Las armas de Bruselas

Dentro del choque UE-AstraZeneca: de paralizar los pagos a la ofensiva legal

La Comisión Europea ve tambalearse lo único en lo que ha mostrado eficiencia durante la pandemia mientras la empresa suiza siga sin dar información sobre qué ha provocado el problema.

Efe
Dentro del choque UE-AstraZeneca: de paralizar los pagos a una batalla legal
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Acciones legales, freno a los fondos… la Comisión Europea estudia como responder ante el anuncio de AstraZeneca de retrasos en los envíos de las vacunas a los estados miembros pactados con Bruselas, después de que la empresa suiza siga sin dar información sobre qué ha provocado el problema, desatando la furia de la Unión Europea.

Una empresa farmacéutica que después de haber recibido dinero público para desarrollar una vacuna reconoce no poder cumplir con lo acordado. Una institución, la Comisión Europea, que ve tambalearse lo único en lo que ha mostrado eficiencia durante la pandemia: los acuerdos para asegurar el acceso a la vacuna. Y media Europa vacunando a medio gas, esperando que lleguen más dosis para alcanzar los objetivos marcados por la propia Bruselas. Una tormenta perfecta que ha desatado una guerra abierta, a través de los medios, entre la UE y AstraZeneca que amenaza con salpicar a otros países y, sobre todo, pone en juego la distribución de la vacuna.

El acuerdo con AstraZeneca para asegurar una compra anticipada de 300 millones de dosis, con la opción de ampliarlo en 100 millones más, se firmó el 27 de agosto del pasado año. Fue el primero que la UE cerró con una compañía farmacéutica que trabajaba en el desarrollo de una vacuna contra la Covid-19, en este caso colaboración con la Universidad de Oxford. El acuerdo incluía el pago por adelantado de un stock de dosis que debía estar listo para su envío tan pronto como la Agencia Europea del Medicamento (EMA por sus siglas en inglés) diera el visto bueno a la vacuna.

El 15 de enero, AstraZeneca solicitó la autorización de su vacuna a la EMA. La Agencia, que ya estudiaba el fármaco y puso fecha a la decisión, 29 de enero, este viernes. Solo una semana antes, la farmacéutica anunció durante un encuentro con representantes de la Comisión y los estados miembros que no estaba lista para cumplir con los envíos a los 27 estados miembros de la UE en las fechas previstas, desatando la ira de Bruselas. Fuentes comunitarias reconocen que fueron conscientes de que no se cumplirían los plazos tras una reunión en diciembre, pero que no supieron hasta el viernes que se trataba de recortes masivos. De las 100 millones de dosis que debían llegar en los primeros tres meses de 2021, AstraZeneca calcula ahora que llegará una cuarta parte.

La primera reacción fue de Stella Kyriakides, la Comisaria de Salud, en un principio, moderada, mostraba su "descontento" y pedía un plan concreto de entrega. El lunes, Kyriakides subió el tono: "La UE quieres saber exactamente cuantas dosis se han producido y dónde y, si tal es el caso, a quienes se les han entregado". En cuestión de horas, Bruselas ya acusaba a la farmacéutica de incumplir su contrato e insinuaba que las dosis que debían ir a los 27 estados miembros habían acabado en otros países. El martes, la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen advertía al gigante farmacéutico: la UE ha contribuido con grandes sumas de dinero al desarrollo de la vacuna y la mejora de los medios de producción, "ahora las compañías tienen que cumplir con sus obligaciones".

48 horas de un estruendoso silencio

Tras 48 horas de un estruendoso silencio, el consejero delegado de AstraZenecaa, Pascal Soriot, salió a dar la cara. En una extensa entrevista con varios diarios europeos publicada la noche del martes, Soriot desmiente a la Comisión. Insiste en que el acuerdo dice que la compañía debe hacer "el mejor de los esfuerzos" para cumplir con los planes de entrega, pero no hay obligación; y aunque niega que las vacunas hayan ido a cualquier otra parte, reconoce que Reino Unido hizo el pedido antes y por eso no ha habido problemas con esos envíos. Kyriakides no tarda en contestar: "La lógica de que primero se sirve al que primero llega puede funcionar en la carnicería del barrio pero no en un contrato de compra anticipada", alegó la chipriota.

