El 'triunfo' del aislacionismo

Los primeros en vacunarse: Johnson mete un gol a Europa "gracias al Brexit"

La estrategia de Londres demuestra que el Reino Unido ya tenía establecido un plan de vacunación desde hace tiempo, sin necesidad de discutirlo con otras 27 naciones.

EFE
Los primeros en vacunarse: Johnson mete un gol a Europa "gracias al Brexit"
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A partir de la próxima semana Reino Unido se convertirá en el primer país del mundo en vacunar masivamente a la población para parar la pandemia que asola todos los rincones del planeta desde el pasado mes de enero. Las autoridades británicas han demostrado ser mucho más ágiles que las europeas a la hora de proteger la salud de sus ciudadanos. La agencia reguladora del medicamento británica, MHRA, ha dado luz verde a Pzifer y BioNTech para comenzar a distribuir las primeras 800.000 dosis de su vacuna, que tiene un porcentaje de efectividad que sus desarrolladores sitúan por encima del 95%.

Los primeros afortunados serán los ancianos ingleses, galeses, escoceses y norirlandeses que se encuentren ingresados en las residencias geriátricas, al igual que a sus cuidadores. Posteriormente, Downing Street se concentrará en la población con más de 80 años y el resto del personal sanitario. Una estrategia que demuestra que el Reino Unido ya tenía establecido un plan de vacunación desde hace tiempo, sin necesidad de discutirlo con otras 27 naciones. Mientras, en algunos países de la Unión, se sigue discutiendo sobre los grupos poblacionales que deberían ser los primeros en recibir el elixir milagroso cuando llegue la vacuna.

Los británicos no han dudado en señalar al Brexit como el origen del adelantamiento sanitario por la derecha a la Unión Europea. Mantenerse al margen de la compra centralizada para el conjunto de la UE permitirá a Londres asegurarse las primeras dosis del medicamento. Un arma que puede ser de doble filo si atendemos al coste que tendrá para las arcas públicas de su Majestad.

Ser los primeros también tiene su precio. La vacuna de Pfizer podría suponer para el erario británico un coste aproximado de 660 millones de euros. Una cantidad resultante mucho más cara que el tratamiento propuesto por Oxford AstraZeneca. Una dosis de ésta última ronda apenas los 3,3 euros, mientras que la de Pfizer BioNTech suma 15,4 euros por unidad. Así las cosas, cada paciente 'salvado' tendrá un coste para el sistema sanitario británico superior a los 30 euros, mientras que los europeos podremos acceder a otras opciones por solo 6 euros.

Cada paciente 'salvado' tendrá un coste para el sistema sanitario británico superior a los 30 euros, mientras que para los europeos será solo de 6.

Sin embargo, Boris Johnson no parece asustarse por estas cifras, irrisorias si tenemos en cuenta los efectos económicos que la pandemia ha dejado en Reino Unido. Nada más anunciar la noticia y con todo el boato propio del Parlamento inglés, el 'premier' aseguró que será precisamente la protección que ofrecen las vacunas "las que finalmente nos permitirá recuperar nuestras vidas y hacer que la economía se mueva nuevamente".

Esa ansiada recuperación fue la que llevó al Gobierno británico a asegurarse 40 millones de dosis de Pfizer BioNTech al margen de la UE. Por su parte, las autoridades comunitarias han precontratado 200 millones de dosis que todavía se encuentra en fase de autorización por la Agencia Europea del Medicamento (EMA). Se espera que el plácet llegue a finales de mes, pero habrá que esperar al último permiso de la Comisión Europea, que será la institución responsable para dar luz verde definitiva a la salida al mercado del producto en el espacio económico europeo.

Indudablemente, el Reino Unido se ha puesto una medalla muy importante en la solapa. Gran parte de los instigadores del Brexit no han tardado ni un segundo en arrogarse el éxito de la operación. "Somos los primeros gracias a nuestra salida de Europa", clamaban ayer en las calles de Londres, en un intento más de reforzar su posición aislacionista que de felicitarse por ver la luz al final del túnel.

Al margen del Brexit y su mayor o menor influencia para que el Reino Unido se haya adelantado a la UE en la adquisición de esta panacea mundial, no todo es orégano en la campiña inglesa. Las características de la vacuna de Pzifer y BioNTech hacen que los hospitales vayan a convertirse en los primeros centros de vacunación. Los requisitos de refrigeración y mantenimiento de las dosis compradas alcanzan los -70 grados. Una temperatura que solo pueden alcanzar las grandes y avanzadas cámaras ubicadas en los centros neurálgicos del sistema de salud británico.

Su máximo responsable, Sir Simon Stevens, manifestó que el servicio de salud se estaba preparando para "la campaña de vacunación a mayor escala en la historia de nuestro país". Al menos en una primera fase, los puntos de encuentro de la campaña de vacunación tendrán que contar con el sistema sanitario británico, que ya se encuentra pasando sus pruebas de estrés particulares ante los efectos que la segunda ola de la pandemia está dejando en el Reino Unido.

Un fracaso, sea cual sea, en la campaña de vacunación podría poner, más aun, en cuestión la gestión que el gobierno de Boris Johnson está realizando con respecto a la Covid-19. El elevado número de contagios y unas medidas restrictivas que no han sido bien vistas por la población podría llevar al traste los esfuerzos de Johnson por dar un paso al frente en la carrera desenfrenada por la vacunación masiva.

Pero esta no es la última paradoja que está viviendo el Reino Unido. Las primeras dosis tendrán que partir desde los almacenes de la fábrica de Pfizer en Bélgica. Los camiones europeos tendrán que acceder a Reino Unido a través del Canal de la Mancha en un trasvase logístico complejo y en el que la UE tendrá que ver como las ansiadas dosis abandonan el territorio europeo para desembarcar en otro país ajeno a las burocráticas normas de Bruselas.

Curiosamente una vacuna diseñada por estadounidenses y alemanes tendrá sus primeros beneficiados en un Reino Unido fuera de la Unión Europea. Todo un ejemplo de la globalización que viene y la que se va.

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