Sólo remuneran un 0,08%

La cuenta corriente se queda fuera de la guerra por el pasivo de la banca española

Según los datos del Banco de España, estos productos no han visto incrementada su rentabilidad, que sigue anclada en el 0% a pesar del alza del precio del dinero y de posibles ofertas puntuales que se promocionen.

Christine Lagarde, presidenta del BCE
La cuenta corriente se queda fuera de la guerra por el pasivo de la banca española
Europa Press

El Banco Central Europeo (BCE) comenzó a aplicar una política restrictiva en julio de 2022, que ha llevado al precio del dinero a situarse en el 3,5% en marzo. Sin embargo, estos movimientos han dejado un sabor agridulce en los ahorradores, ya que el traslado de esas subidas a la remuneración del ahorro ha sido a cuenta gotas y no ha llegado por igual a todos los productos conservadores. Así, en depósitos comienzan a despertar, mientras que las ofertas pioneras se dieron en cuentas remuneradas de la mano de la banca digital y neobancos. En cambio, las cuentas a la vista, que concentran la mayor parte del ahorro, siguen ancladas en el 0%.

Estas cuentas corrientes acabaron febrero con una rentabilidad media del 0,08%, apenas se han movido del 0,02% con el que arrancaron 2022, antes de que el organismo que preside Christine Lagarde comenzara a subir los tipos de interés. Precisamente es en este tipo de productos donde los españoles concentran la mayor parte del ahorro.

De acuerdo con los datos del Banco de España, los clientes bancarios tenían depositados 922.922 millones de euros en estos productos en febrero, es decir, que de algo más de 986.000 millones de euro que tienen entre cuentas y depósitos la mayor parte están bajo una rentabilidad del 0%.  El saldo en depósitos a plazo, que sí están sometidos a una rentabilidad, aumentó en febrero en algo más de 500 millones hasta superar los 65.000 millones de euros.

Fuentes del sector explican el resultado de esta foto final a pesar de que la banca comercializa ofertas muy atractivas en el terreno de las cuentas remuneradas. Para empezar porque, "aunque hay ofertas muy "jugosas", también es muy amplia la oferta de cuentas que no remuneran nada, lo que hace que la media del mercado baje". Por otro lado, hay cuentas remuneradas que, en realidad, se componen de una cuenta a la vista y un plazo fijo, como ocurre con la Cuenta Inteligente de EVO Banco. Por tanto, a efectos estadísticos, lo que el supervisor  contabiliza como depósitos a la vista es una cuenta sin remuneración (0% TIN). 

La rentabilidad nunca había estado tan deprimida

Si remontamos la vista atrás, la rentabilidad no había superado el 1%, pero nunca había estado tan deprimida como la actual, ya que se situó en torno al 0% cuando el BCE colocó el precio del dinero en este mismo nivel y el euríbor entró en negativo (2016). Así, en cuanto a la remuneración máxima en los años previos al estallido de la crisis financiera se situaba alrededor del 0,7%.

Es decir, era habitual que estos productos, incluidos los que comercializaban los grandes entidades, tuvieran algo de rentabilidad. Ahora, y después del proceso de concentración que se ha llevado a cabo, las entidades financieras se han volcado en la captación de nóminas, con regalo de dinero en efectivo, que van desde los 350 euros que oferta Banco Santander hasta los 150 euros de BBVA.

Por otro lado, las entidades digitales y neobancos sí que han llevado una labor más activa a la hora de ofrecer a sus clientes cuentas remuneradas en busca de incrementar pasivo, pero, sobre todo, clientes. Es el caso de MyInvestor, que ofrece una rentabilidad del 2% a un año y para saldos de 30.000 euros. También destaca Orange Bank o Renault Bank. Dentro de la banca más conocidas, las ofertas provienen desde el mundo digital. Es el caso de Banco Sabadell, que ofrece la misma rentabilidad y para saldos del mismo importe. Openbank, que cuenta con una Cuenta de Ahorro Bienvenida para nuevos clientes o ING, que ha vuelto a remunerar su Cuenta Naranja. 

A pesar de que estas ofertas han tenido una evolución muy positiva, no han logrado movilizar el ahorro que tienen los clientes en el resto de entidades, mientras que los grandes grupos bancarios apuestan por ofrecer fondos de inversión a aquellos clientes que muestran especial interés por obtener la mayor rentabilidad a su dinero.

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