La 'operación retorno' no termina de arrancar

La distensión en Cataluña no convence a la empresa: "Ni una se plantea volver"

Escepticismo respecto la posibilidad de que los indultos a los presos del 'procés' sirvan para normalizar la situación política catalana. Pesa más la inquietud por la deriva contra la empresa de Ada Colau.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Cercle de Economia.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Cercle de Economia.
EFE

"Ese tema está estancado y lo va a seguir estando mucho tiempo. No hay una sola gran empresa catalana de las que se ha ido que se esté planteando volver". Entre la amargura y la resignación, fuentes próximas a la gran patronal catalana, Fomento del Trabajo, resumen así el estado de la cuestión respecto a la que se bautizó en su día como la gran 'operación retorno' de las empresas catalanas huidas por el 1-O, que cerca de tres años después de la activación de esa estrategia continúan fuera de Cataluña, alejadas de su espacio natural ya no sólo por la endémica inestabilidad política general en la comunidad autónoma sino ahora también por la enemiga del gobierno municipal de Barcelona, en guerra abierta con la organización que preside Josep Sánchez-Llibre.

Los esfuerzos realizados desde Fomento por conseguir el regreso siquiera de una sola de las grandes empresas de raíz catalana que salieron en estampida de Cataluña en medio de la inestabilidad política y económica generada por el referéndum ilegal del 1-O se han topado hasta la fecha con unas circunstancias imposibles de asumir para un eventual retorno. Quizá por ello, la decisión del Gobierno de Pedro Sánchez de apostar por conceder el indulto a los 'presos del procés' y el relato de la estrategia de la distensión con Cataluña que ha acompañado el proceso de toma de esta decisión, jalonada por anuncios de la reapertura de la mesa de diálogo con la Generalitat y de una nueva relación entre Sánchez y Pere Aragonés, han generado expectativas y han creado un clima propicio para declaraciones como las realizadas por el presidente de CEOE, Antonio Garamendi, dando la bienvenida a la medida si ésta consigue llevara la situación de Cataluña a una cierta normalidad. 

Desde la gran patronal catalana todos estos movimientos se observan con escepticismo. "Garamendi se ha equivocado y ha puesto en una situación muy difícil a Foment", subraya una fuente no oficial de la patronal. En público, el presidente Josep Sánchez-Llibre, a su vez vicepresidente de CEOE, ha respaldado las controvertidas declaraciones de Garamendi, pero de puertas para adentro se considera que le ha forzado a pronunciarse sobre un asunto delicado y que genera muchas susceptibilidades entre los grandes empresarios catalanes.

El propio Sánchez-Llibre ya dejó ver algo de ese escepticismo en su intervención en el Cercle de Economia, convertido a lo largo de la semana pasada en una suerte de cónclave para la reconciliación a horcajadas de los inminentes indultos a los responsables del 1-O, al asegurar que toda esa 'estrategia de la distensión' entre el Gobierno Central y la Generalitat suponía un paso que abría más la puerta para el retorno de las empresas a Cataluña, pero que en cualquier caso es todavía insuficiente.

Fuentes de la empresa catalana advierten a este respecto que cuando se habla de empresas que facturan miles de millones de euros, cuando no decenas de miles de millones de euros, una decisión tan relevante como la de mover su sede social no se adopta "por un golpe de efecto político" o "para contribuir a un proceso de normalización política" sino "cuando se dan las condiciones y se crea el entorno necesario para desarrollar su actividad en una situación de normalidad real", que al parecer todavía no perciben. 

El otro 'efecto Colau'

Fomento del Trabajo y su presidente no se esfuerzan en ocultar que en ese reto de hacer que las empresas 'huidas' retornen a Cataluña no ayuda en absoluto el clima creado por el gobierno municipal de Barcelona, bajo la dirección de la alcaldesa Ada Colau. La pandemia y las duras restricciones a la hostelería y la restauración impuestas desde el Ayuntamiento de Barcelona han terminado de agriar la relación entre la edil barcelonesa y Fomento del Trabajo, que incluso ha llegado a plantear la posibilidad de una movilización de empresarios contra la alcaldesa para evitar, según las palabras de su presidente, que acabe llevando a las empresas a la ruina.

La última invectiva de Sánchez Llibre contra Colau tuvo lugar también la reunión del Cercle y se lanzó en presencia de Joan Collboni, primer teniente de alcalde de la ciudad, al que el presidente de Fomento eximió de toda  responsabilidad sobre lo que calificó como la construcción de la imagen de una "Barcelona antipática" que instó a cambiar de inmediato para devolver a Barcelona al lugar que se merece. El tejido empresarial barcelonés afea a Colau su oposición frontal a proyectos que se consideran esenciales para la ciudad como la ampliación del Aeropuerto Josep Tarradellas-El Prat, la candidatura Barcelona-Pirineos para los Juegos Olímpicos de invierno de 2030 o el proyecto para localizar una sede del Museo Hermitage en el Puerto de Barcelona.

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