ANÁLISIS

La Sexta: así amortiza un mismo plató sin que se note demasiado

La tiranía de la pantalla de led. 

La Sexta Noche, nueva escenografía.
La Sexta Noche, nueva escenografía.
Borja Terán

La ausencia de público por las crisis sanitaria ha propiciado un cambio de escenografía de 'La Sexta Noche'. Las gradas donde se sentaba la audiencia han desaparecido para incorporar unos fondos de imágenes urbanas más luminosas que no evidencian la falta de asistentes y, así, dejar atrás los fríos andamios de los que se componía este decorado. 

Aunque la reforma ha ido más allá y ha incorporado dos inmensas pantallas de led, que casi se miran, para dar cobijo al set en el que se producen principalmente las entrevistas de 'La Sexta Noche'. Dos pantallas de led, casi enfrentadas, que tienen truco.

Las pantallas de leds son el gran elemento escénico de la TV actual. Son baratas de alquilar en comparación con lo que suponía construir un gran decorado clásico y, además, permiten dar una infinita versatilidad visual con aquello que emiten. Lo mismo sirven como apoyo informativo que para crear el universo propio que necesita cada formato televisivo para distinguirse y narrar mejor la historia que propone. Incluso estas pantallas ya cuentan con tal resolución que alimentadas con buenas animaciones permiten la ansiada profundidad de campo idílica para una más viva experiencia televisiva. Platós reducidos pueden lograr la percepción de inmensos con las pantallas.

El problema está en que abusar mal de las pantallas puede provocar una televisión demasiado homogénea en donde el espectador sienta que todos los programas parecen lo mismo y, por tanto, a cada uno de estos espacios cueste calar más en la sociedad. Como consecuencia, hay cadenas que cuentan con un gran despliegue e inversión en platós diferentes con sus distintas escenografías y sus distintas pantallas y, sin embargo, el público no los diferencia entre sí. Porque no se incorporan estos leds dentro de un diseño auténtico que, en el fondo del primer plano del presentador y en el plano general, contenga una identidad creativa especial. Es la tiranía de las escenografías intercambiables porque están vacías de mensaje. Y esto está sucediendo en nuestra televisión actual, donde quedan atrás puestas en escena pensadas para engrandecer el relato del programa. De aquel, por ejemplo, imaginativo 'Juego de Niños' de Javier Sardá con muebles gigantes diseñados por Mariscal que transformaban a los grandes invitados en pequeños concursantes al más convencional  'Channel nº 4' en Cuatro en el que se colocó un espejo inclinado detrás de la posición de sus presentadores, Boriz Izaguirre y Ana García Siñeriz, para que el reflejo de los leds de entonces no dieran la sensación prototípica de leds. Lo artesanal engrandece la tecnología, de siempre.

En cambio, la apuesta de las pantallas de 'La Sexta Noche' es completamente desnuda. Son dos pantallas grandes sin más. Y ahí está la otra inteligente táctica del canal: estas pantallas están sirviendo como escenografía versátil para producir diferentes programas de La Sexta en particular y Atresmedia en general. No sólo de 'La Sexta Noche'. Y no se nota demasiado. ¿Por qué? La clave está en romper estas pantallas con ese atrezo clásico que otorgue entidad propia. Ahí, entre estas pantallas, también se realiza 'Más vale tarde' o 'El Objetivo'. 

Plató de 'Más vale tarde'
Plató de 'Más vale tarde'
Borja Terán

En  'Más vale tarde', la separación entre ambas pantallas de led, que además puede servir de pequeño atajo de entrada de invitados, es tapada con una pared iluminada que crea el ambiente de loft, mientras que 'El Objetivo' de Ana Pastor cuenta con su larga mesa de verificación con pantalla táctil que es otro elemento de atrezo con el que crear una iconografía propia en un lado del estudio y, en el otro, el debate o la entrevista envuelta en sus habituales líneas de luz que remiten a este formato periodístico.

Plató de 'El Objetivo'
Plató de 'El Objetivo'
Borja Terán

Así estos tres programas -'La Sexta Noche', 'Más vale tarde' y 'El Objetivo' se realizan en el mismo ambiente pero la disposición del atrezo clásico y la línea visual que se proyecta en las pantallas los diferencia. De hecho, ahí -en este estudio 10 de Atresmedia que se levantó en los noventa para acoger 'Noche, noche' de Emilio Aragón- también se ha grabado el evento especial sobre el final de la serie 'Veneno' para Atresplayer. Las tonalidades de las pantallas, entonces, se transformaron en más teatrales. Y lo mismo sucede con la pantalla del plató de 'Al Rojo Vivo' que es compartida con el nuevo informativo 'La Sexta Clave'. Tampoco se nota que retransmiten desde el mismo lugar. Porque se quita la mesa grande de Ferreras y se introduce otra más elevada que se situa en un lateral, para estar de pie, mientras la pantalla se llena de un grafismo mucho más fosforito con el objetivo de ser más rupturista. Así este formato encuentra una personalidad diferente en una cadena con contenidos muy similares. El más difícil todavía, vamos.  Pero lo consiguen. En tiempos de ajuste, amortizan la utilidad de la inversión en pantallas de sus dos platós principales haciendo creer que son cinco estudios diferentes de televisión.

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