Manuel Valls cumple 100 días de Gobierno enfrentado a su izquierda y a los sindicatos

    • El socialista avanza una rebaja de impuestos para la clase media, un plan de empleo juvenil con fondos europeos similar al de Rajoy y medidas de inserción laboral para mayores.
    • Centra su hoja de ruta en tres prioridades: más empleo, más crecimiento y más diálogo social, pese a que los sindicatos le boicotean por su guiños a la patronal.
El Gobierno francés se muestra firme en su reforma del sistema ferroviario
El Gobierno francés se muestra firme en su reforma del sistema ferroviario

Manuel Valls cumple cien días como primer ministro de Francia, un corto período en el que el socialista ha impulsado un importantísimo paquete de reformas, demasiado valientes unas y otras demasiado impopulares, con el fin de impulsar la economía. La apuesta reformista de Valls, sin duda, ha gustado más a los conservadores, que a la izquierda, desde dónde ha recibido críticas de los partidos más a la izquierda de los socialistas, de los sindicatos, incluso desde su partido.Sus tres prioridades son el crecimiento, el empleo y el diálogo social, pese a que los sindicatos ya han decidido no sentarse a hablar con él, por que consideran que se ha decantado claramente hacia las tesis y demandas de la patronal.En estos 100 días, Valls se ha mostrado como un reformista convencido y firme, que no ha cedido un centímetro, por ejemplo, ante las diferentes huelgas de los trabajadores ferroviarios o de los trabajadores temporales del espectáculo.Valls ha sido capaz de impulsar un Plan de Ahorro de cerca de 50.000 millones, similar al aplicado por Mariano Rajoy en España y poner sobre la mesa la congelación de las pensiones y el sueldo de los funcionarios y la eliminación de las cotizaciones a la Seguridad Social que pagan las empresas por trabajadores con salario mínimo, entre otras medidas.Valls fue nombrado por el presidente François Hollande después de la derrota del gubernamental Partido Socialista (PS) en las elecciones municipales del 23 y 30 de marzo.

Hollande encargó al hasta entonces titular del Interior la dirección de un Gabinete "reducido y de combate" para dejar atrás el castigo sufrido en las urnas, donde el PS perdió 151 ciudades y pasó a segundo plano, por detrás de la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP) y sus aliados.Valls se define como un pragmático, sin ideología, con un claro objetivo, avanzar económicamente. El socialista sostiene que Francia está "trabada, atascada, paralizada"y aboga en favor de una izquierda que "avance", "que ponga en movimiento la sociedad".Ruptura con los sindicatosLa ruptura entre el Ejecutivo y los sindicatos se confirmó tras los recientes anuncios del primer ministro sobre una modificación del código laboral y sobre el aplazamiento de parte de las medidas de un dispositivo que preveía una jubilación anticipada para los trabajadores que realizan tareas penosas.

Sin embargo, Valls se mantiene firme y ha respondió al pulso lanzado por los sindicatos en la tercera gran conferencia social del mandato socialista con una hoja de ruta centrada en el empleo, el crecimiento y el diálogo social y la advertencia de que todas las partes implicadas deben cooperar.

Este gran encuentro junto con la patronal -centrado en potenciar el trabajo y la puesta en marcha del "pacto de responsabilidad", que ofrece a las compañías una reducción masiva en el pago de las cotizaciones sociales para mejorar su competitividad e incentivar el empleo- recibió el boicot parcial de cuatro sindicatos que acusan al Ejecutivo de ceder a las presiones de los líderes empresariales.

"Es su derecho, pero lamento su actitud, que no hace avanzar las cosas (...) Un rechazo prolongado del diálogo sería una postura incomprensible. La situación de nuestro país exige de todos un sentido elevado de la responsabilidad", dijo Valls, quien hoy cumple sus primeros cien días al frente del Ejecutivo.

El presidente del Gobierno francés, que aspira a lograr un acuerdo global entre todos los agentes sociales, consideró que esta reunión "abre una nueva página" de trabajo conjunto.

