Choque entre Alemania y Francia

El Ecofin no logra un pacto sobre las reglas fiscales y seguirá negociando in extremis

París y Berlín siguen sin ponerse de acuerdo sobre el modo de reducir el déficit y la intensidad que se exigirá a aquellos Estados miembro con un desfase entre sus gastos y sus ingresos que exceda del 3% del PIB.

Nadia Calviño, vicepresidenta primera y ministra de Economía, Comercio y Empresa
Nadia Calviño, vicepresidenta primera y ministra de Economía, Comercio y Empresa
Agencia EFE

La reunión extraordinaria que los ministros de Economía y Finanzas (Ecofin) celebraron anoche en Bruselas para tratar de sellar un pacto sobre las reglas fiscales concluyó de madrugada en Bruselas sin un acuerdo. La distancia en los posicionamientos de países como Alemania y Francia ha impedido consensuar un texto definitivo en torno a la reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, a las puertas de que la Comisión Europea desactive, el próximo 1 de enero, la cláusula de salvaguarda que ha permitido a los Estados miembro endeudarse para poder hacer frente al ingente gasto derivado de la pandemia de Covid, la crisis energética, el choque inflacionario y la guerra en Ucrania. 

Llegar a un territorio común ha sido imposible para los Veintisiete, pese a los intentos de la delegación española, con la vicepresidenta Nadia Calviño al frente, que a lo largo de la jornada fue modificando el texto de compromiso planteado en un primer momento para tratar de acercar las posturas de las dos grandes capitales, Berlín y París. "La Presidencia española ha trabajado intensamente, teniendo muy en cuenta a todos los Estados miembros, para acercar posiciones, y ha puesto sobre la mesa un nuevo texto transaccional", apuntan fuentes consultadas por este diario.

"Hoy hemos avanzado mucho. Se trata de una negociación difícil, y lo estamos consiguiendo", añaden, no sin reconocer que en la mesa hay voluntad de cerrar un acuerdo, pero que, al mismo tiempo "aún queda trabajo por hacer". Las mismas fuentes explican que necesitan una evaluación jurídica y consultas sobre la propuesta que no han podido concluir esta noche. "Hemos llegado tan lejos como hemos podido. Seguiremos trabajando en los próximos días", señalan.

El problema está en el escaso margen de tiempo que deja este revés para sacar adelante la reforma no sólo en el marco de la presidencia española del Consejo, sino antes incluso del parón legislativo que traerá consigo la convocatoria de las elecciones al Parlamento Europeo de junio. Los Veintisiete retoman este viernes los contactos y no habría que descartar una nueva reunión extraordinaria del Ecofin antes del próximo 31 de diciembre. 

No se descarta una nueva reunión del Ecofin antes de final de año 

Sin un pacto de aquí a final de año será difícil que la reforma pueda entrar en vigor desde 2025, como se pretendía, y los países tendrán que ajustarse de nuevo a un corsé obsoleto -el de los límites del 30% de déficit y el 60% de deuda- que puede comprometer la recuperación. Más aún cuando las economías empiezan a recibir el mayor impacto del alza de los tipos de interés acelerada que el Banco Central Europeo (BCE) ha venido aplicando para controlar la inflación. 

Este mismo viernes la propia Calviño ha asegurado que espera un acuerdo en "próximos días", tras descartar que este pueda producirse en el transcurso del día y que, "si es necesario", convocará un nuevo Ecofin tras la cumbre de jefes de Estado prevista para el 14 y 15 de diciembre. "Las discusiones muestran que hay un acuerdo de principios sobre dónde queremos que esté la zona de aterrizaje, pero no hemos finalizado todos los elementos porque algunos países necesitan llevar a cabo consultas políticas a nivel nacional y se necesita más trabajo técnico para concretar los detalles", ha explicado en declaraciones a los medios.

El desencuentro sobre el ritmo y el modo de reducir el déficit

El principal escollo sigue estando en el indicador con el que medir el esfuerzo fiscal de los estados, la intensidad de la reducción del déficit que deberán acometer cada año, y si esta deja margen para mantener el ritmo de inversiones y evitar una situación similar a la vivida en el periodo de austeridad posterior a la pasada crisis financiera. Alemania y los frugales (Dinamarca, Suecia, Austria y los Países Bajos) reclaman que la reducción exigida, del 0,5% anual para los países que superen el desequilibrio del 3% en sus cuentas, se contabilice sobre el déficit estructural para no ralentizar el proceso de consolidación.

Mientras, Francia reclama que el ajuste se haga sobre el déficit estructural primario, esto es, sin tener en cuenta el pago de los intereses de la deuda. Esta vía permitiría que el ajuste fuese más suave, sobre todo en un momento de tipos de interés elevados como el actual. París también pide que el ajuste del 0,5% de déficit se reduzca al 0,3% para los países que se comprometan a poner en marcha reformas estructurales e inversiones con esas dos décimas 'extra'. 

En la misma línea, el gobierno italiano reclama que las inversiones en defensa tengan un trato especial y apuesta, además, por extender el periodo de ajuste a aquellos estados que cumplan los compromisos de los planes nacionales de recuperación. El país es actualmente el principal beneficiario de los fondos Next Generation EU junto con España y debe cumplir los hitos y exigencias pactados con Bruselas para poder recibir cada nuevo desembolso.

España y su propuesta para tender puentes entre Berlín y París

La propuesta del equipo de Calviño, que avanzó Bloomberg, apunta además a una reducción anual de la deuda equivalente al 1% del PIB para aquellos países cuyo pasivo esté por encima del 90% y una rebaja del 0,5% para los estados con un endeudamiento entre el 60 y el 90% de su PIB. España se encuentra en el primero de los dos grupo, con un endeudamiento del 109,9% hasta septiembre, según el Banco de España (del 113,2% a cierre de 2022). 

Europa Press asegura, además, que el texto incorpora, igualmente, un 'colchón fiscal' para los países con bajo déficit pero deuda elevada. A estos les pedirá reducir el desfase presupuestario hasta el 1,5% para tener espacio con el que responder a posibles 'shocks' económicos.

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