ANÁLISIS

El 'troleo' de David Broncano a Pablo Motos y cómo representa el éxito televisivo de 'La Resistencia'

Broncano y su equipo logran la influencia social gracias a la inconsciencia gamberra que otorga trabajar desde una libertad envidiable, en la que, en cierto y gran sentido, es mejor pedir perdón que pedir permiso.

David Broncano en el momento de anunciar su troleo a 'El Hormiguero'
David Broncano en el momento de anunciar su troleo a 'El Hormiguero'
Borja Terán

David Broncano empezó la temporada de 'La Resistencia' con un troleo a Pablo Motos. De repente, soltó, con excitante épica, que estaba dispuesto a doblar el premio del concurso telefónico de 'El Hormiguero', ese en el que se llama a alguien al azar y se le da 3000 euros si se responde "la tarjeta de El hormiguero" a la pregunta "¿sabe usted qué es lo que quiero?".

Broncano prometió que si alguien contestaba "una mierda como un velero" a la cuestión de Motos, él regalaría el doble de dinero a esa persona. Ovación. Aplausos. Risa. Y valentía. Bueno, semi-valentía, pues días después, al ver que el bote de la tarjeta de 'El Hormiguero' iba creciendo, el propio Broncano se echaba para atrás.

Pero el gag ya estaba hecho. Y disfrutado. Es más, había propiciado que se hablara del programa en su noche de retorno. Porque los formatos, cuando estrenan o regresan, intentan tener una primicia, una exclusiva, una entrevista de primera línea que genere conversación y que les ponga en el mapa de la influencia. Sin embargo, un cartel de exclusiva o un grandilocuente invitado no suele fidelizar público más allá de ese día.

Lo más inteligente es, por tanto, que ese factor de reclamo sea consecuencia directa de la personalidad del propio programa. Lo que viene a ser que el show cree los vínculos por sí mismo, con la personalidad de sus personajes y circunstancias, sin necesidad de primicias puntuales. Esta cima la consigue con soltura 'La Resistencia' gracias a una astucia de guion que no tiene miedo a jugar con la corrosión de la buena comedia. Al fin y al cabo, de eso va el programa todo el rato.

Otros jamás se atreverían a promocionar, con un troleo de estas características, un concurso de otro programa que encima es de otro canal. Porque, al final, esta sagacidad invita a ver un show de la cadena rival, incluso potencia la curiosidad por lo que pueda pasar en el show de Motos, ya de por sí imprevisible. Tal vez esta sea una ventaja de trabajar en una plataforma de pago como Movistar Plus. Pero, sobre todo, es la virtud de intentar ser libre lo que más caracteriza a 'La Resistencia'. Y esa libertad es lo que atrae a sus espectadores fieles, que saben que en ese escenario (casi) todo puede pasar y (casi) todo puede decirse sin remilgos ni tabúes ni miedo a las consecuencias.

La influencia real de un programa no está en el invitado de turno, que ayuda, pero la verdadera afinidad con la audiencia se consigue con la capacidad de ser generoso (y no temeroso) para, así, construir vínculos de complicidad osada con el espectador. Broncano y su equipo lo logran con la inconsciencia gamberra que otorga trabajar desde esa libertad envidiable, en la que, en cierto y gran sentido, es mejor pedir perdón que pedir permiso.

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