El primer ministro italiano, Mario Draghi, asegura que "la situación económica europea e italiana vive una fuerte mejora", si bien apuesta por mantener la cautela ante riesgos como las nuevas variantes del coronavirus, el repunte de la inflación o el incremento de la deuda. "Según las previsiones de la Comisión Europea en 2021 y 2022 Italia crecerá un 4,2 % y un 4,4 % respectivamente y muchos índices dicen que la recuperación será aún más sostenida", ha apuntado en la Cámara de Diputados antes de asistir al Consejo Europeo de mañana.
El expresidente del Banco Central Europeo (BCE) se ha referido al avance de indicadores como el de la confianza de empresas y consumidores, las exportaciones o la producción industrial: "En resumidas cuentas, la confianza está regresando", ha puesto en valor.
No obstante, pese a "este cuadro económico positivo", Draghi ha llamado a "mantener bajo control la difusión de nuevas y peligrosas variantes" del virus que, según ha advertido, "pueden ralentizar" las reaperturas y frenar las inversiones.
La subida de los precios como un fenómeno temporal
El segundo riesgo, a su parecer, es la inflación, que en la zona del euro ha alcanzado el 2% en mayo (su nivel más elevado desde 2018) tras el 1,6% que había registrado en abril, si bien subraya que hay un "amplio consenso" en que este fenómeno sea "temporal" y que esté íntimamente ligado a la recuperación de la demanda.
Otro riesgo en la recuperación tiene que ver con la deuda que, según ha incidido, en la Unión Europea aumentó en 16,7 puntos porcentuales debido al uso de los gobiernos del continente de recursos garantizados por el Estado. Por ello, ve "esencial" una política económica expansiva en Europa "para preservar ritmos de crecimiento sostenidos" que reduzcan la deuda, mientras que los gobiernos deben "tranquilizar" a los mercados con políticas económicas "prudentes".
Por otro lado, Draghi acudirá al Consejo Europeo para tratar uno de los temas más importantes para Italia, el de la inmigración, y para reclamar que los Veintisiete colaboren en el reparto de solicitantes de asilo y en la repatriación de inmigrantes.
En cuanto a las relaciones internacionales, el primer ministro italiano apuesta por colaborar con la Turquía de Recep Tayyip Erdogan, al que recientemente tachó de dictador, pero advertirá a sus socios europeos de su preocupación "por los derechos fundamentales" en ese país, sobre todo de las mujeres.
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