El miércoles la escena roza el ridículo. Bruselas filtra a la prensa que AstraZeneca se desmarca de a reunión prevista para ese mismo día para tratar de aclarar el entuerto. Casi al tiempo que una portavoz lo confirma, la farmacéutica niega la mayor. Un correo electrónico que vuelve a circular minutos más tarde prueba que la empresa suiza había declinado particular en la reunión al considerar que había demasiados frentes abiertos y no iba a servir para nada. Al final, ese encuentro tuvo lugar, aunque sin demasiados resultados.

Las armas de la UE

Von der Leyen anunció el martes que la Comisión trabajaba para poner en marcha un sistema de control a las exportaciones. La presidenta anunció además la puesta en marcha de un sistema de control de las exportaciones. Si AstraZeneca no quería decir a dónde iban las vacunas que se producían en la UE por las buenas, lo haría por las malas. "Ninguna empresa debería vivir bajo la ilusión de que no tenemos los medios para entender qué está pasando", advirtió Kyriakides.

La tesis de la Comisión es que las dosis que AstraZeneca dice no tener para cumplir con la primera partida han ido a otros países. Por eso, el Ejecutivo de Ursula Von der Leyen valora obligar a las empresas que producen vacunas en la UE -no solo la farmacéutica suiza- a notificar a donde se dirigen los fármacos que exportan. La medida es extraordinaria pero no es nueva. Bruselas ya puso en marcha una medida similar la primavera pasada para garantizar los suministros de equipamiento médico de protección. De momento la Comisión Europea no plantea límites a la exportación, como entonces, a pesar de las presiones de Alemania, y ante el malestar que ha generado.

La Comisión también ha pedido formalmente publicar el contenido del contrato -confidencial hasta ahora- ante el debate público generado en torno a diversas cláusulas. Esto es algo que la Eurocámara lleva meses pidiendo, precisamente para evitar este tipo de problemas y que las empresas se hagan responsables ante los ciudadanos. Pero de momento, AstraZeneca no habría dado el visto bueno. Bruselas entiende que las declaraciones de Soriot son de facto una ruptura de la cláusula de confidencialidad y quiere que el texto íntegro sea de dominio público para presionar a la compañía.

Pero la Comisión puede ir un paso más allá y pedir cuentas a AstraZeneca. Literalmente. Según fuentes comunitarias, el acuerdo para la compra de 300 millones de dosis que se cerró en agosto, incluía una inversión en fondos europeos que ascendía 376 millones de euros. Ese dinero debía ir a apoyar el desarrollo de la vacuna, mejorar los medios de producción precisamente para evitar problemas, y pagar un mínimo de dosis que la empresa tenía que tener en stock, listas para cuando la EMA diera el visto bueno a su comercialización. Ese dinero se ha ido transfiriendo en tramos, en caso de violación del contrato, Bruselas no descarta congelar los pagos.

Además, podría además emprender acciones legales contra la compañía. Italia ya ha amenazado con hacerlo. La Comisión no excluye esta posibilidad pero advierte que una batalla legal podría llevar años. "El objetivo ahora es el desarrollo del contrato, no dentro de dos años porque para entonces la pandemia podría haber acabado", explican fuentes comunitarias. El objetivo ahora es lograr que las vacunas lleguen a todos los países europeos cuanto antes y, por eso, en lo que trabaja la Comisión es en lograr una salida negociada a la crisis... a pesar de las enormes tensiones.

En un encuentro con la prensa, varios altos oficiales europeos se mostraron visiblemente enfadados, acusando a la empresa de dar versiones contradictorias sobre cuál es el problema; de apuntar a problemas en una de las fábricas a pesar de que cuentan con cuatro localizaciones para producir la vacuna; de poner excusas que no justifican que no hayan producido las dosis acordadas. "Queremos encontrar una solución pero esto empieza por tener una declaración precisa de cuáles son los problemas", afirmó una fuente comunitaria. Y esto, aún no ha llegado.

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