Y en esa vía se marcó tres prioridades: "Más empleo, más crecimiento y más diálogo social", con una movilización "excepcional" de fondos y promesas en favor del poder adquisitivo, como la prolongación "perenne" de las medidas fiscales anunciadas en mayo pasado, que beneficiarán a casi 4 millones de franceses.El trabajo, la prioridad

El trabajo, destacó, "es la primera prioridad porque también es la primera preocupación de los franceses", ante una tasa de desempleo que ronda el 10 por ciento de la población activa y frente a la que se anunciaron nuevos pasos en favor de los jóvenes, las personas con menos cualificación y los mayores de 50 años. Además, adelantóque la Ley de Finanzas de 2015 incluirá una rebaja del impuesto sobre la rentapara laclase media, aunque no dijo en que proporción sería la bajada ni cómo la financiaría.

Valls anunció respecto al desempleo que durante los próximos dos años se va a recurrir a 160 millones de euros de fondos europeos para los jóvenes que más lo necesiten y que el Ministerio de Trabajo va a poner en marcha un plan de acción específico para los mayores, con contratos de inserción y un mejor acompañamiento.

El primer ministro indicó que se va a disponer de 200 millones de euros adicionales a partir de la próxima semana para alcanzar el objetivo de llegar en 2017 a las 500.000 personas en formación profesional.

Insistió en que estos planes, "para ser eficaces, necesitan crecimiento", tanto en Francia como en Europa, y opinó que la nueva Comisión Europea representa "una oportunidad única para cambiar las cosas".

"Recuperar el crecimiento supone movilizar todas las energías de este país. Eso implica confianza. Y la confianza pasa por el diálogo social", resumió en una intervención en la que avisó de que el Ejecutivo no se va a retractar en la aplicación del llamado "pacto de responsabilidad".

Ese plan pretende ahorrar 50.000 millones de euros en gasto social para financiar, en gran medida, una reducción masiva en el pago de las cotizaciones sociales a las empresas para mejorar su competitividad e incentivar la creación de empleo.

"El esfuerzo que la nación hace en favor de las empresas no tiene precedentes. El Gobierno cumplirá sus compromisos", subrayó Valls, quien hizo hincapié en que espera ese mismo esfuerzo del sector empresarial y una movilización por su parte que "todavía no está a la altura".Apoyo de Hollande

Valls es apoyado por el jefe de Estado, François Hollande, que reiteró que el diálogo social no puede ser una "perpetua puja de pedidos unilaterales".

El pacto de responsabilidad, presentado por Hollande como "el mayor compromiso social en décadas", es el símbolo del giro político dado por el presidente francés a fines del año pasado.

Las medidas de austeridad desataron también críticas al primer ministro por parte del ala izquierda del Partido Socialista. Unos 40 diputados socialistas opuestos a la política de austeridad anunciaron ya que cuentan abstenerse e incluso votar contra ese texto.

"Nosotros asumimos plenamente y colectivamente el hecho de no aceptar esa línea de deriva del ejecutivo, que abraza la tesis patronal de la disminución del costo de trabajo, pagado por los jubilados", declaró el diputado socialista Pouria Amirshahi.Activo en campañaAdemás, el primer ministro se mostró muy activo en la campaña electoral de las elecciones europeas, lo que le desmarcó, de nuevo, de su predecesor en el cargo, aunque no logró evitar la anunciada derrota de los socialistas.De hecho, esos comicios ilustraron uno de los grandes problemas políticos de Valls: el ascenso de la extrema derecha.Si bien el Gobierno se beneficia de una oposición conservadora a la baja, salpicada por los muchos escándalos que afectan a la Unión por un Movimiento Popular (UMP) y al expresidente Nicolas Sarkozy, el Frente Nacional de la ultraderechista Marine Le Pen fue el partido más votado en las europeas con un 25 %, un resultado inédito hasta ahora.En términos de popularidad, la jefatura del Gobierno ha recortado ligeramente la estima de los franceses por Valls, que llegó a rozar el 70% en sus mejores tiempos pero que ahora se sitúa en el 53%, según el último sondeo elaborado por Ifop para "Paris Match".Parece, además, que el presidente se ha beneficiado del impulso de su nuevo primer ministro ya que la popularidad de Hollande empieza a alejarse de los mínimos históricos que conoció y alcanza ya el 25%, según la citada encuesta.Por otra parte, el Senado francés rechazó a última hora del martes, por 187 votos en contra frente a 154 favorables, el proyecto de ley rectificativa de finanzas 2014 con el cual el Gobierno Valls se proponía ahorrar 4.000 millones de euros en los próximos tres años, recortando hasta 1.600 millones del gasto público para cumplir el objetivo de reducir el déficit al 3,8% del PIB, según informa El Mundo.

Mostrar comentarios