividendos, que pueden ofrecer generación de rentas y revalorización del capital, o a ciertos títulos de deuda a corto y medio plazo, que han venido ofreciendo rendimientos más elevados que en 2022

Creo que muchos inversores han dejado de creer en las estrategias equilibradas en el momento equivocado”, comenta Applbaum. “En el futuro, las carteras de inversión equilibradas, ya sea con una proporción de 60/40 o de 65/35, pueden seguir cosechando buenos resultados”, añade la experta.

El objetivo de una cartera que invierte el 60% en renta variable y el 40% en renta fija consiste en generar una rentabilidad atractiva reduciendo al mismo tiempo el riesgo, tal y como describe. Los inversores registraron fuertes pérdidas en 2022, ya que las subidas de tipos de interés que puso en marcha la Reserva Federal provocaron la caída tanto de los mercados de renta variable como de los de renta fija.

En conclusión, el cambio en la percepción del verano como una temporada de incertidumbre e inestabilidad para los inversores ha quedado reflejado en la actualidad. La confianza se ha fortalecido, llevando a una rotación de estrategias desde la seguridad de la liquidez hacia posiciones más arriesgadas, pero potencialmente más lucrativas. Este cambio en el comportamiento de los inversores sugiere un optimismo renovado en los mercados y una disposición a enfrentar desafíos con audacia.

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