OPINION

ERC envió a Rufián a por el voto obrero del cinturón rojo, pero se lo llevó Arrimadas

Josep Bou
Josep Bou

El cinturón rojo de Barcelona pudo pasar a ser el cinturón republicano pero finalmente se convirtió en el cinturón naranja. Ciudadanos fue la formación más votada el pasado 21-D en la periferia industrial de la ciudad condal, un territorio que históricamente había sido un caladero de votos del PSC y donde se agrupa en masa el voto obrero. Esquerra Republicana de Cataluña intentó hacerse con él y envió a su diputado más carismático a conquistarlo: Gabriel Rufián.

El de Santa Coloma fue el 'cabeza de cartel' elegido por el equipo republicano para intentar acaparar los apoyos en municipios como L’Hospitalet de Llobregat, Cornellá, Santa Coloma de Gramanet o Gavá. Las tres comarcas que aglutinan estas localidades –Barcelonès, Baix Llobregat y Vallès Occidental–, además de Badalona, son las más pobladas de toda Cataluña y allí acudió Rufián en busca de ese voto de trabajadores de clase media y, en su mayoría, de familias emigrantes provenientes de otros puntos de España. ERC pensó que el discurso agresivo de su diputado en Madrid podría calar en estas regiones y provocar un trasvase hacia la formación liderada por Oriol Junqueras.

En ERC consideraron que, efectivamente, Gabriel Rufián era una de sus mejores bazas para arrebatar el voto al PSC por sus continuas referencias a los socialistas. Recordaron que es un diputado especialmente duro con sus rivales en Madrid y que llegó a hablar del "PSOE Iscariote" en la investidura de Mariano Rajoy. Ese día, desde la tribuna del Congreso les llamó traidores, criticó la antigua presencia de Felipe González en el consejo de administración de Gas Natural y les acusó de complicidad con el PP. Creían, en definitiva, que era su mejor baza para acaparar ese voto de socialistas del "no es no" descontentos con Ferraz.

Pero el resultado de los comicios no fue finalmente el que esperaban en el cuartel general de ERC. Así, Ciudadanos se hizo fuerte en este cinturón industrial catalán y consiguió hacerse con la mayoría de los votos en el Barcelonès (con el 26,49%), Baix Llobregat (31,61%), Vallès Occidental (29,18%) y Vallès Oriental (25,72%). Junts per Catalunya, el partido de Puigdemont, ganó también a ERC en el Maresme. Los republicanos no pudieron, finalmente, ganar en ninguna de las grandes comarcas.

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