Decesos por cada 100.000 habitantes

El coste de la segunda ola: Aragón, CyL y Asturias sufren la mayor mortalidad

En todo el país, solo tres Comunidades Autónomas han soportado en el segundo envite de la Covid un índice de letalidad mayor del que dejó el virus la pasada primavera.

Vista del panel de monitorización de la UCI del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona este miércoles
Vista del panel de monitorización de la UCI del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona este miércoles
EFE

El país empieza a ver la luz al final de la segunda ola. Las cifras nacionales dan cuenta de que las medidas han logrado doblegar (otra vez) el pico de contagios. En pleno verano sonaron los primeros truenos. La curva de casos empezó a despuntar en buena parte del territorio nacional. A diferencia de la primavera, el impacto fue escalonado. También el coste en víctimas mortales ha sido asimétrico. El último balance del Ministerio de Sanidad elevó a 44.668 las víctimas mortales que ha dejado en el país la crisis sanitaria. De todo el territorio nacional, Aragón, Castilla y León y Asturias son las regiones que han pagado un precio más alto en vidas -en proporción a su población total-, de toda la segunda ola.

Las tres CCAA se llevan la peor parte del impacto, en materia de muertes por total de población, que ha costado a cada territorio frenar la última ola del virus. Del 21 de junio al 27 de noviembre, la tasa de mortandad por cada 100.000 habitantes fue de 32,17 para la región asturiana, en tercera posición. Con cierto margen, en el segundo lugar, se sitúa el territorio castellanoleonés, donde el indicador se situó en 53,74. Más del doble marca el balance de la comunidad aragonesa, que ocupa la primera posición, con 131,61 fallecidos por cada 100.000 censados

El caso de Aragón preocupa especialmente. La región acumula 2.279 fallecidos con diagnóstico Covid. Al cierre del primer envite del virus, la cifra era de 913. Solo en la última semana, 122 personas murieron en la comunidad a causa de la infección. La tasa de letalidad de la segunda ola aragonesa asciende a 131,61. Por encima de la marca de 126,30 que registró Madrid en primavera. Entonces, este indicador dejaba a los aragoneses en el séptimo puesto del trágico listado. Sus cifras han empeorado relativamente rápido. A finales de octubre, la región aún estaba en segundo lugar, con una tasa de 53,54 decesos por cada 100.000 habitantes.

Entre la primera y la segunda ola, solo otras dos regiones -aparte de Aragón- han empeorado sus índice de letalidad. Se trata de Ceuta y Murcia. Que han pasado de  a 29,02 y 11,56, respectivamente. La escena también ha cambiado ha nivel nacional. En lo que respecta al  total de defunciones vinculadas a la Covid-19, España es ya el noveno país del mundo y el cuarto de Europa, por detrás de Reino Unido, Italia y Francia. Pese a mantenerse en el 'top ten' -al menos según los datos del pasado viernes-, el país ha mejorado su posición internacional. Si se toma como referencia el pasado abril, cuando España llegó a situarse como el país con más fallecidos por cada millón de ciudadanos de todo el mundo, la segunda ola deja en mejor lugar al estado mediterráneo. 

Las ondulaciones de la mortalidad

Como la primera ola, el impacto del reciente 'tsunami' ha sido asimétrico en todo el territorio nacional. Las diferencias entre CCAA son ahora más evidentes. Las dos 'Castillas' y Madrid registraron, del primero de abril al 20 de junio, la mayor tasa de fallecidos por cada 100.000 habitantes de todo el territorio. La segunda ola ha convertido este listado en una carrera de fondo, en la que los puestos han ido cambiando con mayor frecuencia. Así, hace un mes, Navarra, Aragón y Castilla y León encabezaban la 'lista negra'. Ahora, la primera ha descendido a la sexta posición, mientras que Asturias ha saltado del décimo puesto al tercero, en solo cuatro semanas. 

El territorio asturiano es uno de los que ha sufrido mayores ondulaciones en sus índices de mortalidad. Frente a los 32,56 fallecidos por cada 100.000 habitantes de la primera ola, a finales de octubre el Principado se situó en 8,41. El 27 de noviembre, su termómetro marcó 32,17.  En el lado opuesto se hallan Madrid y Cataluña, epicentros del virus en la primera ola -y en una segunda que, en su caso, llegó con bastante adelanto-. El territorio madrileño pasó de ocupar el segundo lugar en junio (126,30) al cuarto (29,02) en octubre. Ahora se encuentra en el séptimo (17,76), mucho más cerca de los 11,57 decesos que marca la media española. La Ciudad Condal se encuentra por debajo de esa barrera, con una tasa de 10,22 víctimas mortales a 27 de noviembre. En junio, la región catalana rozaba los 74.

Las subidas y bajas en la cifra de defunciones son el eco que suena detrás del vaivén de la curva de contagios. Pese al endurecimiento de las medidas tras el verano, apenas cinco provincias han logrado rebajar su incidencia (casos por cada 100.000 habitantes en 14 días) por debajo del umbral de los 250 positivos que Sanidad definió como límite para hablar de "riesgo extremo". A Coruña, Baleares, Guadalajara, Madrid y Ourense, que se suman a Las Palmas y Tenerife. El resto superan el umbral crítico. El pasado martes, España reportó la peor cifra de decesos diarios de toda la segunda ola. Con 567 muertes en 24 horas y 1.232 fallecimientos en los siete días previos. La segunda ola aún no ha cerrado su factura.

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