Se consolida en medio de la alarma

Almeida, líder en la crisis: "Ni duermo. Salí conmocionado del Palacio de Hielo"

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida
EFE

Una crisis sin precedentes y una alerta sanitaria que no se veía en casi 100 años. Este es el contexto en el que se ha movido José Luis Martínez-Almeida para convertirse en unos de los protagonistas políticos de la gestión del coronavirus. Y al contrario de lo que suele ocurrir con otros representantes públicos, el alcalde de Madrid ha logrado destacar por un papel positivo y constructivo durante uno de los peores momentos de la historia reciente del país. Algo que reconocen desde ámbitos que incluso no le son favorables, como los de la oposición. Aun así, él mismo señala que no puede pararse a ver quién le elogia debido a todo el trabajo que tiene por lo que está ocurriendo. Una situación que define como un "drama" que ya le pasa factura. "Casi no duermo por todo esto. Es muy difícil desconectar", asegura en conversación con La Información. 

Almeida no ha parado desde el día 9 de marzo, como le ha ocurrido casi a la totalidad de los políticos que están al frente de combatir el virus. Esa misma semana se alteró su rutina, ya que el Ayuntamiento de Madrid mandó a teletrabajar a toda su plantilla antes de que se declarara el Estado de Alarma. Desde entonces, pasa muchas mañanas en su despacho de la Plaza de Cibeles, y sigue trabajando por las tardes desde su domicilio. "Me levanto a las 7:30, y sobre las 8:30 estoy en Cibeles. La mañana sí la suelo dedicar a hacer visitas imprescindibles o a los actos en los que recibimos donaciones. Después, intento comer siempre en casa. Me paso la tarde de llamadas y videoconferencias con autoridades o con mi equipo, atendiendo a medios... ", señala el alcalde.

Estas jornadas maratonianas le están provocando, como a todos los que tienen un papel importante en plena cuarentena, que no pueda descansar como es debido. "Duermo poco y no muy allá. El volumen de decisiones, de acciones que llevas a cabo y la intensidad de las mismas complican todo", lamenta el alcalde. Un trabajo que, como revelan fuentes de su entorno, implica que reciba más de 1.000 mensajes de WhatsApp al día y un estrés evidente

El único que no recibe malas críticas

La lista de parabienes recibidos por el alcalde es extensa. El último en sumarse ha sido el expresidente del Gobierno Felipe González, que ha contrapuesto su papel a la "inexperiencia" del Ejecutivo central de coalición que forman PSOE y Unidas Podemos. Pero Almeida asegura que se centra en sus funciones. Incluso cuando hablan bien de él quienes no comparten sus ideas y aquellos que dejan claro que no le votarían. "No puedo mirar a cualquier cosa que me desvíe de atender las necesidades de la ciudad", dice Almeida, que sí admite que ha recibido "muchas muestras de cariño", como las que le dedican cuando va al supermercado. "Voy los sábados a hacer la compra, y siempre se me acercan muchas personas para charlar y dedicarme buenas palabras. Soy humano, y es obvio que me sienta bien. Pero me enfoco en lo importante", cuenta el primer edil madrileño. 

Entre las palabras que se le dedican en entornos como las redes sociales, destacan que es el único político que se está comportando "como una persona con empatía". Algo que no comparte, ya que defiende que quienes lideran las instituciones "pretendemos con mayor o menor acierto que esta pesadilla sanitaria se acabe. Todos pueden percibir que estamos en ello", incide Almeida. Lo que le sirve para defender la labor de la presidenta de la Comunidad de Madrid, su compañera Isabel Díaz Ayuso, con la que está "mano a mano" y que "que trabaja todas las horas del día a pesar de haber dado positivo". Tras ella y su equipo, con quienes más ha tratado son el delegado del Gobierno en Madrid, José Manuel Franco, y la ministra de Defensa, Margarita Robles. "Se han mostrado atentos a todas nuestras necesidades", dice sobre ellos. Una lista de contactos en la que también destaca al ministro de Sanidad, Salvador Illa.

