Los impuestos que tendrás que pagar al comprar un garaje para aparcar el coche

¿A quién no le da rabia tener que perder 20 minutos o más buscando un aparcamiento cuando llega a casa después del trabajo? Buscar dónde estacionar nuestro coche es una tarea que, además de preciosos minutos, también eleva (y tanto) el consumo de combustible y las emisiones contaminantes del vehículo. Por no hablar de que el vehículo estará mucho mejor cuidado si duerme bajo techo que si lo hace en la calle. 

Por eso muchos propietarios acaban sopesando la adquisición de una plaza de garaje propia, aunque las razones no son solo para uso y disfrute particular, sino también como inversión y para alquiler a terceros. Independientemente de cuál sea la razón que nos motive a comprar una plaza de aparcamiento, habrá que tener en cuenta los gastos asociados que habrá que pagar, además del precio del propio lugar de estacionamiento. 

Aparcamientos nuevos o de segunda mano

Lo primero que habrá que tener en cuenta, si la plaza es de nueva construcción, es el correspondiente IVA del 21% que grava este tipo de compras, al igual que sucede en las viviendas nuevas. Este gravamen se reducirá al 10% si se está adquiriendo la plaza de parking junto con una vivienda. También habrá que asumir el pago del Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (IAJD), que suele ser del 1% del valor de la compraventa y que se gestiona de manera autonómica.

Esta última tasa no será necesaria en caso de que la plaza de parking sea de segunda mano, al igual que tampoco se pagará el IVA. En su lugar, habrá que abonar el correspondiente Impuesto de Transmisiones Patrimoniales, que se calcula según un porcentaje del precio de compra y que, igualmente, se gestiona de manera autonómica, existiendo grandes diferencias entre regiones.

Por último, otros gastos asociados que habrá que pagar durante la compra de una plaza de aparcamiento serán los de notaría y gestión de la compraventa (rondan los 400 y 500 euros) y los de inscripción del bien inmueble en el Registro de la Propiedad, con un coste de entre 100 y 200 euros.