Una medida cosmética

El decreto de Ribera solo fomentará las comunidades energéticas más pequeñas

Los expertos valoran positivamente que se levanten restricciones para la generación fotovoltaica, aunque el problema de acceso a la red deja fuera de estas ventajas a las comunidades de usuarios industriales. 

Energía solar autoconsumo
El decreto de Ribera solo fomentará las comunidades energéticas más pequeñas. 
Pexel

El pasado jueves el Congreso acogió la votación del real decreto de medidas de ahorro, eficiencia energética y reducción de la dependencia energética del gas natural, en el que el Ejecutivo ha trazado su plan para hacer frente a la crisis energética, hasta nuevo aviso. Finalmente, consiguió el respaldo de los grupos parlamentarios, pero no sin antes hacer algunas concesiones para introducir cambios en el texto, que finalmente será tramitado como proyecto de ley. Una de ellas hace referencia precisamente a las comunidades energéticas, como transmitió el diputado socialista César Ramos, quien afirmó que se abriría el abastecimiento de las comunidades energéticas por parte de plantas ubicadas a más de 500 metros. Una medida, que para los expertos resulta cosmética, mientras no se ponga solución a la capacidad de los puntos de acceso a la red eléctrica.

La eliminación de esta restricción puede contribuir al desarrollo de las comunidades energéticas de tipo doméstico, entiende el CEO de Fundeen, Nacho Bautista. “Superar los 500 metros puede ayudar a las comunidades más pequeñas que no lleguen a los 100KW, pero para comunidades más grandes como pueden ser autoconsumos industriales, no tanto”, explica. Hasta ahora, entre los requisitos para ser considerado autoconsumo, estaba fijado que no debía haber más de 500 metros desde el lugar donde estuviesen instalados los paneles fotovoltaicos hasta el punto de consumo. “Si en una comunidad los paneles energéticos son comunes o son de una persona, pero hay varias viviendas conectadas, sí que van a tener la posibilidad de expandirse, pero las ventajas se limitan a estos casos concretos”.

La barrera de los 100KW se explica por la necesidad de solicitar un punto de acceso a la red al alcanzar esta potencia instalada, lo que supone un obstáculo para el desarrollo de nuevos proyectos, dado que el sector lleva meses denunciando que la potencia de la red está copada. Para Bautista, este es un impedimento crucial en el desarrollo de comunidades energéticas de mayor potencia, las que entiende como más interesantes tanto para muchas pymes como para el conjunto del tejido social, ya que permitiría que varios perfiles de consumidores, domésticos e industriales pudiesen abastecerse de una misma planta y optimizar los recursos. Por ello, desde Fundeen estiman que es fundamental que el Ejecutivo elabore otras propuestas que impulsen el desarrollo de estas comunidades, como sería elevar el límite de los 100KW hasta los que se puede acceder a la tramitación simplificada sin necesidad de contar con un punto de evacuación. 

El director de ANPIER, Rafael Barrera, también destaca que es una medida enfocada a los autoconsumos que al ampliar la distancia permitida favorece el autoconsumo colectivo y de manera especial, debido a sus características, a las comunidades energéticas. Desde la asociación estiman que esta medida podría fomentar en mayor medida la construcción de comunidades energéticas en entornos rurales donde las viviendas estén más dispersas que en el modelo urbano tradicional. Aunque comparten el problema señalado por Fundeen. “El problema de acceso está siempre de fondo”, afirma Barrera, por proyectos que se ejecutarán y por otros muchos que finalmente no se pondrán en marcha, lo que también puede liberar evacuación en el medio plazo.

No obstante, desde la asociación celebran que se reduzcan las restricciones, ya que favorecen la penetración de la producción fotovoltaica en cualquiera de sus modalidades. Además, valoran que la ampliación sensata de esta distancia no colisiona con la necesidad de conciliar la generación centralizada con la distribuida que aporta el autoconsumo, en un escenario en el que tanto las instituciones como los inversores privados están buscando la electrificación a través de la generación de energías renovables a la mayor brevedad posible. “El autoconsumo y las comunidades son un excelente complemento al sistema que tenemos, por lo que ha de armonizarse el suministro que nos llega desde la red con las iniciativas de autoconsumo, ya sea residencial, industrial o de comunidades energéticas” apunta Barrera. 

El informe ‘El papel del consumidor y la gestión de la demanda en la transición energética’, publicado a comienzos de 2022 por la Fundación Naturgy, evidenció que España aún tiene un largo camino por recorrer en la generación y consumo colectivo de energía fotovoltaica. Puesto que, mientras Alemania lidera la carrera europea con 1.750 comunidades energéticas a lo largo y ancho de su territorio, España contaba con apenas 33, una cifra notablemente inferior también a la de Dinamarca (700) y Países Bajos (500) que no cuentan con la ventaja competitiva de horas de luz de la que goza España.

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