Estimaciones de los economistas

El PIB no llegará al nivel preCovid hasta 2023 pese al optimismo del Gobierno

Los cálculos sobre la media anual de crecimiento del INE demuestran que incluso con crecimientos por encima del 5% se tardará aún dos años en salvar el desplome del 10,8% que generó el parón de 2020. 

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, durante la reunión del patronato de la Fundación Carolina, este jueves en el Palacio de El Pardo, en Madrid. EFE/ Javier Lizon POOL
El PIB no llegará al nivel preCovid hasta 2023 pese al optimismo del Gobierno.
Agencia EFE

El crecimiento medio del PIB en un 5% del año pasado queda lejos de la previsión revisada del Gobierno y deja en el aire el triunfalismo de Calviño y la parte económica del Gobierno para tener la economía a finales de este año al mismo nivel que en 2019, antes de la pandemia. Tanto los cálculos de las estimaciones de crecimiento medio anual real como las expectativas de los principales analistas ponen en duda que se pueda llegar al nivel de hace dos años antes de 2023, sobre todo porque la evolución del PIB viene de una caída muy fuerte en 2020 y su remontada parte de bases menores, con lo que  necesita crecimientos muy superiores al 5% para recuperarse en los próximos doce meses.

Si consideramos que el objetivo es llegar al nivel de PIB del año 2019 (base 100), que sufrió un tremendo desplome del 10,8% en media anual estimada por el INE al año siguiente a causa del parón de la pandemia, el crecimiento que se ha logrado en 2021 sale a partir de una riqueza menor que la que había hace dos años, de forma que, en términos comparativos proporcionales, lo que habría que descontar de la caída es apenas un 4,4%. Es decir, acabamos el año pasado todavía con 6,4 puntos de déficit sobre el desplome de la pandemia en 2020.

De la misma manera y siempre tratando sobre medias anuales, la compensación de ese gap que todavía queda para recuperar el nivel preCovid parte este mismo año de una base todavía reducida, de forma que se necesita un crecimiento muy superior, de casi el 7%, para compensarlo. Esa es, precisamente, la previsión que se ha marcado el Gobierno, pero que todos los organismos e instituciones económicas han echado por tierra y han dejado en niveles del entorno del 5,5%, un punto y medio por debajo. Incluso el propio Ejecutivo ha admitido que tras la sexta ola de ómicron habrá que revisar ese nivel tan alto previsto de PIB, aunque sea el que consta en los Presupuestos.

El problema es que, si se cumplen las previsiones de crecimiento para España de la OCDE (5,4%), el FMI (5,8%), Funcas (5,6%) o el Banco de España (5,4%), la economía acabará este año todavía sin llegar a los niveles de 2019, pues su mejora real comparada se quedaría en poco más del 5,1%, a más de 1,3 puntos del objetivo de 2019. Si bien estas son las estimaciones básicas que se realizan sobre la recuperación del PIB admitidas por la mayor parte de los analistas, algunos técnicos consultados admiten que esa diferencia que va a quedar para recuperar el nivel de 2019 a finales de este año es menor si la comparación se hace entre trimestres, aunque tampoco llegará a alcanzarse con garantías esa recuperación, mucho menos con las incertidumbres que pesan sobre la economía a corto y medio plazo. 

Los riesgos tiran a la baja

Más allá de los cálculos sobre la foto fija de las estimaciones del INE, el problema se acrecienta cuando los informes de coyuntura y los analistas advierten de que los riesgos que se ciernen sobre la economía a medio plazo ya tiran de las expectativas a la baja, más que al alza, de forma que son muy pocos los que secundan el optimismo oficial y apuestan por que se cumplan las previsiones del Gobierno y la economía vuelva a los niveles prepandemia a finales de este año.

El mayor problema que ha lastrado el PIB en el último trimestre es la atonía del consumo, que no recupera los niveles medios de otros años, sobre todo porque nadie esperaba el golpe de ómicron, que todavía perdurará, al menos, durante los tres primeros meses de este ejercicio. La evolución de los precios y la escalada del recibo eléctrico tampoco ayudan a la recuperación de ese consumo. La inflación en el 5,6% genera una subida generalizada de los costes y los precios al consumo en todos los sectores, tal y como han advertido desde diversos organismos a la hora de revisar su estimación de crecimiento a la baja para este año.

En el caso español, los grandes empresarios han alertado ya del riesgo que supone para su financiación y para culminar los planes de inversión previstos el aumento de los tipos de interés que ya ha anunciado para marzo la Reserva Federal en EEUU y que está en ciernes, aunque tarde un año más, en el BCE. La pandemia ha elevado sobremanera el nivel de deuda de algunos países, como España, y una elevación del precio del dinero, por mínima que sea, puede causar un incremento de los costes para las racas públicas y menos inversión. La nueva crisis que ha surgido en Ucrania y la presión que supone sobre los precios del gas es otro factor que no permite relajar las tensiones económicas, que en el caso de los industriales españoles también se ha visto acrecentada por la falta de suministros.

Con ese escenario de riesgos, los economistas consultados coinciden en que el único parámetro a favor del crecimiento de la economía se centra, a estas alturas, en la llegada de los fondos europeos y la capacidad que tenga la economía española de absorberlos con proyectos reales de inversión, una vez que su gestión se desatasque en la Administración.  

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