Wall Street cotiza cerca de zona de máximos históricos y, cada vez, más inversores de un lado y otro del Atlántico se lanzan a poner su punto de mira en las compañías que debutan en suelo estadounidense, que se producen casi todos los días. Su objetivo es dar con las nuevas Amazon, Apple... y sacar la misma rentabilidad que aquellos que decidieron respaldar hace muchos años su desembarco en el parqué. A las OPVs tradicionales, allí conocidas por las siglas IPO, se les ha unido otro término que no para de experimentar un crecimiento vertiginoso como son las SPAC.
Las SPAC son empresas de adquisición de propósito especial. Son compañías (también llamadas 'de cheque en blanco') sin actividad operativa que cotizan en la bolsa estadounidense y que tienen el objetivo de realizar una gran compra o fusión. El fin, por tanto, es recaudar capital para llevar a cabo esa potencial operación corporativa y van a más con el paso de los meses. Por ejemplo, solo en el primer mes de este año han debutado 75, más que en todo 2019 (59). Por ejemplo, el numero el año pasado se situó en 250, que consiguieron captar alrededor de 83.000 millones de dólares. De hecho, y vista esta tendencia, han surgido ETFs que, al igual que con los de las OPVs, están dando grandes rentabilidades a sus inversores.
El Defiance Next Gen SPAC Derived ETF y el Morgan Creek - Exos SPAC Originated ETF son dos claros ejemplos de este boom de las compañías creadas para adquirir otras empresas. El primero se dispara un 21,5% durante este 2021 y tiene como su mayor posición (7,31% del patrimonio) en Churchill Capital Corp IV, que tiene esperanzas de culminar una fusión con el fabricante de vehículos eléctricos Lucid Motors. Este sector suscita gran apetito para los inversores por sus buenas perspectivas (véase el caso de Tesla) y que ha animado su cotización. Por su parte, el segundo ETF ha sido lanzado hace pocas semanas ya que empezó a cotizar a finales de enero.
Esta tendencia de ETFs que invierten en las SPAC irá a más en los parqués y busca replicar el éxito que han experimentado aquellos productos que apuestan por compañías que saltan a los mercados. Uno de los ejemplos más relevantes es el Renaissance IPO ETF, que ha duplicado sus activos en los últimos dos meses y roza los 1.000 millones de dólares gracias a su gran revalorización durante 2021. Entre sus mayores posiciones están Uber, Zoom Video, CrowdStrike y Peloton Interactive, el bautizado como el Netflix del spinning.
Goldman Sachs, en uno de sus últimos informes, prevé que las SPAC no pisen el freno durante este ejercicio. El banco de inversión estadounidense destaca que "esperamos que continúe un alto nivel de actividad de las SPAC en 2021. De hecho, 56 compañías han conseguido 16.000 millones de dólares con su desembarco bursátil durante las tres primeras semanas de 2021". De hecho, va un paso más allá ya que destaca que "la ola de emisiones se ha ampliado en multitud de sectores y cuenta con el respaldo institucional
El crecimiento de las SPAC durante 2020 ha sido notable y ha experimentado grandes cambios respecto a años anteriores. Entre 2010 y 2019, más de la mitad de las adquisiciones se realizaron en los sectores industrial, financiero y energético, mientras que solo un tercio estaba en tecnológicas y cuidados de la salid. Por el contrario, el año pasado el 60% de este tipo de compañías estaba en tecnológicas, consumo y biofarmacéutico mientras que solo el 24% fueron en industria, finanzas y energía. Por tanto, "los inversores abogan por una mentalidad de crecimiento y las compañías apuntan a compras en sectores que han tenido gran éxito", según el informe del banco.
Los pronósticos del banco son optimistas. "Estimamos que 265 SPAC, con 82.000 millones de dólares, están buscando futuras adquisiciones, que tendrán que adquirir entre 2021 y 2022. Este importe supone el valor total de los acuerdos cerrados durante la última década". Por tanto, y según sus propios cálculos, el valor objetivo de estas fusiones podría suponer alrededor de 410.000 millones de dólares. Aun así, la inversión en este tipo de compañías no está exenta de riesgo puesto que siempre cabe la posibilidad de que no consigan cerrar ninguna operación de aquellas que pretendían conseguir con su desembarco bursátil.
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