El presidente francés y candidato a la reelección, Emmanuel Macron, pisa el acelerador en la campaña de segunda vuelta de las elecciones presidenciales y anuncia que su próximo primer ministro se ocupará directamente de la planificación ecológica, apoyado en otros dos ministros, para sacar al país de las energías fósiles y poner la ecología en el centro de la gestión política. "La política que llevaré en los próximos cinco años será ecológica o no será", dijo Macron en un mitin de campaña en Marsella (sureste) a una semana de la segunda vuelta de las elecciones, donde se enfrenta a la candidata de la ultraderecha Marine Le Pen.
El liberal explicó que el próximo primer ministro se apoyará en dos ministros fuertes, uno ocupado de la planificación energética y otro de la planificación ecológica en los territorios, con el objetivo de convertir el país en la "primera gran nación que sale del gas, del petróleo y del carbón". La ecología ocupó la práctica totalidad del discurso del candidato, cuando la juventud, ecologistas y sectores de izquierda han recriminado la ausencia de debates sobre sostenibilidad y calentamiento global en esta campaña.
La cuestión verde ha sido la elegida por Macron para tratar de convencer al electorado de izquierda de votar por él el próximo domingo. Entre los diez millones de votantes que apoyaron a partidos de izquierda, los que respaldaron al radical Jean-Luc Mélenchon (7,7 millones) son el principal caladero al que intentan acceder tanto Macron como Le Pen, pues según los sondeos más de un tercio estarían dispuestos a abstenerse o votar en blanco. Los últimos sondeos dan a Macron en torno al 55% o 56% de los votos, por delante de su contrincante.
Macron cree que es posible reconciliar economía y ecología y promete dar pie a una "economía más ecológica, favorable a la biodiversidad y protectora del clima", pero sin ir hacia el decrecimiento. "Nuestro objetivo es hacer una economía más ecológica", defendió el liberal, que quiere responder al mismo tiempo a la ansiedad de la juventud preocupada por el futuro del planeta y de los ciudadanos que ven en la ecología un muro a su modo de vida o a la industrialización.
El candidato lanzó guiños a la izquierda con propuestas como limitar los beneficios variables de los dirigentes de empresas, poniendo un tope a nivel europeo pero también condicionándolo a la consecución de unos objetivos medioambientales, y prometió multiplicar por dos las medidas ecologistas si es elegido, dando más importancia al cuidado de la biodiversidad y la alimentación. "Los grandes jefes del siglo XXI serán los dirigentes verdes, ecorresponsables", añadió el líder, rodeado de algo más de un millar de personas, ante las que defendió también una agenda comercial climática que respete los Acuerdos de París y los objetivos medioambientales, razón, dijo, por la que Francia se opuso al Mercosur.
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