Camino al 'net zero'

El activismo ESG mete presión a la UE para reactivar la futura taxonomía social

Los grupos quieren que Bruselas vuelva a incorporar un pilar social a las reglas ESG, tras haber archivado el proyecto el año pasado por las tensiones políticas que generó la idea. 

Taxonomía social
El activismo ESG mete presión a la UE para reactivar la futura taxonomía social
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Más presión para la Unión Europea y su cambio de economía para la descarbonización. A pesar de ser una comunidad política que en los últimos años ha impulsado la transición energética y ha impuesto diferentes normativas a los países miembros para llegar al net zero, las insistencias por parte de grupos activistas continúan. Ahora han vuelto a hacer un llamamiento para que Bruselas reactive el plan para la creación de un reglamento de inversión social, y así agregar nuevas reglas ESG a Europa tras haber archivado el proyecto el año pasado producto de la tensión política que generó el anuncio.

De acuerdo con Bloomberg, un grupo de 13 organizaciones de activismo ESG, entre ellas ShareAction y Finance Watch, envió una carta a la Comisión Europea para pedir que publique un informe para fijar los siguientes pasos que sean necesarios para poder agregar estos nuevos criterios y componentes a la taxonomía de la UE. Actualmente la taxonomía sólo cubre los puntos relacionados al clima y medioambiente, por lo que ahora quieren marcar el paso para fomentar un cambio social sostenible.

La taxonomía social, es un conjunto de criterios y parámetros que sirven para clasificar las inversiones, con el fin de que sigan una línea transparente, y en este caso específico, para que las actividades y las empresas puedan contribuir de forma sustancial a lograr los objetivos tanto de cero emisiones como los dirigidos a líneas sociales. Este reglamento permitiría identificar empresas y productos socialmente sostenibles y serviría de guía para los flujos de capital hacia esas actividades.

Sin embargo, este proyecto no fue viable por lo que se pospuso y se archivó a mediados de 2022 de forma indefinida. Las razones principalmente fueron porque se generó un descontento general a nivel político: no consiguieron llegar a un acuerdo político sobre qué incluir dentro del documento porque muchos pensaban que esta taxonomía social iba a poner limitaciones a las normativas implementadas por los gobiernos de la Unión Europea. Por lo tanto, sin nuevo aviso para su tramitación este reglamento de inversión social pasó a un segundo plano. 

De hecho, las preocupaciones también fueron identificadas en un informe realizado por la Comisión Europea. El Grupo Técnico de Expertos de Finanzas Sostenibles de la CE comenzó a realizar un documento sobre taxonomía social que finalmente se publicó en 2022. En este escribieron sobre los beneficios de crear un plan como este y entre ellos destacaron que serviría para impulsar la inversión sostenible en Europa (además de la otra taxonomía y todas las directivas para el camino ‘verde’); que se enfocaría en la protección de los derechos humanos, y también en el impacto social de hacia los principales grupos de interés de las empresas: trabajadores, clientes y comunidades).

"Instamos a (la CE) a que no pierda de vista el trabajo para ampliar el actual marco de taxonomía de la UE para incluir una dimensión social y de derechos humanos”

Pero por otro lado, el documento sentenciaba que la idea de extender la taxonomía para cubrir objetivos sociales generó preocupaciones y advertencias dentro de diferentes sectores políticos y sociales. Específicamente dicen que “puede que no sea posible definir las actividades como socialmente sostenibles o socialmente perjudiciales” porque dependerá del contexto. Y en segundo lugar se añade que muchos de los objetivos de una taxonomía social, “irían más allá de los poderes de la UE”. Este sería el caso de negociaciones colectivas, salarios, entre otros, donde la definición particular de estos movimientos podrían ser inapropiados. 

A pesar de estas críticas, los agentes climáticos siguen pensando que definir este tipo de actividades sería de gran ayuda para seguir completando la transición energética que se ha impuesto. En la carta que enviaron los grupos ecologistas comentaron que "ya es hora de que la Comisión publique su propio informe, describiendo las disposiciones que serían necesarias para cubrir otros objetivos de sostenibilidad como los sociales". Los representantes de los activistas, Mairead McGuinness y Nicolas Schmit, añadieron que instan a la CE a que "no pierda de vista el trabajo para ampliar el actual marzo de taxonomía de la UE para incluir una dimensión social y de derechos humanos".

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