Los tres momentos clave

Hay tres días que le han marcado en el último mes. El primero fue tras la reunión que mantuvo con el consejero de Sanidad madrileño, Enrique Ruiz Escudero, que le advirtió de que se enfrentaban a una grave amenaza. Según cuenta, "me explicaron cómo veían la situación. Salí alarmado y siendo consciente de que iba a ser grave. Y, hasta ahora, se ha cumplido casi todo lo que me contaron". Poco después, llegó la jornada en la que más se enfadó. Fue cuando ordenó el cierre de los parques y jardines por las aglomeraciones que había. Incluso cuando el Gobierno central instó a la ciudadanía a no salir de casa. Cuestión sobre la que hace autocrítica. "Es cierto que me enfadé, pero creo que nos equivocamos. Solo vallamos los parques infantiles, y no supimos explicar bien la gravedad de lo que ocurría. Esas imágenes, y las de La Pedriza, con un montón de coches... Tenía claro que esto no podía ser así. Pero quizá fue porque no transmitimos bien lo que nos jugábamos", apunta. 

Su día más difícil fue cuando esta semana visitó la morgue provisional instalada en el Palacio de Hielo de Madrid, que fue el espacio que se habilitó debido al colapso en las funerarias y los depósitos municipales. "Salí conmocionado. Me afectó mucho", admite Almeida. Una sensación que comparte su entorno cercano, que le vio "muy impresionado, porque aquello es durísimo". Un momento que, como revelan las fuentes cercanas al alcalde, se completó con una escena que sirvió para compensar ese dolor. "Se asomó un hombre a un balcón y le dijo que "nosotros somos contingentes, pero tú eres necesario". Y eso le llegó mucho". 

Ciudadanos, la oposición...

Esto también ha servido para reforzar su relación con Ciudadanos y con su vicealcaldesa, Begoña Villacís. "La relación es inmejorable, tanto en el ayuntamiento como en lo personal", dicen las fuentes consultadas por este diario, que admiten que esto es un contraste a lo que ocurre en la Comunidad de Madrid con Ayuso y su vicepresidente, Ignacio Aguado. "Es alguien que hace equipo. Ha gestionado bien, y siempre está al quite de las necesidades de cada área", dice un miembro del equipo de gobierno de los naranjas. Lo que se extiende a la oposición, ya que el propio alcalde celebra a preguntas de este diario el "papel constructivo" que le muestran públicamente y en las reuniones que celebran cada pocos días.

Esos partidos que no comparten su gestión comparten que esta crisis refuerza su figura. "Es consciente de que no tiene competencias importantes. Y ha contrastado mucho su forma de enfocar comunicativamente la crisis frente a Ayuso o la derecha a nivel nacional", destaca un concejal de la oposición consultado, que dice de él que "es muy de derechas, pero inteligente, y entienda la política y le gusta". Aunque matizan que dudan de que él hubiera tenido estos gestos con su predecesora, Manuela Carmena. "Seguro que no", sentencian, 

La percepción que se tenía de Almeida ha cambiado radicalmente con respecto a lo que él mismo dejaba ver antes de que estallara la pandemia. Hasta entonces, se le conocía más por los choques que había protagonizado con el resto de partidos o por su feroz oposición a Carmena. Una estrategia por la que recibió numerosas críticas, ya que el tono que usaba solía ser muy severo. "Siempre ha sido muy de enzarzarse, por ese punto algo chulesco que tiene", señalan fuentes de su entorno. Una actitud que creen que va a dejar atrás con lo que ha vivido en este mes. "Esto le va a cambiar. Va a evolucionar a otro Almeida, con menos estridencias. Será mucho mejor", apuntan estas fuentes. 

Le preocupan los niños y la economía

En cuanto al futuro, el alcalde de Madrid tiene claro que no va a ser fácil recuperar la vida que teníamos antes del confinamiento. "Es poco realista decir que vamos a volver a nuestra vida normal de antes. Esto va a generar cambios importantes en la sociedad y en nuestra manera de comportarnos", incide Almeida. Lo que sí espera es volver a una "normalidad relativa" desde el 26 de abril, cuando vence la prórroga del Estado de Alarma. "El sacrificio que se ha pedido, sobre todo a los niños, es muy duro. Si los datos siguen mejorando, espero que ellos puedan salir de alguna manera. Pero sin bajar la guardia", añade. 

Ese 26 de abril también le resulta clave en otro ámbito importante como el de la economía. "No podemos esperar mucho más", advierte el primer edil, que cree que, si la situación lo permite, "tiene que ser conciliable salvar vidas con afrontar las consecuencias económicas". Para ello, pide que se hagan "tests de forma masiva a la población", que son los que garantizarán "que podamos volver a poner en marcha de forma segura la actividad". Así, y como explica, "si sabemos que alguien no está infectado y puede volver a su puesto, todo será más fácil". Lo que, como afirma, es compatible "con que no bajemos la guardia". Que es lo que el país "no se puede permitir", resalta Almeida. 

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